JULIO

MES DE JULIO.

4 SEMANAS SALTERIO TIEMPO ORDINARIO.

| – 1a | – 2a | – 3a | – 4a |

| SAGRADO CORAZÓN JESÚS |
(Viernes posterior al 2o Domingo después de Pentecostés).

OFICIOS COMUNES de SANTOS.

SANTORAL de JULIO.


SANTORAL JULIO.

Inmaculado Corazón de María: (Sábado siguiente al Sagrado Corazón de Jesús).

3 jul: Santo Tomás, apóstol: | Laudes | Vísperas |

4 jul: Santa Isabel de Portugal.

5 jul: San Antonio María Zaccaría.

6 jul: Santa María Goretti.

9 jul: San Agustín Zhao Rong, presbítero, y compañeros mártires.

11 jul: San Benito, Abad.

13 jul: San Enrique.

14 jul: San Camilo de Lelis, presbítero.

15 jul: San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia.

15 jul: Propios de Toledo.
Beatos Juan de San Martín Rodríguez,
Alfonso de Baena,
Francisco Pérez de Godoy y compañeros, religiosos y mártires.

16 jul: Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.

20 jul: San Apolinar, obispo y mártir.

21 jul: San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor Iglesia.

21 jul: Beato Agrícola Rodríguez García de los Huertos, presbítero y mártir. (Propio de Toledo).

22 jul: Santa María Magdalena.

23 jul: Santa Brígida, religiosa, Patrona de Europa.

24 jul: San Sarbelio Makhlûf, presbítero.

24 jul: Beatos Pedro Ruiz de los Paños y Ángel y Guillermo Plaza Hernández, presbíteros, y compañeros, mártires. (Propio de Toledo).

24 jul: Beato Pedro del Sagrado Corazón Largo Redondo y compañeros, religiosos y mártires. (Propio de Toledo).

25 jul: Santiago, apóstol, Patrono de España.
I Vísperas
| Laudes | II Vísperas

26 jul: San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María.

27 jul: Beato Joaquín de la Madrid Arespacochaga, presbítero y mártir. (Propio de Toledo).

29 jul: Santos Marta, María y Lázaro.

30 jul: San Pedro Crisólogo, obispo y doctor Iglesia.

30 jul: Beato Ricardo Pla Espí, presbítero y mártir. (Propio de Toledo).

30 jul: Beatos Federico Rubio y compañeros, religiosos y mártires. (Propio de Toledo).

30 jul: Beatos Juan de la Cruz Delgado, Arturo Donoso y compañeros, religiosos y mártires. (Propio de Toledo).

30 jul: Beatos Constancio de san José Mata, y Luis y José María de la Virgen Dolorosa Álamo Jiménez, religiosos, y compañeros, mártires. (Propio de Toledo).

30 jul: Beatos José de Mora-Granados y compañeros, religiosos y mártires. (Propio de Toledo).

31 jul: San Ignacio de Loyola, presbítero.




Inmaculado Corazón de María.
(Sábado, día siguiente al Sagrado Corazón de Jesús).

Memoria obligatoria.

Del Común de Santa María Virgen, excepto la antífona del Benedictus y la oración:

LAUDES.

Antífona invitatorio: Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Antífona invitatorio: Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.

Himno – 1:

Lucero del alba,
luz de mi alma,
santa María.

Virgen y Madre,
hija del Padre,
santa María.

Flor del Espíritu,
Madre del Hijo,
santa María.

Amor maternal
del Cristo total,
santa María.

O bien:

Himno – 2:

Quién podrá tanto alabarte
según es tu merecer;
quién sabrá tan bien loarte
que no le falte saber;
pues que para nos valer
tanto vales,
da remedio a nuestros males.

¡Oh Madre de Dios y hombre!
¡Oh concierto de concordia!
Tú que tienes por renombre
Madre de misericordia;
pues para quitar discordia
tanto vales,
da remedio a nuestros males.

Tú que estabas ya criada
cuando el mundo se crió;
tú que estabas muy guardada
para quien de ti nació;
pues por ti nos conoció,
si nos vales,
fenecerán nuestros males.

Tú que eres flor de las flores,
tú que del cielo eres puerta,
tú que eres olor de olores,
tú que das gloria muy cierta;
si de la muerte muy muerta
no nos vales,
no hay remedio a nuestros males. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente en Tiempo ordinario)

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Cf. Isaías 61, 10.

Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas.

Responsorio breve:

V. El Señor la eligió Y la predestinó.

R. El Señor la eligió Y la predestinó.

V. La hizo morar en su templo santo.

R. Y la predestinó.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. El Señor la eligió Y la predestinó.

Antífona Benedictus: Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

Preces:

Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.

Oh Sol de justicia, a quien la Virgen inmaculada precedió cual aurora luciente,

haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.

Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada,

líbranos de la corrupción del pecado.

Salvador nuestro, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,

por su intercesión, concédenos compartir con alegría tus padecimientos.

Jesús, que, colgado en la cruz, diste María a Juan como madre,

haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

O bien estas otras:

Preces:

Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.

Salvador del mundo, que con la eficacia de tu redención, preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado,

líbranos a nosotros de toda culpa.

Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,

haz también de nosotros templos de tu Espíritu.

Verbo eterno del Padre, que enseñaste a María a escoger la mejor parte,

ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre,

haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo.

Señor del cielo y de la tierra, que colocaste a tu derecha a María Reina,

danos un día el gozo de tener parte en la gloria.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que has preparado una digna morada al Espíritu Santo en el Corazón de la Virgen María, concédenos en tu bondad, por su intercesión, que merezcamos ser templo de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


Antífona Magníficat: Mi corazón se regocija por el Señor, porque ha hecho obras grandes por mí.

Cántico evangélico Magníficat:

Antífona Magníficat: Mi corazón se regocija por el Señor, porque ha hecho obras grandes por mí.

Oración:

Oh, Dios, que has preparado una digna morada al Espíritu Santo en el Corazón de la Virgen María, concédenos en tu bondad, por su intercesión, que merezcamos ser templo de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.



SANTO TOMÁS, APÓSTOL.
(3 de julio).

Fiesta.

LAUDES | VÍSPERAS

Del Común de Santos Apóstoles, excepto lo siguiente:

Antífona invitatorio: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Antífona invitatorio: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Himno:

Vosotros que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.

Vosotros que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.

Vosotros que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.

Vosotros que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: Tomás dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida».

Salmo 62, 2-9.
El alma sedienta de Dios.

Madruga por Dios todo el que
rechaza las obras de las tinieblas.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Tomás dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida».

Antífona 2: Tomás, llamado el mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Aleluya.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56.
Toda la creación alabe al Señor.

Alabad al Señor, sus
siervos todos. (Ap 19, 5)

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor,
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor,
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor,
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor,
cuanto germina en la tierra bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor,
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor,
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre).

Antífona 2: Tomás, llamado el mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Aleluya.

Antífona 3: Mete tu mano y mira el agujero de los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.

Salmo 149.
Alegría de los santos.

Los hijos de la Iglesia,
nuevo pueblo de Dios,
se alegran por su Rey,
Cristo, el Señor. (Hesiquio)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Mete tu mano y mira el agujero de los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.

Lectura breve: Carta a los Efesios 2, 19-22.

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Responsorio breve:

V. Los nombrarás príncipes Sobre toda la tierra.

R. Los nombrarás príncipes Sobre toda la tierra.

V. Harán memorable tu nombre, Señor.

R. Sobre toda la tierra.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

Antífona Benedictus: ¿Porque me has visto, Tomás, has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: ¿Porque me has visto, Tomás, has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Preces:

Queridos hermanos, habiendo recibido de los apóstoles la herencia de los elegidos, demos gracias a nuestro Padre por todos sus dones, diciendo:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la mesa de tu Cuerpo y de tu Sangre, que nos transmitieron los apóstoles,

con la cual nos alimentamos y vivimos:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la mesa de tu palabra, que nos transmitieron los apóstoles,

con la cual se nos comunica la luz y el gozo:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por tu Iglesia santa, edificada sobre el fundamento de los apóstoles,

por la cual nos integramos en la unidad:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la purificación del bautismo y de la penitencia, confiada a los apóstoles,

con la cual quedamos limpios de todos los pecados:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Dios todopoderoso, concédenos alegrarnos en la festividad del apóstol santo Tomás, para que nos ayude siempre con su protección, y que los creyentes en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor, tengamos vida en su nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SANTO TOMÁS

Todo del común de apóstoles, excepto lo siguiente.

Himno: (Del común de Apóstoles).

Benditos son los pies de los que llegan
para anunciar la paz que el mundo espera,
apóstoles de Dios que Cristo envía,
voceros de su voz, grito del Verbo.

De pie en la encrucijada del camino
del hombre peregrino y de los pueblos,
es el fuego de Dios el que los lleva
como cristos vivientes a su encuentro.

Abrid, pueblos, la puerta a su llamada,
la verdad y el amor son don que llevan;
no temáis, pecadores, acogedlos,
el perdón y la paz serán su gesto.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
nos llega por tu amor, pan verdadero;
gracias, Señor, que el pan de vida nueva
nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.

Salmodia: (Del común de Apóstoles).

Antífona 1: Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas.

Salmo 115.
Acción de gracias en el templo.

Por medio de Jesús ofrezcamos
continuamente a Dios un sacrificio
de alabanza. (Hb 13, 15)

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos».

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas.

Antífona 2: Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

Salmo 125.
Dios, alegría y esperanza.

Si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo.
(2 Co 1, 7)

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

Antífona 3: Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

Cántico de Efesios 1, 3-10.
El Dios Salvador.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

Lectura breve: Carta a los Efesios 4, 11-13.

Cristo ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Responsorio breve:

V. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

R. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

V. Sus maravillas a todas las naciones.

R. La gloria del Señor.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

Antífona Magníficat: He metido el dedo en el agujero de los clavos, y la mano en su costado, y dije: «¡Señor mío y Dios mío!».

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: He metido el dedo en el agujero de los clavos, y la mano en su costado, y dije: «¡Señor mío y Dios mío!».

Preces:

Hermanos, edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Padre santo, que quisiste que tu Hijo, resucitado de entre los muertos, se manifestara en primer lugar a los apóstoles,

haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.

Padre santo, que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,

haz que sepamos proclamar el Evangelio a todas las criaturas.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,

danos también a nosotros sembrar la semilla con nuestro trabajo, para que, alegres, demos fruto con nuestra perseverancia.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara al mundo contigo,

haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.

Tú que has sentado a tu Hijo a tu derecha, en el cielo,

admite a los difuntos en tu reino de felicidad.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Dios todopoderoso, concédenos alegrarnos en la festividad del apóstol santo Tomás, para que nos ayude siempre con su protección, y que los creyentes en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor, tengamos vida en su nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.


Santa Isabel de Portugal.
(4 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santas Mujeres: para las que se han consagrado a una actividad caritativa.

Oración:

Oh, Dios, que creas la paz y amas la caridad, haciendo brillar a santa Isabel de Portugal con la gracia admirable de reconciliar a los enemigos; concédenos, por su intercesión, ser constructores de paz para que podamos ser llamados hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Antonio María Zaccaría.
(5 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santos Pastores, o de Santos Varones: para los educadores, o para los religiosos.

Oración:

Concédenos, Señor, según el espíritu de san Pablo apóstol, avanzar en el conocimiento incomparable de Jesucristo, que movió a san Antonio María a predicar continuamente la palabra de salvación en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.


Santa María Goretti.
(6 julio).

Memoria libre.

Del Común de un/a mártir, o de Santas Vírgenes.

Oración:

Oh, Dios, fuente de la inocencia y amante de la castidad, que concediste a tu sierva María Goretti la gracia del martirio en edad juvenil, y le entregaste la corona de virgen por su combate; concédenos, por su intercesión, constancia en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Agustín Zhao Rong, presbítero, y compañeros mártires.
(9 julio).

Memoria libre.

Del común de varios mártires:

Oración:

Oh, Dios, que, mediante el testimonio de los santos mártires Agustín y compañeros, fortaleciste a tu Iglesia con admirable providencia, concede a tu pueblo que se mantenga fiel a la misión que le encomendaste, obtenga los beneficios de la libertad y testifique la verdad en medio del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Benito, Abad, patrono de Europa.
(11 julio).

Fiesta.

LAUDES | VÍSPERAS

Del común de santos varones: para los religiosos.

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios admirable en sus santos.

O bien: Aclamemos al Señor en esta celebración de san Benito.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Himno:

Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida
de la mejor libertad.
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.

A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén.

Salmodia: (Del común de santos varones).

Antífona 1: El Señor les concedió una gloria eterna, y su nombre no será nunca olvidado.

Salmo 62, 2-9.
El alma sedienta de Dios.

Madruga por Dios todo el que
rechaza las obras de las tinieblas.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: El Señor les concedió una gloria eterna, y su nombre no será nunca olvidado.

Antífona 2: Siervos del Señor, bendecid al Señor eternamente.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56.
Toda la creación alabe al Señor.

Alabad al Señor, sus
siervos todos. (Ap 19, 5)

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor,
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor,
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor,
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor,
cuanto germina en la tierra bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor,
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor,
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre).

Antífona 2: Siervos del Señor, bendecid al Señor eternamente.

Antífona 3: Que los santos festejen su gloria y canten jubilosos en filas.

Salmo 149.
Alegría de los santos.

Los hijos de la Iglesia,
nuevo pueblo de Dios,
se alegran por su Rey,
Cristo, el Señor. (Hesiquio)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Que los santos festejen su gloria y canten jubilosos en filas.

Lectura breve: Carta a los Romanos 12, 1-2.

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Responsorio breve:

V. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

R. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

V. Y sus pasos no vacilan.

R. La ley de su Dios.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

Antífona Benedictus: Hubo un hombre venerable por su vida, san Benito; él, como indica su nombre, fue bendito por la gracia divina.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Hubo un hombre venerable por su vida, san Benito; él, como indica su nombre, fue bendito por la gracia divina.

Preces:

Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo, diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.

Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,

compadécete de nuestras debilidades.

Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,

danos el progresar por caminos de santidad.

Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo,

ilumina nuestras vidas con tu propia luz.

Señor Jesús, que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran,

haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad.

Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,

haz que en la gloria contemplemos tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio; concédenos que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SAN BENITO.

Himno:

Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.

Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.

Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.

Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: Fue hallado intachable y perfecto; su gloria será eterna.

Salmo 14.
¿Quién es justo ante el Señor?

Os habéis acercado al monte Sión,
ciudad del Dios vivo. (Hb 12, 22)

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra nunca fallará.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Fue hallado intachable y perfecto; su gloria será eterna.

Antífona 2: El Señor protege a sus santos y les muestra su amor y su misericordia.

Salmo 111.
Felicidad del justo.

Caminad como hijos de la luz: toda bondad,
justicia y verdad son fruto de la luz. (Ef 5, 8-9)

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos,
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: El Señor protege a sus santos y les muestra su amor y su misericordia.

Antífona 3: Los santos cantaban un cántico nuevo ante el trono de Dios y del Cordero, y sus voces llenaban toda la tierra.

Cántico de Apocalipsis 15, 3-4.
Himno de adoración.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Los santos cantaban un cántico nuevo ante el trono de Dios y del Cordero, y sus voces llenaban toda la tierra.

Lectura breve: Carta a los Romanos 8, 28-3.

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve:

V. El Señor es justo Y ama la justicia.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

V. Los buenos verán su rostro.

R. Y ama la justicia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

Antífona Magníficat: Ése recibió la bendición del Señor, le hizo justicia el Dios de salvación, porque ése es el grupo que busca al Señor.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: Ése recibió la bendición del Señor, le hizo justicia el Dios de salvación, porque ése es el grupo que busca al Señor.

Preces:

Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión y el ejemplo de los santos, nos impulse a una vida santa, y digamos:
Haznos santos, Señor, porque tú eres santo.

Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,

haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.

Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito,

ayúdanos a dar fruto de buenas obras.

Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,

guárdanos en tu nombre, para que todos seamos uno.

Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,

haz que, comiendo el pan que ha bajado del cielo, alcancemos la perfección del amor.

Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,

y admite a los difuntos en tu reino, para que puedan contemplar tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio; concédenos que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Enrique.
(13 julio).

Memoria libre.

Del común de santos varones:

Oración:

Oh, Dios, que has elevado admirablemente a san Enrique, colmado por la generosidad de tu gracia, desde las ocupaciones del gobierno terrenal a la contemplación de las cosas eternas; concédenos, por su intercesión, caminar hacia ti con presteza y puro corazón en medio de las vicisitudes del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Camilo de Lelis.
(14 julio).

Memoria libre.

Del común de santos varones: para los que se han consagrado a una actividad caritativa.

Oración:

Oh, Dios, que adornaste a san Camilo, presbítero, con el carisma singular del amor a los enfermos, infunde en nosotros, por sus méritos, el espíritu de amor, para que, sirviéndote en los hermanos, podamos llegar seguros a ti en la hora de nuestra muerte. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia.
(15 julio).

Memoria obligatoria.

Del Común de Santos Pastores, o de Doctores Iglesia.

Oración:

Dios todopoderoso, concede a cuantos hoy celebramos la fiesta anual del obispo san Buenaventura aprovechar su admirable doctrina e imitar constantemente su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beatos Juan de San Martín Rodríguez, y compañeros, religiosos y mártires.
(El mismo 15 de julio).

En Yuncos, Memoria obligatoria.

Alfonso de Baena, y compañeros, religiosos y mártires.
(El mismo 15 de julio).

En Villatobas, Memoria obligatoria.

Francisco Pérez de Godoy y compañeros, religiosos y mártires.
(El mismo 15 de julio).

En Torrijos Memoria obligatoria.
En la Diócesis de Toledo Memoria libre.

Del común de varios mártires, o de santos varones: para los religiosos.

Oración:

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los beatos mártires Juan y compañeros, la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para el beato Alonso de Baena.

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los beatos mártires Alonso y compañeros, la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para el beato Francisco Pérez Godoy.

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los beatos mártires Francisco y compañeros, la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.


Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.
(16 julio).

Memoria obligatoria.

Del Común de Santa María.

LAUDES | VÍSPERAS

Antífona invitatorio: Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Antífona invitatorio: Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.

Himno:

¿Quién eres tú, mujer, que, aunque rendida
al parecer, al parecer postrada,
no estás sino en los cielos ensalzada,
no estás sino en la tierra preferida?

Pero, ¿qué mucho, si del sol vestida,
qué mucho, si de estrellas coronada,
vienes de tantas luces ilustrada,
vienes de tantos rayos guarnecida?

Cielo y tierra parece que, a primores,
se compitieron con igual desvelo,
mezcladas sus estrellas y sus flores;

para que en ti tuviesen tierra y cielo,
con no sé qué lejanos resplandores
de flor del Sol plantada en el Carmelo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.

Salmodia: (Se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente:

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Cf. Isaías 61, 10.

Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas.

Responsorio breve:

V. El Señor la eligió Y la predestinó.

R. El Señor la eligió Y la predestinó.

V. La hizo morar en su templo santo.

R. Y la predestinó.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. El Señor la eligió Y la predestinó.

Antífona Benedictus: Deseé la sabiduría con toda el alma, y creció como racimo que madura.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Deseé la sabiduría con toda el alma, y creció como racimo que madura.

Preces:

Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.

Oh Sol de justicia, a quien la Virgen inmaculada precedió cual aurora luciente,

haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.

Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada,

líbranos de la corrupción del pecado.

Salvador nuestro, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,

por su intercesión, concédenos compartir con alegría tus padecimientos.

Jesús, que, colgado en la cruz, diste María a Juan como madre,

haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

O bien estas otras:

Preces:

Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.

Salvador del mundo, que con la eficacia de tu redención, preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado,

líbranos a nosotros de toda culpa.

Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,

haz también de nosotros templos de tu Espíritu.

Verbo eterno del Padre, que enseñaste a María a escoger la mejor parte,

ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre,

haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo.

Señor del cielo y de la tierra, que colocaste a tu derecha a María Reina,

danos un día el gozo de tener parte en la gloria.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Te suplicamos, Señor, que nos ayude la admirable intercesión de la gloriosa Virgen María, para que, protegidos por su ayuda, consigamos llegar hasta el monte que es Cristo. Él, que vive y reina contigo.


VÍSPERAS
Virgen del Carmen

Himno:

¿Quién eres tú, mujer, que, aunque rendida
al parecer, al parecer postrada,
no estás sino en los cielos ensalzada,
no estás sino en la tierra preferida?

Pero, ¿qué mucho, si del sol vestida,
qué mucho, si de estrellas coronada,
vienes de tantas luces ilustrada,
vienes de tantos rayos guarnecida?

Cielo y tierra parece que, a primores,
se compitieron con igual desvelo,
mezcladas sus estrellas y sus flores;

para que en ti tuviesen tierra y cielo,
con no sé qué lejanos resplandores
de flor del Sol plantada en el Carmelo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.

Salmodia: (Se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Gálatas 4, 4-5.

Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Responsorio breve:

V. Alégrate, María, llena de gracia, El Señor está contigo.

R. Alégrate, María, llena de gracia, El Señor está contigo.

V. Bendita tú entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre.

R. El Señor está contigo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Alégrate, María, llena de gracia, El Señor está contigo.

Antífona Magníficat: María escuchaba la palabra de Dios y la cumplía, meditándola en su corazón.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: María escuchaba la palabra de Dios y la cumplía, meditándola en su corazón.

Preces:

Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros.

O bien:

Mira a la llena de gracia y escúchanos.

Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,

haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella.

Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,

y a todos abundancia de salud y de paz.

Tú que hiciste a María la llena de gracia,

concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.

Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,

y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.

Tú que coronaste a María como reina del cielo,

haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

O bien estas otras:

Preces:

Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros.

O bien:

Mira a la llena de gracia y escúchanos.

Tú que hiciste de María la Madre de misericordia,

haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal.

Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José,

haz que, por su intercesión, todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.

Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo,

levanta y robustece la esperanza de los decaídos.

Tú que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel,

por su intercesión, haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo.

Tú que coronaste a María como reina del cielo,

haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Te suplicamos, Señor, que nos ayude la admirable intercesión de la gloriosa Virgen María, para que, protegidos por su ayuda, consigamos llegar hasta el monte que es Cristo. Él, que vive y reina contigo.


San Apolinar, obispo y mártir.
(20 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santos Pastores, o de Un Mártir.

Oración:

Conduce, Señor, a tus fieles por el camino de la salvación eterna que el obispo san Apolinar enseñó con su doctrina y martirio, y haz que, perseverando en tus mandamientos, merezcamos, por su intercesión, recibir con él la corona de gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia.
(21 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santos Pastores, o de Doctores Iglesia.

Oración:

Oh, Dios, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas otorgaste al presbítero san Lorenzo espíritu de consejo y fortaleza, concédenos conocer, con el mismo espíritu, lo que debemos realizar y, una vez conocido, por su intercesión llevarlo a la práctica. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beato Agrícola Rodríguez García de los Huertos, presbítero y mártir.
(21 de julio).

En Consuegra, Villacañas, Guadamur y Mora de Toledo Memoria libre.

Del común de Un Mártir.

Oración:
(del común de un mártir)


Santa María Magdalena.
(22 julio).

Fiesta.

LAUDES | VÍSPERAS

Antífona Invitatorio: Aclamemos al Señor en esta celebración de Santa María Magdalena.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Antífona Invitatorio: Aclamemos al Señor en esta celebración de Santa María Magdalena.

Himno:

Al levantarse la aurora
Con la luz pascual de Cristo,
la Iglesia madrugadora
te pregunta: «¿A quién has visto?».

«¿Por qué lloras en el huerto?
¿A quién buscas?». «A mi amado.
Buscando al que estaba muerto,
lo encontré resucitado.

Me quedé sola buscando,
alas me daba el amor,
y, cuando estaba llorando,
vino a mi encuentro el Señor.

Vi a Jesús resucitado,
creí que era el jardinero;
por mi nombre me ha llamado,
no le conocí primero.

Él me libró del demonio,
yo le seguí hasta la cruz,
y di el primer testimonio
de la Pascua de Jesús».

Haznos, santa Magdalena,
audaces en el amor,
irradiar la luz serena
de la Pascua del Señor.

Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres personas, sólo un Dios. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro.

Salmo 62, 2-9.
El alma sedienta de Dios.

Madruga por Dios todo el que
rechaza las obras de las tinieblas.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro.

Antífona 2: Mi corazón arde; deseo ver a mi Señor; lo busco y no sé dónde lo han puesto. Aleluya.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56.
Toda la creación alabe al Señor.

Alabad al Señor, sus
siervos todos. (Ap 19, 5)

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor,
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor,
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor,
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor,
cuanto germina en la tierra bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor,
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor,
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre).

Antífona 2: Mi corazón arde; deseo ver a mi Señor; lo busco y no sé dónde lo han puesto. Aleluya.

Antífona 3: María, mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados. Aleluya.

Salmo 149.
Alegría de los santos.

Los hijos de la Iglesia,
nuevo pueblo de Dios,
se alegran por su Rey,
Cristo, el Señor. (Hesiquio)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: María, mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados. Aleluya.

Lectura breve: Carta a los Romanos 12, 1-2.

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Responsorio breve:

V. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

R. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

V. Ve a mis hermanos y diles:

R. El Señor ha resucitado de entre los muertos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

Antífona Benedictus: Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.

Preces: (De santas mujeres).

Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a nuestro Salvador, y supliquémosle, diciendo:
Ven, Señor Jesús.

Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados, porque tenía mucho amor,

perdónanos también a nosotros, pues hemos pecado mucho.

Señor Jesús, a quien servían en el camino las piadosas mujeres,

concédenos que sigamos tus pasos.

Señor Jesús, Maestro bueno, a quien María escuchaba y Marta servía,

concédenos servirte siempre con fe y amor.

Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu voluntad,

haz que todos la cumplamos siempre de palabra y de obra.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, tu Unigénito confió a María Magdalena, antes que a nadie, el anuncio de la alegría pascual, concédenos, por su intercesión y ejemplo, proclamar a Cristo vivo y que le veamos reinando en tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SANTA MARÍA MAGDALENA.

Himno:

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.

Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.

En la mesa de los hijos,
hizo a los pobres un sitio.

Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.

Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.

Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.

Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: Jesús le dice a María: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».

Salmo 121.
La ciudad santa de Jerusalén.

Os habéis acercado al monte Sión,
ciudad del Dios vivo,
Jerusalén del cielo. (Hb 12, 22)

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Jesús le dice a María: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».

Antífona 2: Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.

Salmo 126.
El esfuerzo humano es inútil sin Dios.

Sois edificio de Dios. (1 Co 3, 9)

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.

Antífona 3: Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».

Cántico de Efesios 1, 3-10.
El Dios Salvador.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».

Lectura breve: Carta a los Romanos, 8, 28-30.

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve:

V. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

R. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

V. Ve a mis hermanos y diles:

R. El Señor ha resucitado de entre los muertos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. María, no llores más, El Señor ha resucitado de entre los muertos.

Antífona Magníficat: María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor». Aleluya.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor». Aleluya.

Preces: (De santas mujeres).

Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia, por intercesión de las santas mujeres, y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Por intercesión de las mártires, que con la fuerza del Espíritu superaron la muerte del cuerpo,

concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.

Por intercesión de las esposas, que por medio del santo matrimonio crecieron en la gracia,

concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.

Por intercesión de las viudas, que por la hospitalidad y la oración superaron su soledad y se santificaron,

concede, Señor, a tu Iglesia que muestre al mundo el misterio de tu caridad.

Por intercesión de las madres, que engendraron sus hijos no sólo para la vida del mundo, sino también para el reino de los cielos,

concede, Señor, a tu Iglesia que transmita la vida del espíritu y la salvación a todo el género humano.

Por intercesión de todas las santas mujeres, que han sido ya admitidas a contemplar la belleza de tu rostro,

concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también eternamente de tu presencia.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, tu Unigénito confió a María Magdalena, antes que a nadie, el anuncio de la alegría pascual, concédenos, por su intercesión y ejemplo, proclamar a Cristo vivo y que le veamos reinando en tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa.
(23 julio).

Fiesta.

Todo del Común de Santas Mujeres: para una religiosa, excepto la oración.

LAUDES | VÍSPERAS

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios admirable en sus santos.

O bien:

Antífona Invitatorio: Aclamemos al Señor en esta celebración de santa Brígida.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Himno:

Dichosas sois vosotras que guardasteis
con amor maternal en vuestro seno
la palabra del Hijo que engendrasteis
en la vida de fe y de amor pleno.

Dichosas sois vosotras que en la vida
hicisteis de la fe vuestra entereza,
vuestra gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla de Dios y de belleza.

Dichosas sois vosotras que supisteis
ser hijas del amor que Dios os daba,
y así, en la fe, de muchos madres fuisteis,
fecunda plenitud que nunca acaba.

No dejéis de ser madres en la gloria
de los hombres que luchan con anhelo;
ante Dios vuestro amor haga memoria
de los hijos que esperan ir al cielo. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: Mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.

Salmo 62, 2-9.
El alma sedienta de Dios.

Madruga por Dios todo el que
rechaza las obras de las tinieblas.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.

Antífona 2: El Señor te ha dado su fuerza; por ello serás bendita para siempre.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56.
Toda la creación alabe al Señor.

Alabad al Señor, sus
siervos todos. (Ap 19, 5)

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor,
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor,
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor,
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor,
cuanto germina en la tierra bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor,
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor,
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre).

Antífona 2: El Señor te ha dado su fuerza; por ello serás bendita para siempre.

Antífona 3: Tu misericordia, Señor, es mi gozo y mi alegría.

Salmo 149.
Alegría de los santos.

Los hijos de la Iglesia,
nuevo pueblo de Dios,
se alegran por su Rey,
Cristo, el Señor. (Hesiquio)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Tu misericordia, Señor, es mi gozo y mi alegría.

Lectura breve: Carta a los Romanos 12, 1-2.

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Responsorio breve:

V. Dios la socorre Al despuntar la aurora.

R. Dios la socorre Al despuntar la aurora.

V. Teniendo a Dios en medio, no vacila.

R. Al despuntar la aurora.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Dios la socorre Al despuntar la aurora.

Antífona Benedictus: «El que cumple la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre», dice el Señor.

O bien: Mi porción es el Señor; bueno es el Señor para el alma que lo busca.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: «El que cumple la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre», dice el Señor.

O bien: Mi porción es el Señor; bueno es el Señor para el alma que lo busca.

Preces: (De santas mujeres).

Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a nuestro Salvador, y supliquémosle, diciendo:
Ven, Señor Jesús.

Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados, porque tenía mucho amor,

perdónanos también a nosotros, pues hemos pecado mucho.

Señor Jesús, a quien servían en el camino las piadosas mujeres,

concédenos que sigamos tus pasos.

Señor Jesús, Maestro bueno, a quien María escuchaba y Marta servía,

concédenos servirte siempre con fe y amor.

Señor Jesucristo, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu voluntad,

haz que todos la cumplamos siempre de palabra y de obra.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que guiaste a santa Brígida en los diversos estados de vida, y le enseñaste de modo admirable la sabiduría de la cruz en la contemplación de la pasión de tu Hijo, concédenos que, siguiendo fielmente tu llamada, te busquemos en todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SANTA BRÍGIDA.

Himno:

Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.

Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.

Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.

Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: Tu sierva, Señor, se regocijó con tu salvación.

Salmo 121.
La ciudad santa de Jerusalén.

Os habéis acercado al monte Sión,
ciudad del Dios vivo,
Jerusalén del cielo. (Hb 12, 22)

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Tu sierva, Señor, se regocijó con tu salvación.

Antífona 2: Como está sólido el fundamento sobre la roca, así estuvo la voluntad de Dios en la mujer santa.

Salmo 126.
El esfuerzo humano es inútil sin Dios.

Sois edificio de Dios. (1 Co 3, 9)

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Como está sólido el fundamento sobre la roca, así estuvo la voluntad de Dios en la mujer santa.

Antífona 3: El Señor le ha dado su fuerza; por ello será bendita eternamente.

Cántico de Efesios 1, 3-10.
El Dios Salvador.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: El Señor le ha dado su fuerza; por ello será bendita eternamente.

Lectura breve: Carta a los Romanos 8, 28-30.

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve:

V. Dios la eligió Y la predestinó.

R. Dios la eligió Y la predestinó.

V. La hizo morar en su templo santo.

R. Y la predestinó.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Dios la eligió Y la predestinó.

Antífona Magníficat: Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más, y heredaréis la vida eterna.

O bien: En donde se reúnen los hermanos para glorificar a Dios, allí el Señor bendecirá a su pueblo.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más, y heredaréis la vida eterna.

O bien: En donde se reúnen los hermanos para glorificar a Dios, allí el Señor bendecirá a su pueblo.

Preces: (Tomado de santas mujeres).

Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia, por intercesión de las santas mujeres, y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Por intercesión de las mártires, que con la fuerza del Espíritu superaron la muerte del cuerpo,

concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.

Por intercesión de las esposas, que por medio del santo matrimonio crecieron en la gracia,

concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.

Por intercesión de las viudas, que por la hospitalidad y la oración superaron su soledad y se santificaron,

concede, Señor, a tu Iglesia que muestre al mundo el misterio de tu caridad.

Por intercesión de las madres, que engendraron sus hijos no sólo para la vida del mundo, sino también para el reino de los cielos,

concede, Señor, a tu Iglesia que transmita la vida del espíritu y la salvación a todo el género humano.

Por intercesión de todas las santas mujeres, que han sido ya admitidas a contemplar la belleza de tu rostro,

concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también eternamente de tu presencia.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que guiaste a santa Brígida en los diversos estados de vida, y le enseñaste de modo admirable la sabiduría de la cruz en la contemplación de la pasión de tu Hijo, concédenos que, siguiendo fielmente tu llamada, te busquemos en todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Sarbelio Makhlûf, presbítero.
(24 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santos Pastores: para un presbítero, o de Santos Varones: para un religioso.

Oración:

Oh, Dios, que llamaste a san Sarbelio, presbítero, al singular combate de la vida eremítica y lo enriqueciste con toda clase de virtudes, te pedimos que, imitando la pasión del Señor, merezcamos participar de su reino. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beatos Pedro Ruiz de los Paños y Ángel y Guillermo Plaza Hernández, presbíteros, y compañeros, mártires.
(24 de julio).

En Mora de Toledo, Orgaz, Yuncos, Argés y Toledo Memoria libre.

Del común de varios mártires.

Oración:

Oh, Dios, que con la sangre de tus sacerdotes Pedro, Ángel y Guillermo y compañeros, fecundaste su labor apostólica entregada especialmente a la formación sacerdotal, concede, por su intercesión, que surjan en tu Iglesia dignos ministros del altar y que nosotros seamos fieles en el servicio de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beato Pedro del Sagrado Corazón Largo Redondo y compañeros, religiosos y mártires.
(24 de julio).

En Urda Memoria libre.

Del común de varios mártires.

Oración:

Oh, Dios, fortaleza y corona de los mártires, que te dignaste asociar a la pasión del Señor a los beatos Pedro y compañeros, concédenos que, imitando su ejemplo, seamos capaces de perseverar firmes hasta la muerte en la confesión de nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo.


SANTIAGO, APÓSTOL, PATRONO DE ESPAÑA.
(25 de julio).

Solemnidad.

LAUDES | VÍSPERAS

PRIMERAS VÍSPERAS.

Himno:

Pues que siempre tan amado
fuiste de nuestro Señor,
Santiago, apóstol sagrado,
sé hoy nuestro protector.

Si con tu padre y con Juan
pescabas en Galilea,
Cristo cambió tu tarea
por el misionero afán.
A ser de su apostolado
pasas desde pescador.

Por el hervor del gran celo
que tu corazón quemaba,
cuando Cristo predicaba
aquí su reino del cielo,
«Hijo del trueno» llamado
fuiste por el Salvador.

Al ser por Cristo elegido,
por él fuiste consolado,
viéndole transfigurado,
de nieve y de sol vestido
y por el Padre aclamado
en la cumbre del Tabor.

Cuando el primero a su lado
en el reino quieres ser,
Cristo te invita a beber
su cáliz acibarado;
y tú, el primero, has sellado
con tu martirio el amor.

En Judea y Samaría
al principio predicaste,
después a España llegaste,
el Espíritu por guía,
y la verdad has plantado
donde reinaba el error.

Salmodia:

Antífona 1: El Señor llamó a Santiago y lo hizo su compañero, para enviarlo a predicar.

Salmo 116.
Invitación universal a la alabanza divina.

Los gentiles alaban a Dios
por su misericordia. (Rm 15, 9)

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: El Señor llamó a Santiago y lo hizo su compañero, para enviarlo a predicar.

Antífona 2: Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se transfiguró delante de ellos.

Salmo 147.
Acción de gracias por la restauración de Jerusalén.

Ven acá, voy a mostrarte a la novia,
a la esposa del Cordero. (Ap 21, 9)

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

Hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se transfiguró delante de ellos.

Antífona 3: Tú fuiste, Santiago, el primero entre los apóstoles, que derramaste tu sangre para fecundar la Iglesia. Aleluya.

Cántico de Efesios 1, 3-10.
El Dios Salvador.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Tú fuiste, Santiago, el primero entre los apóstoles, que derramaste tu sangre para fecundar la Iglesia. Aleluya.

Lectura breve: 1a Carta a los Corintios 4, 15.

Ahora que estáis en Cristo tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

Responsorio breve:

V. En esto conocerán Que sois mis discípulos.

R. En esto conocerán Que sois mis discípulos.

V. En que os amáis unos a otros.

R. Que sois mis discípulos.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. En esto conocerán Que sois mis discípulos.

Antífona Magníficat: Astro brillante de España, apóstol Santiago, tu cuerpo descansa en la paz, tu gloria pervive entre nosotros. Aleluya.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: Astro brillante de España, apóstol Santiago, tu cuerpo descansa en la paz, tu gloria pervive entre nosotros. Aleluya.

Preces:

Oremos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, y pidámosle que, por intercesión del apóstol Santiago, proteja a nuestra nación y bendiga a todos los hombres; digamos:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.

Padre santo, tú que dispusiste que nuestra nación fuera protegida por el apóstol Santiago,

concede a cuantos en ella moran ser fieles a su mensaje evangélico.

Padre santo, bendice a la Conferencia Episcopal de nuestra nación y derrama tu Espíritu sobre nuestros obispos,

para que con celo propaguen el mensaje apostólico.

Padre santo, haz que nuestros gobernantes y cuantos les asisten

gobiernen con rectitud y trabajen por el bien de todos.

Padre santo, derrama tu Espíritu sobre nuestro pueblo,

para que todos vivamos en mutua comprensión y cumplamos con lealtad nuestros deberes cívicos.

Padre santo, tú que quisiste que el apóstol Santiago fuera el primero, entre los apóstoles, en gozar del reino de tu Hijo resucitado,

concede a nuestros difuntos participar en esta misma gloria.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que tu Iglesia, reconfortada constantemente por su patrocinio, sea fortalecida por su testimonio, y que los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo.


LAUDES
SANTIAGO APÓSTOL.

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Himno:

Al celebrar tu memoria,
santo Apóstol peregrino,
guíanos por el camino
al Pórtico de la gloria.

Camino de Compostela,
va un romero caminando
y es el camino de estrellas
polvareda de sus pasos.
En el pecho las vieiras,
y alto bordón en la mano,
sembrando por la vereda
las canciones y los salmos.

Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.

Llegó al corazón de España
por el monte y por el llano:
en los anchos horizontes
cielo y tierra se abrazaron.
Sube hasta el monte del Gozo
y allí, de hinojos postrado,
las altas torres de ensueño
casi toca con las manos.

Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.

Romeros, sólo romeros,
dile que peregrinamos
con la mirada en el cielo
desde la aurora al ocaso.
Camino de Compostela,
todos los hombres, hermanos,
construyendo un mundo nuevo
en el amor cimentado.

Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.

Ven, Santiago, con nosotros,
que tu bordón es un báculo,
el cayado del pastor
para guiar el rebaño.
¡Santo apóstol peregrino,
llévanos tú de la mano
para ir contigo hasta Cristo,
Santiago el Mayor, Santiago!

Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.

Salmodia:

Antífona 1: Pasando Jesús, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, y los llamó.

Salmo 62, 2-9.
El alma sedienta de Dios.

Madruga por Dios todo el que
rechaza las obras de las tinieblas.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Pasando Jesús, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, y los llamó.

Antífona 2: Inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56.
Toda la creación alabe al Señor.

Alabad al Señor, sus
siervos todos. (Ap 19, 5)

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor,
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor,
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor,
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor,
cuanto germina en la tierra bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor,
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor,
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre).

Antífona 2: Inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Antífona 3: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar.

Salmo 149.
Alegría de los santos.

Los hijos de la Iglesia,
nuevo pueblo de Dios,
se alegran por su Rey,
Cristo, el Señor. (Hesiquio)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar.

Lectura breve: Carta a los Efesios 2, 19-22.

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Responsorio breve:

V. Los nombrarás príncipes Sobre toda la tierra.

R. Los nombrarás príncipes Sobre toda la tierra.

V. Harán memorable tu nombre, Señor.

R. Sobre toda la tierra.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

Antífona Benedictus: Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta y se transfiguró delante de ellos.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta y se transfiguró delante de ellos.

Preces:

Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque, por medio del apóstol Santiago, nos ha llamado al conocimiento de la verdad, y supliquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a nuestro pueblo.

Te alabamos, Señor, porque, por medio de los apóstoles, iluminas nuestra vida con tu Evangelio;

haznos siempre dóciles a este mensaje.

Te alabamos, Señor, porque has querido que el mensaje apostólico llegase hasta nuestra patria;

haz que España sea siempre fiel a la doctrina recibida de tus enviados.

Te alabamos, Señor, porque, por medio de los obispos, continúas la presencia apostólica entre nosotros;

haz que nuestros obispos sean totalmente fieles a su misión de servir tu palabra.

Te alabamos, Señor, porque has querido que la predicación apostólica arraigara en nuestro suelo patrio;

haz que en España esta fe se dilate y se purifique sin cesar.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que tu Iglesia, reconfortada constantemente por su patrocinio, sea fortalecida por su testimonio, y que los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo.


SEGUNDAS VÍSPERAS
SANTIAGO APÓSTOL.

Himno:

Pues que siempre tan amado
fuiste de nuestro Señor,
Santiago, apóstol sagrado,
sé hoy nuestro protector.

Si con tu padre y con Juan
pescabas en Galilea,
Cristo cambió tu tarea
por el misionero afán.
A ser de su apostolado
pasas desde pescador.

Por el hervor del gran celo
que tu corazón quemaba,
cuando Cristo predicaba
aquí su reino del cielo,
«Hijo del trueno» llamado
fuiste por el Salvador.

Al ser por Cristo elegido,
por él fuiste consolado,
viéndole transfigurado,
de nieve y de sol vestido
y por el Padre aclamado
en la cumbre del Tabor.

Cuando el primero a su lado
en el reino quieres ser,
Cristo te invita a beber
su cáliz acibarado;
y tú, el primero, has sellado
con tu martirio el amor.

En Judea y Samaría
al principio predicaste,
después a España llegaste,
el Espíritu por guía,
y la verdad has plantado
donde reinaba el error.

Salmodia:

Antífona 1: Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan y empezó a sentir terror y angustia.

Salmo 115.
Acción de gracias en el templo.

Por medio de Jesús ofrezcamos
continuamente a Dios un sacrificio
de alabanza. (Hb 13, 15)

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos».

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan y empezó a sentir terror y angustia.

Antífona 2: Entonces les dijo: «Velad y orad, para no caer en la tentación».

Salmo 125.
Dios, alegría y esperanza.

Si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo.
(2 Co 1, 7)

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Entonces les dijo: «Velad y orad, para no caer en la tentación».

Antífona 3: El rey Herodes se puso a perseguir a los miembros de la Iglesia e hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Cántico de Efesios 1, 3-10.
El Dios Salvador.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: El rey Herodes se puso a perseguir a los miembros de la Iglesia e hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Lectura breve: Carta a los Efesios 4, 11-13.

Cristo ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Responsorio breve:

V. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

R. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

V. Sus maravillas a todas las naciones.

R. La gloria del Señor.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Contad a los pueblos La gloria del Señor.

Antífona Magníficat: ¡Oh glorioso apóstol Santiago, elegido entre los primeros! Tú fuiste el primero, entre los apóstoles, en beber el cáliz del Señor. ¡Oh feliz pueblo de España, protegido por un tal patrono! Por ti el Poderoso ha hecho obras grandes. Aleluya.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: ¡Oh glorioso apóstol Santiago, elegido entre los primeros! Tú fuiste el primero, entre los apóstoles, en beber el cáliz del Señor. ¡Oh feliz pueblo de España, protegido por un tal patrono! Por ti el Poderoso ha hecho obras grandes. Aleluya.

Preces:

Oremos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, y pidámosle que, por intercesión del apóstol Santiago, proteja a nuestra nación y bendiga a todos los hombres; digamos:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.

Padre santo, tú que dispusiste que nuestra nación fuera protegida por el apóstol Santiago,

concede a cuantos en ella moran ser fieles a su mensaje evangélico.

Padre santo, bendice a la Conferencia Episcopal de nuestra nación y derrama tu Espíritu sobre nuestros obispos,

para que con celo propaguen el mensaje apostólico.

Padre santo, haz que nuestros gobernantes y cuantos les asisten

gobiernen con rectitud y trabajen por el bien de todos.

Padre santo, derrama tu Espíritu sobre nuestro pueblo,

para que todos vivamos en mutua comprensión y cumplamos con lealtad nuestros deberes cívicos.

Padre santo, tú que quisiste que el apóstol Santiago fuera el primero, entre los apóstoles, en gozar del reino de tu Hijo resucitado,

concede a nuestros difuntos participar en esta misma gloria.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que tu Iglesia, reconfortada constantemente por su patrocinio, sea fortalecida por su testimonio, y que los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo.


Santos Joaquín y Ana, padres de la Bienaventurada Virgen María.
(26 julio).

Memoria obligatoria.

LAUDES | VÍSPERAS

Del común de santos varones, excepto lo siguiente:

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios admirable en sus santos.

O bien: Aclamemos al Señor en esta celebración de san Joaquín y santa Ana.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Himno:

Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida
de la mejor libertad.
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.

A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Isaías 55, 3.

Inclinad vuestro oído, venid a mí: escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros una alianza perpetua, las misericordias firmes hechas a David.

Responsorio breve:

V. Por su entrañable misericordia, Nos ha visitado el Señor.

R. Por su entrañable misericordia, Nos ha visitado el Señor.

V. De la descendencia de David sacó un salvador: Jesucristo.

R. Nos ha visitado el Señor.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Por su entrañable misericordia, Nos ha visitado el Señor.

Antífona Benedictus: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo.

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo.

Preces:

Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo, diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.

Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,

compadécete de nuestras debilidades.

Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,

danos el progresar por caminos de santidad.

Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo,

ilumina nuestras vidas con tu propia luz.

Señor Jesús, que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran,

haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad.

Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,

haz que en la gloria contemplemos tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Señor, Dios de nuestros padres, que concediste a los santos Joaquín y Ana la gracia de que naciera de ellos la Madre de tu Hijo encarnado, concédenos, por la plegaria de ambos, la salvación prometida a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SANTOS JOAQUÍN Y ANA.

Himno:

Cuando, Señor, el día ya declina,
quedaos con el hombre, que la noche
del tiempo y de la lucha en que camina
turba su corazón con su reproche.

Disipad nuestras dudas, hombres santos,
que, en el alto glorioso del camino,
ya dejasteis atrás temores tantos
de perder vuestra fe en el don divino.

Perdonad nuestros miedos, seguidores
del camino en la fe que os fue ofrecido,
hacednos, con vosotros, confesores
de la fe y del amor que habéis vivido.

Que tu amor, Padre santo, haga fuerte
nuestro amor, nuestra fe en tu Hijo amado,
que la hora suprema de la muerte
sea encuentro en la luz, don consumado. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Romanos 9, 4-5.

A los israelitas pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos. Amén.

Responsorio breve:

V. Auxilia a Israel, su siervo, Acordándose de su misericordia.

R. Auxilia a Israel, su siervo, Acordándose de su misericordia.

V. Como lo había prometido a nuestros padres.

R. Acordándose de su misericordia.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Auxilia a Israel, su siervo, Acordándose de su misericordia.

Antífona Magníficat: La muy noble descendencia de Jesé ha producido un hermoso renuevo, del cual ha brotado un vástago lleno de suave fragancia.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: La muy noble descendencia de Jesé ha producido un hermoso renuevo, del cual ha brotado un vástago lleno de suave fragancia.

Preces:

Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión y el ejemplo de los santos, nos impulse a una vida santa, y digamos:
Haznos santos, Señor, porque tú eres santo.

Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,

haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.

Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito,

ayúdanos a dar fruto de buenas obras.

Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,

guárdanos en tu nombre, para que todos seamos uno.

Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,

haz que, comiendo el pan que ha bajado del cielo, alcancemos la perfección del amor.

Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,

y admite a los difuntos en tu reino, para que puedan contemplar tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Señor, Dios de nuestros padres, que concediste a los santos Joaquín y Ana la gracia de que naciera de ellos la Madre de tu Hijo encarnado, concédenos, por la plegaria de ambos, la salvación prometida a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beato Joaquín de la Madrid Arespacochaga, presbítero y mártir.
(27 de julio).

En Azucaica y Toledo Memoria libre.

Del común de Un Mártir.

Oración:
(del común de un mártir)


Santos Marta, María y Lázaro.
(29 julio).

Memoria obligatoria.

LAUDES | VÍSPERAS

Del Común de Santos Varones.

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios admirable en sus santos.

O bien:

Antífona: Aclamemos al Señor en esta celebración de los Santos Marta, María y Lázaro.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Himno:

¡Qué allegada estuviste, oh, Marta,
al corazón de Cristo!
que tus méritos nos hagan provechoso
este himno que entonamos en tu alabanza.

El Señor se hospedó a menudo
en la quietud apacible de tu casa;
allí se complacía en tus palabras
y en la premura de tus desvelos.

Eres la primera en lamentar la muerte de Lázaro
y te deshaces en lágrimas con María,
cuando ves repentinamente
que el grito del Maestro lo ha devuelto a la vida.

Tú, que después que Jesús te probara,
confesaste con fe pronta tu esperanza en la resurrección,
haz ardientes nuestros pasos
en el camino que lleva al reino de los cielos.

El honor, la fuerza y el poder al Padre,
al Hijo y al santo Pneuma;
que nos concedan contemplar
eternamente contigo su gloria. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Romanos 12, 1-2.

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Responsorio breve:

V. Los justos se alegran En la presencia de Dios.

R. Los justos se alegran En la presencia de Dios.

V. Rebosando de alegría.

R. En la presencia de Dios.

V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Los justos se alegran En la presencia de Dios.

Antífona Benedictus: Jesús, levantando los ojos a lo alto, gritó con voz potente: «¡Lázaro, sal fuera!».

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: Jesús, levantando los ojos a lo alto, gritó con voz potente: «¡Lázaro, sal fuera!».

Preces: (Del común de santos varones).

Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo, diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.

Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,

compadécete de nuestras debilidades.

Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,

danos el progresar por caminos de santidad.

Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo,

ilumina nuestras vidas con tu propia luz.

Señor Jesús, que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran,

haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad.

Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,

haz que en la gloria contemplemos tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, tu Hijo llamó a Lázaro del sepulcro a la vida, y se dignó hospedarse en casa de Marta, haz que, sirviéndole a él fielmente en nuestros hermanos, merezcamos, con María, ser alimentados con la meditación de su palabra. Él, que vive y reina contigo.


VÍSPERAS
Santos Marta, María y Lázaro.

Himno:

Te celebramos, oh, Marta,
con tus hermanos,
afortunada al merecer hospedar
a Cristo en tu casa.

Movida dulcemente
a impulsos del amor,
te desvivías toda solícita en atender
a huésped tan ilustre.

Mientras disponías complacida
la mesa para el Señor,
María y Lázaro tomaban para sus almas
el sustento de la vida y de la gracia.

Tu hermana ungía con nardo puro
al que estaba a punto de morir
y tú le ofrecías presurosa
tus últimos cuidados.

Oh, huéspedes dichosos de Jesús,
que prenda el amor en nuestros corazones,
y serán, como Betania,
cálidos hogares para la amistad y la confianza.

Gloria a la santa Trinidad
y que ella nos hospede al fin
en la casa del cielo donde entonar
con vosotros sus alabanzas. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Romanos 8, 28-30.

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve:

V. El Señor es justo Y ama la justicia.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

V. Los buenos verán su rostro.

R. Y ama la justicia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

Antífona Magníficat: Jesús amaba a Marta, a su hermana y a su hermano Lázaro.

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: Jesús amaba a Marta, a su hermana y a su hermano Lázaro.

Preces (Del común de santos varones):

Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión y el ejemplo de los santos, nos impulse a una vida santa, y digamos:
Haznos santos, Señor, porque tú eres santo.

Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,

haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.

Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito,

ayúdanos a dar fruto de buenas obras.

Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,

guárdanos en tu nombre, para que todos seamos uno.

Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,

haz que, comiendo el pan que ha bajado del cielo, alcancemos la perfección del amor.

Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,

y admite a los difuntos en tu reino, para que puedan contemplar tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, tu Hijo llamó a Lázaro del sepulcro a la vida, y se dignó hospedarse en casa de Marta, haz que, sirviéndole a él fielmente en nuestros hermanos, merezcamos, con María, ser alimentados con la meditación de su palabra. Él, que vive y reina contigo.


San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia.
(30 julio).

Memoria libre.

Del Común de Santos Pastores, o de Doctores Iglesia.

Oración:

Oh, Dios, que hiciste del obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de tu Verbo encarnado, concédenos, por su intercesión, meditar siempre en nuestro corazón los misterios de tu salvación y manifestarlos fielmente en las obras. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beato Ricardo Pla Espí, presbítero y mártir.
(30 de julio).

En Toledo Memoria libre.

Del común de Un Mártir.

Oración:
(del común de un mártir)


Beato Federico Rubio y compañeros, religiosos y mártires.
(30 de julio).

Memoria obligatoria en Talavera de la Reina.
Memoria libre en la Archidiócesis de Toledo.

Del común de varios mártires.

Oración:

Oh Dios, rico en misericordia, que otorgaste a los beatos Federico Rubio y compañeros, configurados a Cristo compasivo hacia los que sufren, la gracia de ser testigos de la fe con el martirio y de consagrar su vida a los pobres y enfermos; concédenos por su intercesión, ser fuertes en la confesión de tu nombre y fervientes en el servicio a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beatos Juan de la Cruz Delgado, Arturo Donoso y compañeros, religiosos y mártires.
(30 de julio).

Memoria obligatoria en Puebla de Alcocer y Casas de Don Pedro.

Del común de varios mártires.

Oración:

Oh Dios, rico en misericordia, que otorgaste a los beatos Juan de la Cruz Delgado, Arturo Donoso y compañeros, configurados a Cristo compasivo hacia los que sufren, la gracia de ser testigos de la fe con el martirio y de consagrar su vida a los pobres y enfermos; concédenos por su intercesión, ser fuertes en la confesión de tu nombre y fervientes en el servicio a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo.


Beatos Constancio de san José Mata, y Luis y José María de la Virgen Dolorosa Álamo Jiménez, religiosos, y compañeros, mártires.
(30 de julio).

Memoria libre en Toledo y Cabañas de Yepes.

Del común de varios mártires.

Oración:
(del común de varios mártires).


Beatos José de Mora-Granados y compañeros, religiosos y mártires.
(30 de julio).

Memoria libre en Aldeanueva de San Bartolomé, Recas y Mascaraque.

Del común de varios mártires.

Oración:

Oh Dios, rico en misericordia, que otorgaste a los beatos José de Mora-Granados y compañeros, configurados a Cristo compasivo hacia los que sufren, la gracia de ser testigos de la fe con el martirio y de consagrar su vida a los pobres y enfermos; concédenos por su intercesión, ser fuertes en la confesión de tu nombre y fervientes en el servicio a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo.


San Ignacio de Loyola, presbítero.
(31 julio).

Memoria obligatoria.

Del Común de Santos Pastores, o de Santos Varones: para un religioso.

LAUDES | VÍSPERAS

Antífona Invitatorio: Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios admirable en sus santos.

O bien: Aclamemos al Señor en esta celebración de san Ignacio de Loyola.

| Invitatorio 94 | Invitatorio 99 |

| Invitatorio 66 | Invitatorio 23 |

Himno:

Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida
de la mejor libertad.
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.

A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Romanos 12, 1-2.

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Responsorio breve:

V. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

R. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

V. Y sus pasos no vacilan.

R. La ley de su Dios.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Lleva en el corazón La ley de su Dios.

Antífona Benedictus: ¡Ojalá pueda conocer a Cristo, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos!

Cántico Benedictus: Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: ¡Ojalá pueda conocer a Cristo, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos!

Preces:

Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo, diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.

Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,

compadécete de nuestras debilidades.

Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,

danos el progresar por caminos de santidad.

Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo,

ilumina nuestras vidas con tu propia luz.

Señor Jesús, que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran,

haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad.

Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,

haz que en la gloria contemplemos tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para propagar la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, combatiendo en la tierra con su protección y su ejemplo, merezcamos ser coronados con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.


VÍSPERAS
SAN IGNACIO DE LOYOLA.

Himno: (de santos varones: religiosos).

Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.

Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.

Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.

Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.

Salmodia: (se rezan los salmos de la semana y el día correspondiente):

| Semana 1a | Semana 2a |

| Semana 3a | Semana 4a |

Lectura breve: Carta a los Romanos 8, 28-30. (Del común de santos varones).

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve: (Del común de santos varones).

V. El Señor es justo Y ama la justicia.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

V. Los buenos verán su rostro.

R. Y ama la justicia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El Señor es justo Y ama la justicia.

Antífona Magníficat: ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?

Cántico Magníficat: Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magníficat: ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?

Preces: (Del común de santos varones).

Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión y el ejemplo de los santos, nos impulse a una vida santa, y digamos:
Haznos santos, Señor, porque tú eres santo.

Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,

haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.

Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito,

ayúdanos a dar fruto de buenas obras.

Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,

guárdanos en tu nombre, para que todos seamos uno.

Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,

haz que, comiendo el pan que ha bajado del cielo, alcancemos la perfección del amor.

Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,

y admite a los difuntos en tu reino, para que puedan contemplar tu rostro.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Oración:

Oh, Dios, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para propagar la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, combatiendo en la tierra con su protección y su ejemplo, merezcamos ser coronados con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.




INVITATORIO:

Salmo 94.
Venid, aclamemos al Señor.

Animaos los unos a los otros, día tras día,
mientras dure este «hoy». (Hb 3, 13)

Se anuncia la antífona.

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Se repite la antífona.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Se repite la antífona.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Se repite la antífona.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras».

Se repite la antífona.

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso».

Se repite la antífona.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

También se pueden pronunciar éstos salmos, en lugar del Salmo 94.

Salmo 99.
Alegría de los que entran en el templo.

El Señor manda que
los redimidos entonen
un himno de victoria. (S. Atanasio)

Se anuncia la antífona.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.

Se repite la antífona.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Se repite la antífona.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

Se repite la antífona.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades».

Se repite la antífona.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Salmo 66.
Que todos los pueblos alaben al Señor.

Sabed que la salvación de Dios
se envía a los gentiles. (Hch 28, 28)

Se anuncia la antífona.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Se repite la antífona.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Se repite la antífona.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra.

Se repite la antífona.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Se repite la antífona.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Se repite la antífona.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 23.
Entrada solemne de Dios en el templo.

Las puertas del cielo se abren
ante Cristo que, como hombre,
sube al cielo. (S. Ireneo)

Se anuncia la antífona.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.

Se repite la antífona.

— ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

Se repite la antífona.

— El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Se repite la antífona.

— Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Se repite la antífona.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

Se repite la antífona.

— ¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

Se repite la antífona.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

Se repite la antífona.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, Dios de los ejércitos;
él es el Rey de la gloria.

Se repite la antífona.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


CÁNTICO EVANGÉLICO PARA LAUDES:

— BENEDICTUS —

Lucas 1, 68-79
El Mesías y su Precursor.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

CÁNTICO EVANGÉLICO PARA VÍSPERAS:

— MAGNÍFICAT —

Lucas 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

















Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close