L-III-PAR-24-34

MISAL ROMANO

LECCIONARIO III (par)

PARA LAS FERIAS DEL TIEMPO ORDINARIO

AÑOS PARES

SEMANAS 24 al 34

2425262728

293031323334


APÉNDICE I: Aleluya para las ferias del tiempo ordinario



24ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXIV semana del tiempo ordinario

Martes de la XXIV semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXIV semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXIV semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXIV semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXIV semana del tiempo ordinario


25ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXV semana del tiempo ordinario

Martes de la XXV semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXV semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXV semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXV semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXV semana del tiempo ordinario


26ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXVI semana del tiempo ordinario

Martes de la XXVI semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXVI semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXVI semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXVI semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXVI semana del tiempo ordinario


27ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXVII semana del tiempo ordinario

Martes de la XXVII semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXVII semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXVII semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXVII semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXVII semana del tiempo ordinario


28ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXVIII semana del tiempo ordinario

Martes de la XXVIII semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXVIII semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXVIII semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXVIII semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXVIII semana del tiempo ordinario


29ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXIX semana del tiempo ordinario

Martes de la XXIX semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXIX semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXIX semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXIX semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXIX semana del tiempo ordinario


30ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXX semana del tiempo ordinario

Martes de la XXX semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXX semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXX semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXX semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXX semana del tiempo ordinario


31ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXXI semana del tiempo ordinario

Martes de la XXXI semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXXI semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXXI semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXXI semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXXI semana del tiempo ordinario


32ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXXII semana del tiempo ordinario

Martes de la XXXII semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXXII semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXXII semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXXII semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXXII semana del tiempo ordinario


33ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXXIII semana del tiempo ordinario

Martes de la XXXIII semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXXIII semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXXIII semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXXIII semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXXIII semana del tiempo ordinario


34ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Martes de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Miércoles de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Jueves de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Viernes de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Sábado de la XXXIV semana del tiempo ordinario



Tiempo Ordinario
(AÑO PAR)

SEMANA XXIV (Año Par)

LUNES DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 11, 17-26. 33

Si hay divisiones entre vosotros, eso no es comer la Cena del Señor.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

HERMANOS:

Al prescribiros esto, no puedo alabaros, porque vuestras reuniones causan más daño que provecho.

En primer lugar, he oído que cuando se reúne vuestra asamblea hay divisiones entre vosotros; y en parte lo creo; realmente tiene que haber escisiones entre vosotros para que se vea quiénes resisten a la prueba.

Así, cuando os reunís en comunidad, eso no es comer la Cena del Señor, pues cada uno se adelanta a comer su propia cena, y mientras uno pasa hambre, el otro está borracho.

¿No tenéis casas donde comer y beber? ¿O tenéis en tan poco a la Iglesia de Dios que humilláis a los que no tienen?

¿Qué queréis que os diga? ¿Que os alabe?

En esto no os alabo.

Porque yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:

«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del Cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Por ello, hermanos míos, cuando os reunís para comer esperaos unos a otros.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17 (R.: 1 Cor 11, 26b).

R. Proclamad la muerte del Señor, hasta que vuelva.

V. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy». R.

V. «Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». R.

V. He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. R.

V. Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»,
los que desean tu salvación. R.


Aleluya

Cf. Jn 3, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna. R.


EVANGELIO

Lc 7, 1-10

Ni en Israel he encontrado tanta fe.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún.

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:

«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga».

Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:

«Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; y a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».

Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo:

«Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».

Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.


Palabra del Señor.


MARTES DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 12, 12-14. 27-31a

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

HERMANOS:

Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro, sino muchos.

Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Pues en la Iglesia Dios puso en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en el tercero, a los maestros; después, los milagros; después el carisma de curaciones, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?

Ambicionad los carismas mayores.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 99, 2. 3. 4. 5 (R.: 3c)

R. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.

V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

V. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.

V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R.


Aleluya

Lc 7, 17

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.


EVANGELIO

Lc 7, 11-17

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.

Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:

«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:

«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo:

«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».

Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.


Palabra del Señor.


MIÉRCOLES DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 12, 31 13, 13

Quedan la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

HERMANOS:

Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.

Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.

Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.

Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.

El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor no pasa nunca.

Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.

Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.

En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 32, 2-3. 4-5. 12 y 22 (R.: cf. 12)

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

V. Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R.

V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.


Aleluya

Cf. Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


EVANGELIO

Lc 7, 31-35

Hemos tocado y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo el Señor:

«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes?

Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de:

“Hemos tocado la flauta
y no habéis bailado,
hemos entonado lamentaciones
y no habéis llorado”.

Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: Tiene un demonio; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.

Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».


Palabra del Señor.


JUEVES DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 15, 1-11

Predicamos esto, y así lo creísteis vosotros.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

OS recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.

Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 117, 1-2. 16-17. 28 (R.: 1)

R. Dad gracias al Señor porque es bueno.

O bien:

R.   Aleluya.

V. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.R.

V. «La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.

V. Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo. R.


Aleluya

Mt 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados dice el Señor,
y yo os aliviaré. R.


EVANGELIO

Lc 7, 36-50

Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.

En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

Él contestó:

«Dímelo, Maestro».

«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?».

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Y él le dijo:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:

«¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?».

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».


Palabra del Señor.



VIERNES DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 15, 12-20

Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

HERMANOS:

Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

Pues bien: si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe; más todavía: resultamos unos falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra él, diciendo que ha resucitado a Cristo, a quien no ha resucitado… si es que los muertos no resucitan.

Pues si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís estando en vuestros pecados; de modo que incluso los que murieron en Cristo han perecido.

Si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo sólo en esta vida, somos los más desgraciados de toda la humanidad.

Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 16, 1bcde. 6-7. 8 y 15 (R.: 15b)

R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

V. Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

V. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R.

V. Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.


Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.


EVANGELIO

Lc 8, 1-3

Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

1 Cor 15, 35-37. 42-49

Se siembra un cuerpo corruptible, resucita incorruptible.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.

HERMANOS:

Alguno preguntará: «¿Y cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?».

Insensato, lo que tú siembras no recibe vida si (antes) no muere. Y al sembrar, no siembras el cuerpo que llegará a ser, sino un simple grano, de trigo, por ejemplo, o de cualquier otra planta.

Lo mismo es la resurrección de los muertos: se siembra un cuerpo corruptible, resucita incorruptible; se siembra un cuerpo sin gloria, resucita glorioso; se siembra un cuerpo débil, resucita lleno de fortaleza; se siembra un cuerpo animal, resucita espiritual. Si hay un cuerpo animal, lo hay también espiritual.

Efectivamente, así está escrito: el primer hombre, Adán, se convirtió en viviente. El último Adán, un espíritu vivificante. Pero no fue primero lo espiritual, sino primero lo material, y después lo espiritual.

El primer hombre, que proviene de la tierra, es terrenal; el segundo hombre es del cielo.

Como el hombre terrenal, así son los de la tierra; como el celestial, así son los del cielo.

Y lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 55, 10. 11-12. 13-14. (R.: Cf. 14cd)

R. Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.

V. Que retrocedan mis enemigos
cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios. R.

V. En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? R.

V. Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias;
porque libraste mi alma de la muerte,
mis pies de la caída;
para que camine en presencia de Dios
a la luz de la vida. R.


Aleluya

Cf. Lc 8, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.


EVANGELIO

Lc 8, 4-15

Lo de la tierra buena son los que guardan la palabra y dan fruto con perseverancia.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo Jesús en parábola:

«Salió el sembrador a sembrar su semilla.

Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.

Otra parte cayó en terreno pedregoso y, después de brotar, se secó por falta de humedad.

Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron.

Y otra parte cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno».

Dicho esto, exclamó:

«El que tenga oídos para oír, que oiga».

Entonces le preguntaron los discípulos qué significaba esa parábola.

Él dijo:

«A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.

El sentido de la parábola es éste: la semilla es la Palabra de Dios.

Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.

Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.

Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes y riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro.

Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia».


Palabra del Señor.


SEMANA XXV (Año Par)

LUNES DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Prov 3, 27-34

El Señor detesta al perverso.

Lectura del libro de los Proverbios.

HIJO mío:

No niegues un favor a quien lo necesita,
si está en tu mano concedérselo.

Si tienes, no digas al prójimo:
«Anda, vete; mañana te lo daré».

No trames daños contra tu prójimo,
mientras vive confiado a tu lado;
no pleitees con nadie sin motivo,
si no te ha hecho daño alguno;
no envidies al hombre violento,
ni trates de imitar su conducta,
porque el Señor detesta al perverso
y pone su confianza en los honrados;
el Señor maldice la casa del malvado
y bendice la morada del justo;
el Señor se burla de los burlones
y concede su gracia a los humildes.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5.

R. El justo habite en tu monte santo, Señor.

V. El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

V. El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino.
El que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.


Aleluya

Mt 5, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Brille así vuestra luz ante los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre. R.


EVANGELIO

Lc 8, 16-18

La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís. Pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».


Palabra del Señor.



MARTES DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Prov 21, 1-6. 10-13

Sentencias diversas.

Lectura del libro de los Proverbios.

EL corazón del rey es una acequia
que el Señor canaliza adonde quiere.

El hombre juzga recto su camino,
pero el Señor pesa los corazones.

Practicar el derecho y la justicia
el Señor lo prefiere a los sacrificios.

Ojos altivos, corazón ambicioso;
faro de los malvados es el pecado.

Los planes del diligente traen ganancia;
los del hombre atolondrado, indigencia.

Tesoros ganados con boca embustera,
humo que se disipa y trampa mortal.

El malvado se afana en el mal,
nunca se apiada del prójimo.

Castigas al cínico y aprende el inexperto,
pero el sabio aprende oyendo la lección.

El honrado observa la casa del malvado
y ve cómo se hunde en la desgracia.

Quien cierra los oídos al clamor del pobre
no será escuchado cuando grite.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44 (R.: 35a)

R. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

V. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor. R.

V. Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R.

V. Escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R.

V. Enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón. R.

V. Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R.

V. Cumpliré sin cesar tu ley,
por siempre jamás. R.


Aleluya

Lc 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen. R.


EVANGELIO

Lc 8, 19-21

Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces le avisaron:

«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él respondió diciéndoles:

«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».


Palabra del Señor.



MIÉRCOLES DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Prov 30, 5-9

No me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan.

Lectura del libro de los Proverbios.

LAS palabras de Dios son de fiar,
él es escudo para los que esperan en él.

No añadas nada a sus palabras,
te replicará y quedarás por mentiroso.

Dos cosas te he pedido,
no me las niegues antes de morir:
aleja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme mi ración de pan;
no sea que me sacie y reniegue de ti,
diciendo: «¿Quién es el Señor?»;
no sea que robe por necesidad
y ofenda el nombre de mi Dios.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163 (R.: 105a)

R. Lámpara es tu palabra para mis pasos.

V. Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad. R.

V. Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

V. Tu palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo. R.

V. Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R.

V. Considero tus mandatos,
y odio el camino de la mentira. R.

V. Detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu ley. R.


Aleluya

Mc 1, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Está cerca el reino de Dios;
convertíos y creed en el Evangelio. R.


EVANGELIO

Lc 9, 1-6

Los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.

Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:

«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos».

Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.


Palabra del Señor.



JUEVES DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ecl 1, 2-11

Nada hay nuevo bajo el sol.

Lectura del libro del Eclesiastés.

¡VANIDAD de vanidades! —dice Qohélet—.
¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!

¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que se afana bajo el sol?

Una generación se va, otra generación viene, pero la tierra siempre permanece.

Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur, gira al norte, gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar.

Todos los ríos se encaminan al mar, y el mar nunca se llena; pero siempre se encaminan los ríos al mismo sitio.

Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír.

Lo que pasó volverá a pasar;
lo que ocurrió volverá a ocurrir:
nada hay nuevo bajo el sol.

De algunas cosas se dice: «Mira, esto es nuevo». Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros.

Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1bc)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

V. Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

V. Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

V. Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

V. Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R.


Aleluya

Jn 14, 6bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy el camino y la verdad y la vida —dice el Señor—;
nadie va al Padre sino por mí. R.


EVANGELIO

Lc 9, 7-9

A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.


Palabra del Señor.



VIERNES DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ecl 3, 1 -11

Cada cosa tiene su momento bajo el cielo.

Lectura del libro del Eclesiastés.

TODO tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

Tiempo de nacer, tiempo de morir;
tiempo de plantar, tiempo de arrancar;
tiempo de matar, tiempo de sanar;
tiempo de destruir, tiempo de construir;
tiempo de llorar, tiempo de reír;
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar;
tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas;
tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse;
tiempo de buscar, tiempo de perder;
tiempo de guardar, tiempo de arrojar;
tiempo de rasgar, tiempo de coser;
tiempo de callar, tiempo de hablar;
tiempo de amar, tiempo de odiar;
tiempo de guerra, tiempo de paz.

¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo, pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 143, 1ab y 2abc. 3-4 (R.: 1a)

R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

V. Bendito el Señor, mi Roca;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio. R.

V. Señor, ¿qué es el hombre
para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán
para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa. R.


Aleluya

Mc 10, 45

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Hijo del hombre ha venido a servir
y dar su vida en rescate por muchos. R.


EVANGELIO

Lc 9, 18-22

Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos contestaron:

«Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie, porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ecl 11, 9 – 12, 8

Acuérdate del Creador en los años mozos, antes de que el polvo vuelva a la tierra y el espíritu a Dios.

Lectura del libro del Eclesiastés.

DISFRUTA mientras eres muchacho y pásalo bien en la juventud; déjate llevar del corazón y de lo que te recrea la vista; pero sábete que Dios te llevará a juicio para dar cuenta de todo.

Rechaza las penas del corazón y rehúye los dolores del cuerpo: adolescencia y juventud son efímeras.

Acuérdate de tu Creador en tus años mozos, antes de que lleguen los días aciagos y te alcancen los años en que digas: «No les saco gusto»; antes de que se oscurezcan el sol, la luz, la luna y las estrellas, y tras la lluvia vuelva el nublado.

Ese día temblarán los guardianes de la casa, y los valientes se encorvarán; las que muelen serán pocas y se pararán; los que miran por las ventanas se ofuscarán; las puertas de la calle se cerrarán y el ruido del molino será sólo un eco; se debilitará el canto de los pájaros, las canciones se irán apagando; darán miedo las alturas y en las calles rondarán los terrores; cuando florezca el almendro y se arrastre la langosta y sea ineficaz la alcaparra; porque el hombre va a la morada de su eternidad y el cortejo fúnebre recorre las calles.

Antes de que se rompa el hilo de plata y se destroce la copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente y se raje la polea del pozo, y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva al Dios que lo dio.

Vanidad de vanidades, dice Qohélet, vanidad de vanidades, todo es vanidad.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1bc)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

V. Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

V. Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

V. Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

V. Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R.


Aleluya

Cf. 2 Tm 1, 10

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.


EVANGELIO

Lc 9, 43b-45

El Hijo del hombre va a ser entregado.
Les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

«Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.


Palabra del Señor.


SEMANA XXVI (Año Par)

LUNES DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 1, 6-22

El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor.

Lectura del libro de Job.

UN día los hijos de Dios se presentaron ante el Señor; entre ellos apareció también Satán.

El Señor preguntó a Satán:

«¿De dónde vienes?».

Satán respondió al Señor:

«De dar vueltas por la tierra; de andar por ella».

El Señor añadió:

«¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y vive apartado del mal».

Satán contestó al Señor:

«¿Y crees que Job teme a Dios de balde? ¿No has levantado tú mismo una valla en torno a él, su hogar y todo lo suyo? Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se extienden por el país. Extiende tu mano y daña sus bienes y ¡ya verás cómo te maldice en la cara!».

El Señor respondió a Satán:

«Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él ni lo toques».

Satán abandonó la presencia del Señor.

Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job con esta noticia:

«Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado este de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido a las ovejas y a los pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado este de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Una banda de caldeos, divididos en tres grupos, se ha echado sobre los camellos y se los ha llevado, después de apuñalar a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado este de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo».

Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo:

«Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor».

A pesar de todo esto, Job no pecó ni protestó contra Dios.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 16, 1bcde. 2-3. 6-7 (R.: 6b)

R. Inclina el oído y escucha mis palabras.

V. Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

V. Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche;
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R.

V. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R.


Aleluya

Mc 10, 45

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Hijo del hombre ha venido para servir
y dar su vida en rescate por muchos. R.


EVANGELIO

Lc 9, 46-50

El más pequeño de vosotros es el más importante.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.

Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:

«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».

Entonces Juan tomó la palabra y dijo:

«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no anda con nosotros».

Jesús le respondió:

«No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».


Palabra del Señor.



MARTES DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 3, 1-3. 11-17. 20-23

¿Por qué se da luz a un desgraciado?

Lectura del libro de Job.

JOB abrió la boca y maldijo su día, diciendo:

«¡Muera el día en que nací
y la noche que anunció:
Se ha concebido un varón”!

¿Por qué al salir del vientre no morí
o perecí al salir de las entrañas?

¿Por qué me recibió un regazo
y unos pechos me dieron de mamar?

Ahora descansaría tranquilo,
ahora dormiría descansado
con los reyes y consejeros de la tierra
que se hacen levantar mausoleos,
o con los nobles que amontonan oro,
que acumulan plata en sus palacios.

Como aborto enterrado, no existiría,
igual que criatura que no llega a ver la luz.

Allí acaba el ajetreo de los malvados,
allí reposan los que están desfallecidos.

¿Por qué se da luz a un desgraciado
y vida a los que viven amargados,
que ansían la muerte que no llega
y la buscan más escondida que un tesoro,
que gozarían al contemplar el túmulo,
se alegrarían al encontrar la tumba;
al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8 (R.: 3a)

R. Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

V. Señor, Dios Salvador mío,
día y noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor. R.

V. Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido. R.

V. Estoy libre, pero camino entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano. R.

V. Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas y en las sombras de muerte;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas. R.


Aleluya

Mc 10, 45

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Hijo del hombre ha venido a servir
y dar su vida en rescate por muchos. R.


EVANGELIO

Lc 9, 51-56

Tomó la decisión de ir a Jerusalén.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

CUANDO se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».

Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.


Palabra del Señor.


MIÉRCOLES DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 9, 1-12. 14-16

El mortal no es justo ante Dios.

Lectura del libro de Job.

RESPONDIÓ Job a sus amigos:

«¡Sé muy bien que es así:
que el mortal no es justo ante Dios.

Si quiere pleitear con él,
de mil razones no le rebatirá ni una.

Él es sabio y poderoso,
¿quién le resiste y queda ileso?

Desplaza montañas sin que se note,
cuando las vuelca con su cólera.

Estremece la tierra en sus cimientos,
hace retemblar sus pilares;
manda al sol que no brille
y guarda bajo sello las estrellas.

Él solo despliega los cielos
y camina sobre el dorso del Mar.

Creó la Osa y Orión,
las Pléyades y las Cámaras del Sur.

Hace prodigios insondables,
maravillas innumerables.

Si cruza junto a mí, no lo veo;
me roza, al pasar, y no lo siento;
si en algo hace presa, ¿quién se lo impedirá?,
¿quién le reclamará: Qué estás haciendo?

Cuánto menos podré yo replicarle
o escoger argumentos contra él.

Aunque tuviera yo razón, no respondería,
tendría que suplicar a mi adversario;
aunque lo citara y me respondiera,
no creo que me hiciera caso».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 87, 10bc-11. 12-13. 14-15 (R.: 3a)

R. Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

V. Todo el día te estoy invocando, Señor,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias? R.

V. ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido? R.

V. Pero yo te pido auxilio, Señor;
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro? R.


Aleluya

Flp 3, 8-9

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura
con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él. R.


EVANGELIO

Lc 9, 57-62

Te seguiré adondequiera que vayas.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas».

Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

«Sígueme».

Él respondió:

«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».

Jesús le contestó:

«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».


Palabra del Señor.


JUEVES DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 19, 21-27

Yo sé que está vivo mi Redentor.

Lectura del libro de Job.

DIJO Job:

«¡Piedad, piedad de mí, amigos míos,
que me ha herido la mano de Dios!

¿Por qué me perseguís como Dios
y no os hartáis de escarnecerme?

¡Ojalá se escribieran mis palabras!
¡Ojalá se grabaran en cobre,
con cincel de hierro y con plomo
se escribieran para siempre en la roca!

Yo sé que mi redentor vive
y que al final se alzará sobre el polvo:
después que me arranquen la piel,
ya sin carne, veré a Dios.

Yo mismo lo veré, y no otro;
mis propios ojos lo verán.
¡Tal ansia me consume por dentro!».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 26, 7-8ab. 8c-9abcd. 13-14 (R.: 13)

R. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

V. Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro». R.

V. Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R.

V. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.


Aleluya

Mc 1, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Está cerca el reino de Dios;
convertíos y creed en el Evangelio. R.


EVANGELIO

Lc 10, 1-12

Descansará sobre ellos vuestra paz.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».


Palabra del Señor.


VIERNES DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5

¿Has mandado a la mañana y entrado por las fuentes del Mar?

Lectura del libro de Job.

EL Señor habló a Job desde la tormenta:

«¿Has mandado en tu vida a la mañana
o señalado su puesto a la aurora,
para que agarre la tierra por los bordes
y sacuda de ella a los malvados;
para marcarla como arcilla bajo el sello
y teñirla lo mismo que un vestido;
para negar la luz a los malvados
y quebrar el brazo sublevado?

¿Has entrado por las fuentes del Mar
o paseado por la hondura del Océano?
¿Te han enseñado las puertas de la Muerte
o has visto los portales de las Sombras?
¿Has examinado la anchura de la tierra?

Cuéntamelo, si lo sabes todo.
¿Por dónde se va a la casa de la luz?,
¿dónde viven las tinieblas?
¿Podrías conducirlas a su tierra
o enseñarles el camino de su casa?

Lo sabrás, pues ya habías nacido
y has cumplido tantísimos años».

Job respondió al Señor:

«Me siento pequeño, ¿qué replicaré?
Me taparé la boca con la mano.
Hablé una vez, no insistiré;
dos veces, nada añadiré».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 138, 1b-3. 7-8. 9-10. 13-14ab (R.: 24b)

R. Guíame, Señor, por el camino eterno.

V. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.

V. Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R.

V. Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias porque me has plasmado portentosamente,
porque son admirables tus obras. R.


Aleluya

Cf. Sal 94, 8a. 7d

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.


EVANGELIO

Lc 10, 13-16

Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús:

«¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.

Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».


Palabra del Señor.


SÁBADO DE LA XXVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Job 42, 1-3. 5-6. 12-17

Ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto.

Lectura del libro de Job.

JOB respondió al Señor:

«Reconozco que lo puedes todo,
que ningún proyecto te resulta imposible.

Dijiste:

¿Quién es ese que enturbia mis designios
sin saber siquiera de qué habla?.

Es cierto, hablé de cosas que ignoraba,
de maravillas que superan mi comprensión.
Te conocía solo de oídas,
pero ahora te han visto mis ojos;
por eso, me retracto y me arrepiento,
echado en el polvo y la ceniza».

El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas.

Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma; la segunda, Acacia; y la tercera, Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos.

Job vivió otros ciento cuarenta años, y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.

Murió anciano tras una larga vida.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 118, 66. 71. 75. 91. 125. 130 (R.: 135a)

R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

V. Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento,
porque me fío de tus mandatos. R.

V. Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus decretos. R.

V. Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir. R.

V. Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R.

V. Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos. R.

V. La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.


Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.


EVANGELIO

Lc 10, 17-24

Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:

«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».

Jesús les dijo:

«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».

Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:

«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».


Palabra del Señor.


SEMANA XXVII (Año Par)

LUNES DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 1, 6-12

No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por revelación de Jesucristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Me maravilla que hayáis abandonado tan pronto al que os llamó por la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio.

No es que haya otro evangelio; lo que pasa es que algunos os están turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo.

Pues bien, aunque nosotros o un ángel del cielo os predicara un evangelio distinto del que os hemos predicado, ¡sea anatema!

Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea anatema!

Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿o trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; pues yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 110, 1b-2. 7-8. 9 y 10c (R.: cf. 5b)

R. Tú, Señor, me sacaste vivo de la fosa.

O bien:

R. Aleluya.

V. Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.

V. Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud. R.

V. Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza.
Su nombre es sagrado y temible.
La alabanza del Señor dura por siempre. R.


Aleluya

Jn 13, 34

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Os doy un mandamiento nuevo dice el Señor,
que os améis unos a otros, como yo os he amado. R.


EVANGELIO

Lc 10, 25-37

¿Quién es mi prójimo?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:

«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».

Él le dijo:

«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?».

Él respondió:

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo».

Él le dijo:

«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».

Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:

«¿Y quién es mi prójimo?».

Respondió Jesús diciendo:

«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto.

Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.

Pero un samaritano que iba de viaje, llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo:

Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva.

¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».

Él contestó:

«El que practicó la misericordia con él».

Jesús le dijo:

«Anda, y haz tú lo mismo».


Palabra del Señor.


MARTES DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 1, 13-24

Reveló a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Habéis oído hablar de mi pasada conducta en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y aventajaba en el judaísmo a muchos de mi edad y de mi raza como defensor muy celoso de las tradiciones de mis antepasados.

Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles, no consulté con hombres ni subí a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que, enseguida, me fui a Arabia, y volví a Damasco.

Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y permanecí quince días con él. De los otros apóstoles no vi a ninguno, sino a Santiago, el hermano del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia. Personalmente yo era un desconocido para las iglesias de Cristo que hay en Judea; sólo habían oído decir que el que antes los perseguía anuncia ahora la fe que antes intentaba destruir; y glorificaban a Dios por causa mía.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 138, 1b-3. 13-14ab. 14c-15 (R.: 24b)

R. Guíame, Señor, por el camino eterno.

V. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.

V. Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has plasmado portentosamente,
porque son admirables tus obras. R.

V. Mi alma lo reconoce agradecida,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.


Aleluya

Lc 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen R.


EVANGELIO

Lc 10, 38-42

Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor:

«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».


Palabra del Señor.


MIÉRCOLES DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 2, 1-2. 7-14

Reconocieron el don que he recibido.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito.

Subí por una revelación. Y les expuse el Evangelio que predico entre los gentiles, aunque en privado, a los más cualificados, no fuera que caminara o hubiera caminado en vano.

Todo lo contrario, vieron que se me ha encomendado anunciar el Evangelio a los incircuncisos, lo mismo que a Pedro a los circuncisos, pues el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos, me capacita a mí para la mía entre los gentiles; además, reconociendo la gracia que me ha sido otorgada, Santiago, Cefas y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano en señal de comunión a Bernabé y a mí, de modo que nosotros no dirigiéramos a los gentiles y ellos a los circuncisos. Sólo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado cumplir.

Ahora bien, cuando llegó Cefas a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible.

En efecto, antes de que llegaran algunos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se fue retirando y apartando por miedo a los de la circuncisión.

Los demás judíos comenzaron a simular con él, hasta el punto de que incluso Bernabé se vio arrastrado a su simulación.

Pero cuando vi que no se comportaban correctamente, según la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos:

«Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

V. Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R.

V. Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.


Aleluya

Rom 8, 15bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción,
en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». R.


EVANGELIO

Lc 11, 1-4

Señor, enséñanos a orar.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:

«Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».


Palabra del Señor.


JUEVES DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 3, 1-5

¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber escuchado con fe?

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

¡INSENSATOS Gálatas!

¿Quién os ha fascinado a vosotros, a cuyos ojos se presentó a Cristo crucificado?

Sólo quiero que me contestéis a esto: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber escuchado con fe?

¿Tan insensatos sois? ¿Empezasteis por el Espíritu para terminar con la carne?

¿Habéis vivido en vano tantas experiencias? Y si fuera en vano… Vamos a ver: el que os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por haber escuchado con fe?


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75 (R.: cf. 68)

R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo.

V. Suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R.

V. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza. R.

V. Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R.


Aleluya

Cf. Hech 16, 14b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Abre, Señor, nuestro corazón,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R.


EVANGELIO

Lc 11, 5-13

Pedid y se os dará.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquél le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues yo os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.

¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?».


Palabra del Señor.


VIERNES DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 3, 7-14

Los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Reconoced que hijos de Abrahán son los de la fe.

En efecto, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia de que «por ti serán benditas todas las naciones».

Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel.

En cambio, cuantos viven de las obras de la ley están bajo maldición, porque está escrito:

«Maldito quien no se mantenga en todo lo escrito en el libro de la ley, cumpliéndolo».

Que en el ámbito de la ley nadie es justificado resulta evidente, pues «el justo por la fe vivirá»; en cambio, la ley no procede de la fe, sino que «quien los cumpla vivirá por ellos».

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldición, porque está escrito:

«Maldito todo el que cuelga de un madero»; y esto, para que la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles en Cristo Jesús, y para que recibiéramos por la fe la promesa del Espíritu.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: cf. 5b)

R. El Señor recuerda siempre su alianza.

O bien:

R.   Aleluya.

V. Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.

V. Esplendor y belleza son su obra,
su justicia dura por siempre.
Ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R.

V. Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza.
Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.


Aleluya

Jn 12, 31b-32

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Ahora el príncipe de este mundo
va a ser echado fuera —dice el Señor—.
Y cuando yo sea elevado sobre la tierra,
atraeré a todos hacia mí. R.


EVANGELIO

Lc 11, 15-26

Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:

«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.

Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:

«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú.

Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.

Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 3, 22-29

Todos sois hijos de Dios por la fe.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

La Escritura lo encerró todo bajo el pecado, para que la promesa se otorgara por la fe en Jesucristo a los que creen.

Antes de que llegara la fe, éramos prisioneros y estábamos custodiados bajo la ley hasta que se revelase la fe.

La ley fue así nuestro ayo, hasta que llegara Cristo, a fin de ser justificados por fe; pero una vez llegada la fe, ya no estamos sometidos al ayo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo.

No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos según la promesa.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 104, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 8a)

R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

O bien:

R. Aleluya.

V. Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R.

V. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.

V. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.


Aleluya

Lc 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen. R.


EVANGELIO

Lc 11, 27-28

¡Bienaventurado el vientre que te llevó! Mejor, ¡bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios!

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:

«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».

Pero él dijo:

«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».


Palabra del Señor.


SEMANA XXVIII (Año Par)


LUNES DE LA XXVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 4, 22-24. 26-27. 31 5, 1

No somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Está escrito que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre; pero el hijo de la esclava nació según la carne y el de la libre en virtud de una promesa.

Estas cosas son una alegoría: aquéllas representan dos alianzas. Una, la del monte Sinaí, engendra para la esclavitud, y es Agar. En cambio, la Jerusalén de arriba es libre; y ésa es nuestra madre.

Pues está escrito:

«Alégrate, estéril, la que no dabas a luz,
rompe a gritar de júbilo, la que no tenías dolores de parto,
porque serán muchos los hijos de la abandonada;
más que los de la que tiene marido».

Así, pues, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Para la libertad nos ha liberado Cristo.

Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 112, 1b-2. 3-4. 5a y 6-7 (R.: cf. 2)

R. Bendito sea el nombre del Señor por siempre.

O bien:

R. Aleluya.

V. Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.

V. De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. R.

V. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre. R.


Aleluya

Cf. Sal 94, 8a. 7d

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.


EVANGELIO

Lc 11, 29-32

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:

«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».


Palabra del Señor.





MARTES DE LA XXVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 5, 1-6

Nada vale la circuncisión, sino la fe que actúa por el amor.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Para la libertad nos ha liberado Cristo.

Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud.

Mirad: yo, Pablo, os digo que, si os circuncidáis, Cristo no os servirá de nada.

Y vuelvo a declarar que todo aquel que se circuncida está obligado a observar toda la ley.

Los que pretendéis ser justificados en el ámbito de la ley, habéis roto con Cristo, habéis salido del ámbito de la gracia.

Pues nosotros mantenemos la esperanza de la justicia por el Espíritu y desde la fe; porque en Cristo nada valen la circuncisión o la incircuncisión, sino la fe que actúa por el amor.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 118, 41. 43. 44. 45. 47. 48 (R.: 41a)

R. Señor, que me alcance tu favor.

V. Señor, que me alcance tu favor,
tu salvación según tu promesa. R.

V. No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R.

V. Cumpliré sin cesar tu ley,
por siempre jamás. R.

V. Andaré por un camino ancho,
buscando tus mandatos. R.

V. Serán mi delicia tus mandatos,
que tanto amo. R.

V. Levantaré mis manos hacia tus decretos,
que tanto amo, y recitaré tus mandatos. R.


Aleluya

Heb 4, 12ad

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.


EVANGELIO

Lc 11, 37-41

Dad limosna, y lo tendréis limpio todo.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él. Él entró y se puso a la mesa.

Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:

«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo».


Palabra del Señor.





MIÉRCOLES DE LA XXVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Gál 5, 18-25

Los que son de Cristo han crucificado la carne con las pasiones.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios.

En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley.

Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos.

Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: cf. Jn 8, 12)

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.


Aleluya

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO

Lc 11, 42-46

¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la ley!

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo el Señor:

«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.

¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!».

Le replicó un maestro de la ley:

«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros».

Y él dijo:

«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!».


Palabra del Señor.





JUEVES DE LA XXVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 1, 1-10

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.

Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

PABLO, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos, que están en Éfeso, a los fieles en Cristo Jesús:

Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.

Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.

En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
conforme a la riqueza de la gracia
que en su sabiduría y prudencia
ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad:
el plan que había proyectado realizar por Cristo,
en la plenitud de los tiempos:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 (R.: 2a)

R. El Señor da a conocer su salvación.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

V. El Señor da a conocer su salvación.
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

V. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad
. R.

V. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor
. R.


Aleluya

Jn 14, 6bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy el camino y la verdad y la vida dice el Señor;
nadie va al Padre sino por mí. R.


EVANGELIO

Lc 11, 47-54

Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo el Señor:

«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!

Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis mausoleos.

Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos de ellos los matarán y perseguirán; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.

Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.

¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros, no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».

Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.


Palabra del Señor.


VIERNES DE LA XXVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 1, 11-14

Antes esperábamos en el Mesías. Vosotros habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

En Cristo hemos heredado también los hijos de Israel,
los que ya estábamos destinados por decisión
del que lo hace todo según su voluntad,
para que seamos alabanza de su gloria
quienes antes esperábamos en el Mesías.

En él también vosotros,
después de haber escuchado la palabra de la verdad
el evangelio de vuestra salvación,
creyendo en él
habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido.

Él es la prenda de nuestra herencia,
mientras llega la redención del pueblo de su propiedad,
para alabanza de su gloria.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 32, 1-2. 4-5. 12-13 (R.: cf. 12)

R. Dichoso el pueblo que el Señor
se escogió como heredad.

V. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.


Aleluya

Sal 32, 22

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.


EVANGELIO

Lc 12, 1-7

Hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:

«Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse.

Por eso, lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea.

A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.

Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la gehenna. A ése tenéis que temer, os lo digo yo.

¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios.

Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros».


Palabra del Señor.


SÁBADO DE LA XXVIII SEMANADEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 1, 15-23

El Padre dio a Cristo como Cabeza, sobre todo, a la Iglesia, que es su cuerpo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Habiendo oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.

Y «todo lo puso bajo sus pies», y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 8, 2-3a. 4-5. 6-7a (R.: cf. 6c)

R. Diste a tu Hijo el mando
sobre las obras de tus manos.

V. Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza. R.

V. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R.

V. Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R.


Aleluya

Jn 15, 26b. 27a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí dice el Señor;
y vosotros daréis testimonio. R.


EVANGELIO

Lc 12, 8-12

Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, así tendrás un tesoro en el cielo.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os digo, pues: Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios, pero si uno me niega ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios.

Todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.

Cuando os conduzcan a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué razones os defenderéis o de lo que vais a decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».


Palabra del Señor.


SEMANA XXIX (Año Par)

LUNES DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 2, 1-10

Nos ha hecho revivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Un tiempo estabais muertos por vuestras culpas y pecados, cuando seguíais el proceder de este mundo, según el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los rebeldes contra Dios. Como ellos, también nosotros vivíamos en el pasado siguiendo las tendencias de la carne, obedeciendo los impulsos del instinto y de la imaginación; y, por naturaleza, estábamos destinados a la ira, como los demás.

Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo estáis salvados por pura gracia; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 99, 1b-2. 3. 4. 5 (R.: 3b)

R. El Señor nos hizo y somos suyos.

V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.

V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

V. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.

V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R.


Aleluya

Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.


EVANGELIO

Lc 12, 13-21

¿De quién será lo que has preparado?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:

“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


Palabra del Señor.


MARTES DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 2, 12-22

Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Entonces vivíais sin Cristo: extranjeros a la ciudadanía de Israel, ajenos a las alianzas y sus promesas, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Ahora, gracias a Cristo Jesús, los que un tiempo estabais lejos estáis cerca por la sangre de Cristo.

Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno, derribando en su cuerpo de carne el muro que los separaba: la enemistad. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y decretos, para crear, de los dos, en sí mismo, un único hombre nuevo, haciendo las paces. Reconcilió con Dios a los dos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, a la hostilidad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre por medio de él en un mismo Espíritu.

Así pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R.: cf. 9bc)

R. El Señor anuncia la paz a su pueblo.

V. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de los que le temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

V. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

V. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R.


Aleluya

Lc 21, 36abd

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO

Lc 12, 35-38

Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar los encuentre en vela.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».


Palabra del Señor.



MIÉRCOLES DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 3, 2-12

El misterio de Cristo ha sido revelado ahora: también los gentiles son coherederos de la promesa.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor de vosotros, los gentiles. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, sobre el cual acabo de escribiros brevemente.

Leedlo y veréis cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio, del cual soy yo servidor por la gracia que Dios me dio con su fuerza y su poder.

A mí, el más insignificante de los santos, se me ha dado la gracia de anunciar a los gentiles la riqueza insondable de Cristo; e iluminar la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.

Así, mediante la Iglesia, los principados y potestades celestes conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios por la fe en él.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Is 12, 2-3. 4bcde. 5-6 (R.: cf. 3)

R. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.

V. «Él es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.

V. «Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso». R.

V. Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel. R.


Aleluya

Mt 24, 42a. 44

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO

Lc 12, 39-48

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le dijo:

«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».

El Señor dijo:

«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


Palabra del Señor.





JUEVES DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 3, 14-21

Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra, pidiéndole que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser robustecidos por medio de su Espíritu en vuestro hombre interior; que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; de modo que así, con todos los santos, logréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros; a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones de los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 32, 1-2. 4-5. 11-12. 18-19 (R.: 5b)

R. La misericordia del Señor llena la tierra.

V. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

V. El plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.

V. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.


Aleluya

Flp 3, 8-9

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura
con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él. R.


EVANGELIO

Lc 12, 49-53

No he venido a traer paz, sino división.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!

¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».


Palabra del Señor.





VIERNES DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 4, 1-6

Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 6)

R. Ésta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

V. Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Ésta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R.


Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.


EVANGELIO

Lc 12, 54-59

Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, decía Jesús a la gente:

«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede.

Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.

Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».


Palabra del Señor.





SÁBADO DE LA XXIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 4, 7-16

Cristo es la cabeza, del cual todo el cuerpo se procura el crecimiento.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura:

«Subió a lo alto llevando cautivos
y dio dones a los hombres».

Decir «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de los cielos para llenar el universo.

Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados a la deriva por todo viento de doctrina, en la falacia de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 121, 1bc-2. 3-4ab. 4cd-5 (R.: cf. 1bc)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

V. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.R.

R. Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.R.

R. Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.


Aleluya

Ez 33, 11

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No me complazco en la muerte del malvado —dice el Señor—,
sino en que se convierta y viva. R.


EVANGELIO

Lc 13, 1-9

Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió:

«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:

«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.

Pero el viñador respondió:

“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».


Palabra del Señor.

SEMANA XXX (Año Par)


LUNES DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 4, 32 – 5, 8

Vivid en el amor como Cristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.

Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.

De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de los santos. Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de lugar. Lo vuestro es alabar a Dios. Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza, o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Que nadie os engañe con argumentos falaces; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos. Antes sí erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: cf. Ef 5, 1)

R. Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.


Aleluya

Cf. Jn 17, 17b. a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tu palabra, Señor, es verdad;
santifícanos en la verdad. R.


EVANGELIO

Lc 13, 10-17

A ésta, que es hija de Abrahán, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UN sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:

«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre y lo lleva a abrevar?

Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.


Palabra del Señor.





MARTES DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 5, 21-33

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia:

Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne».

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 127, 1bc-2. 3.4-5 (R.: cf. 1b)

R. Dichosos los que temen al Señor.

V. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.

V. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.

V. Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.


Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.


EVANGELIO

Lc 13, 18-21

El grano creció y se hizo un árbol.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, decía Jesús:

«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».


Palabra del Señor.





MIÉRCOLES DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 6, 1-9

No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios.

HIJOS, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque eso es justo.

«Honra a tu padre y a tu madre» es el primer mandamiento al que se añade una promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra».

Padres, no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos según el Señor.

Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con respeto y temor, con la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien ante los hombres, sino como esclavos de Cristo que hacen, de corazón, lo que Dios quiere, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres. Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor.

Amos, comportaos también vosotros del mismo modo, dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-l4 (R.: 13c)

R. El Señor es fiel a sus palabras.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

V. Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.

V. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.


Aleluya

Cf 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos llamó por medio del Evangelio
para que lleguemos a adquirir la gloria
de nuestro Señor Jesucristo. R.


EVANGELIO

Lc 13, 22-30

Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.

«Uno le preguntó:

«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».

Él les dijo:

«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:

“Señor, ábrenos”;

pero él os dirá:

“No sé quiénes sois”.

Entonces comenzaréis a decir:

“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.

Pero él os dirá:

“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.

Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».


Palabra del Señor.





JUEVES DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ef 6, 10-20

Tomad las armas de Dios para poder manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios, para poder afrontar las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire.

Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.

Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia, y suplicando por todos los santos. Pedid también por mí, para que cuando abra mi boca, se me conceda el don de la palabra, y anuncie con valentía el misterio del Evangelio, del que soy embajador en cadenas, y tenga valor para hablar de él como debo.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 143, 1bcd. 2. 9-10 (R.: cf. 1a)

R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

V. Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R.

V. Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos. R.

V. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna. R.


Aleluya

Lc 19, 38

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito el rey que viene en nombre del Señor;
paz en el cielo y gloria en las alturas. R.


EVANGELIO

Lc 13, 31-35

No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquella misma ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle:

«Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte».

Y les dijo:

«Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada.

Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!

Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.

Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.

Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».


Palabra del Señor.





VIERNES DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 1, 1-11

Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia.

Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

PABLO y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo que residen en Filipos, con sus obispos y diáconos. Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Doy gracias a mi Dios cada vez que os recuerdo; siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.

Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.

Esto que siento por vosotros está plenamente justificado: os llevo en el corazón, porque tanto en la prisión como en mi defensa y prueba del Evangelio, todos compartís mi gracia. Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.

Y ésta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.

Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6. (R.: 2a)

R. Grandes son las obras del Señor.

O bien:

R. Aleluya.

V. Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.

V. Esplendor y belleza son su obra,
su justicia dura por siempre.
Ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R.

V. Él da alimento a los que lo temen
recordando siempre su alianza.
Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.


Aleluya

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO

Lc 14, 1-6

¿A quién se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en día de sábado?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UN sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando.

Había allí, delante de él un hombre enfermo de hidropesía, y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos:

«¿Es lícito curar los sábados, o no?».

Ellos se quedaron callados.

Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.

Y a ellos les dijo:

«¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en seguida en día de sábado?».

Y no pudieron replicar a esto.


Palabra del Señor.





SÁBADO DE LA XXX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 1, 18b-26

Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

De la manera que sea, con hipocresía o con sinceridad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro, y seguiré alegrándome. Porque sé que esto será para mi bien gracias a vuestras oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Lo espero con impaciencia, porque en ningún caso me veré defraudado, al contrario, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.

Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.

Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para vuestro progreso en la alegría y en la fe, de modo que el orgullo que en Cristo Jesús sentís rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 41, 2. 3. 5cdef (R.: 3a)

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

V. Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío. R.

R. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R.

R. Cómo entraba en el recinto santo,
cómo avanzaba hacia la casa de Dios
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R.


Aleluya

Mt 11, 29ab

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tomad mi yugo sobre vosotros —dice el Señor—,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. R.


EVANGELIO

Lc 14, 1. 7-11

Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UN sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:

«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro y te dirá:

“Cédele el puesto a éste”.

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:

“Amigo, sube más arriba”.

Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.

Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


Palabra del Señor.

SEMANA XXXI (Año Par)


LUNES DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 2, 1-4

Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos.

HERMANOS:

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

Así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios, pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen misericordia.

Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios!

¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!

En efecto, ¿quién conoció la mente del Señor?

O ¿quién fue su consejero?

O ¿quién le ha dado primero para tener derecho a la recompensa?

Porque de él, por él y para él existe todo.

A él la gloria por los siglos. Amén.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 68, 30-31. 33-34. 36-37. (R.: 14c)

R. Señor, que me escuche tu gran bondad.

V. Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

V. Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

V. Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R.


Aleluya

Jn 8, 31b-32

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Si permanecéis en mi palabra —dice el Señor—,
seréis de verdad discípulos míos,
y conoceréis la verdad. R.



EVANGELIO

Lc 14, 12-14

No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús dijo a uno de los principales fariseos que lo había invitado:

«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección los justos».


Palabra del Señor.





MARTES DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 2, 5-11

Se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó sobre todo.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.

Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 21, 26b-27. 28-30a. 31-32 (R.: 26a)

R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

V. Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan.
¡Viva su corazón por siempre! R.

V. Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos. R.

V. Porque del Señor es el reino,
el gobierna a los pueblos.
Ante él se postrarán los que duermen en la tierra. R.

V. Mi descendencia le servirá;
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
«Todo lo que hizo el Señor». R.


Aleluya

Mt 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados
—dice el Señor—, y yo os aliviaré. R.


EVANGELIO

Lc 14, 15-24

Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:

«¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!».

Jesús le contestó:

«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:

“Venid, que ya está preparado”.

Pero todos a una empezaron a excusarse.

El primero le dijo:

“He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”.

Otro dijo:

“He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”.

Otro dijo:

“Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”.

El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:

“Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

El criado dijo:

“Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”.

Entonces el señor dijo al criado:

“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».


Palabra del Señor.


MIÉRCOLES DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 2, 12-18

Trabajad por vuestra salvación, porque es Dios quien activa el querer y el obrar.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.

QUERIDOS hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, trabajad por vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y el obrar para realizar su designio de amor.

Cualquier cosa que hagáis sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una generación perversa y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, manteniendo firme la palabra de la vida.

Así, en el Día de Cristo, ésa será mi gloria, porque mis trabajos no fueron inútiles ni mis fatigas tampoco.

Y si mi sangre se ha de derramar, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte estad alegres y alegraos conmigo.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 26, 1bcde. 4. 13-14 (R.: 1b)

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

V. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.

V. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

V. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.


Aleluya

1 Pe 4, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Si os ultrajan por el nombre de Cristo,
bienaventurados vosotros,
porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. R.


EVANGELIO

Lc 14, 25-33

Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, así tendrás un tesoro en el cielo.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: Este hombre empezó a construir y no pudo acabar.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».


Palabra del Señor.


JUEVES DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 3, 3-8a

Todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida a causa de Cristo.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Los circuncisos somos nosotros, los que damos culto en el Espíritu de Dios y ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en la carne. Aunque también yo tendría motivos para confiar en ella. Y si alguno piensa que puede hacerlo, yo mucho más: circuncidado a los ocho días, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, irreprochable.

Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida a causa de Cristo. Más aún: todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 104, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 3b)

R. Que se alegren los que buscan al Señor.

O bien:

R. Aleluya.

V. Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R.

V. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.

V. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.


Aleluya

Mt 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados
—dice el Señor—, y yo os aliviaré. R.


EVANGELIO

Lc 15, 1-10

Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo.

Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo:

«Ése acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.

Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».


Palabra del Señor.


VIERNES DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 3, 17 4, 1

Aguardamos un Salvador; él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.

HERMANOS, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros.

Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; sólo aspiran a cosas terrenas.

Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 121, 1bc-2. 3-4ab 4cd-5 (R.: cf. 1bc)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

V. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

V. Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R.

V. Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.


Aleluya

1 Jn 2, 5

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Quien guarda la Palabra de Cristo,
ciertamente el amor de Dios ha llegado en él
a su plenitud. R.


EVANGELIO

Lc 16, 1-8

Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que con los hijos de la luz.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.

Entonces lo llamó y le dijo:

“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.

El administrador se puso a echar sus cálculos:

“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:

“¿Cuánto debes a mi amo?”.

Éste respondió:

“Cien barriles de aceite”.

Él le dijo:

“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.

Luego dijo a otro:

“Y tú, ¿cuánto debes?”.

Él dijo:

“Cien fanegas de trigo”.

Le dice:

“Toma tu recibo, escribe ochenta”.

Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia.

Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».


Palabra del Señor.


SÁBADO DE LA XXXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flp 4, 10-19

Todo lo puedo en aquel que me conforta.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Me alegré muchísimo en el Señor de que ahora, por fin, haya vuelto a florecer vuestro interés por mí; siempre lo habíais sentido, pero os faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a bastarme con lo que tengo. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mis tribulaciones.

Vosotros, filipenses, sabéis además que, desde que salí de Macedonia y empecé la misión, ninguna iglesia, aparte de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya me mandasteis a Tesalónica, más de una vez, un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta. Tengo lo necesario, y me sobra. Estoy plenamente satisfecho habiendo recibido de Epafrodito vuestro donativo, que es suave olor, sacrificio aceptable y grato a Dios.

En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 111, 1b-2. 5-6. 8a y 9 (R.: 1b)

R. Dichoso quien teme al Señor.

O bien:

R. Aleluya.

V. Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

R. Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R.

R. Su corazón está seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad dura por siempre
y alzará la frente con dignidad. R.


Aleluya

2 Cor 8, 9

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
para enriqueceros con su pobreza. R


EVANGELIO

Lc 16, 9-15

Si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:

«Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.

Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?

Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de él.

Y les dijo:

«Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios».


Palabra del Señor.


SEMANA XXXII (Año Par)

LUNES DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Tit 1, 1-9

Constituye presbíteros siguiendo las instrucciones que te di.

Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a Tito.

PABLO, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, para suscitar la fe de los elegidos de Dios y el conocimiento de la verdad, que, de acuerdo con la piedad, lleva a la esperanza de la vida eterna; ésta fue prometida antes de los siglos por Dios, que nunca miente; al llegar el tiempo apropiado, él manifestó su palabra por la predicación que me fue confiada según el mandato de Dios nuestro Salvador, a Tito, verdadero hijo en la fe que compartimos: gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Salvador nuestro.

Mi intención al dejarte en Creta era que acabaras de organizar lo que aún faltaba por hacer y constituyeses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di.

Que el presbítero sea alguien sin tacha, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, a los que no quepa acusar de vida desenfrenada ni de ser unos insubordinados.

Porque es preciso que el obispo sea intachable, como administrador que es de la casa de Dios; que no sea presuntuoso, ni colérico, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias poco limpias.

Al contrario, ha de ser hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí.

Debe mostrar adhesión al mensaje de la fe de acuerdo con la enseñanza, para que sea capaz tanto de orientar en la sana doctrina como de rebatir a los que sostienen la contraria.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 6)

R. Ésta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

V. Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Ésta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R.


Aleluya

Flp 2, 15d. 16a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Brilláis como lumbreras del mundo,
manteniendo firme la palabra de la vida. R.


EVANGELIO

Lc 17, 1-6

Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me arrepiento», lo perdonarás.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay del que los provoca!

Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.

Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás».

Los apóstoles le dijeron al Señor:

«Auméntanos la fe».

El Señor dijo:

«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».


Palabra del Señor.



MARTES DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Tit 2, 1-8. 11-14

Llevemos una vida piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito.

QUERIDO hermano:

Habla de lo que es conforme a la sana doctrina.

Que los ancianos sean sobrios, respetables, sensatos, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia.

Las ancianas, igualmente, sean, en su comportamiento, como conviene a personas religiosas; no sean calumniadoras, ni se envicien con el vino; sean maestras del bien, que inspiren buenos principios a las jóvenes, enseñándoles a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser sensatas, puras, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea maldecida.

A los jóvenes exhórtalos también a que sean sensatos. Muéstrate en todo como un modelo de buena conducta; en la enseñanza sé íntegro y grave, irreprochable en la sana doctrina, a fin de que los adversarios sientan vergüenza al no poder decir nada malo de nosotros.

Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 36, 3-4. 18 y 23. 27 y 29 (R.: 39a)

R. El Señor es quien salva a los justos.

V. Confía en el Señor y haz el bien:
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.

V. El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre.
El Señor asegura los pasos del hombre,
se complace en sus caminos. R.

V. Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa.
Los justos poseen la tierra,
la habitarán por siempre jamás. R.


Aleluya

Jn 14, 23

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.


EVANGELIO

Lc 17, 7-10

Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo el Señor:

«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?

¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?

¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?

Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os mandado, decid:

“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».


Palabra del Señor.



MIÉRCOLES DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Tit 3, 1-7

Andábamos por el camino equivocado, pero según su propia misericordia nos salvó.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito.

QUERIDO hermano:

Recuérdales que se sometan a los gobernantes y a las autoridades; que obedezcan, estén dispuestos a hacer el bien, no hablen mal de nadie ni busquen riñas; que sean condescendientes y amables con todo el mundo.

Porque antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, andábamos por el camino equivocado; éramos esclavos de deseos y placeres de todo tipo, nos pasábamos la vida haciendo el mal y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros.

Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 1b)

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V. El Señor es mí pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

V. Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

V. Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

V. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.


Aleluya

1 Tes 5, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dad gracias en toda ocasión:
ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús
respecto de vosotros. R.


EVANGELIO

Lc 17, 11-19

¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo:

«Id a presentaros a los sacerdotes».

Y, sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios.

Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.

Éste era un samaritano.

Jesús tomó la palabra y dijo:

«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo:

«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».


Palabra del Señor.



JUEVES DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Flm 7-20

Recóbralo, no como esclavo, sino como hermano querido.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón.

QUERIDO hermano:

He experimentado gran gozo y consuelo por tu amor ya que, gracias a ti, los corazones de los santos han encontrado alivio.

Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para indicarte lo que conviene hacer, prefiero apelar a tu caridad, yo, Pablo, anciano, y ahora prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien engendré en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora en cambio es tan útil para ti y para mí. Te lo envío como a hijo.

Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en nombre tuyo en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor, no a la fuerza, sino con toda libertad. Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que si lo es mucho para mí, cuánto más para ti, humanamente y en el Señor.

Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta: yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Sí, hermano, hazme este favor en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10 (R.: 5a)

R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

O bien:

R. Aleluya.

V. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

V. El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.

V. Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.


Aleluya

Jn 15, 5

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos —dice el Señor—;
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante. R.


EVANGELIO

Lc 17, 20-25

El reino de Dios está en medio de vosotros.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:

«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».

Él les contestó:

«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí” o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».

Dijo a sus discípulos:

«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.

Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.

Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».


Palabra del Señor.



VIERNES DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

2 Jn 4-9

Quien permanece en la doctrina, éste posee al Padre y al Hijo.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Juan.

SEÑORA Elegida:

Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio.

Ahora tengo algo que pedirte, Señora y no es que os escriba un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el principio: que nos amemos unos a otros. Y en esto consiste el amor: en que caminemos según sus mandamientos. Y éste es su mandamiento, según oísteis desde el principio, para que caminéis según él.

Pues han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo.

Estad en guardia, para que no perdáis vuestro trabajo y recibáis el pleno salario. Todo el que se propasa y no se mantiene en la doctrina de Cristo, no posee a Dios; quien permanece en la doctrina, éste posee al Padre y al Hijo.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 118, 1. 2. 10. 11. 17. 18 (R.: 1b)

R. Dichoso el que camina en la ley del Señor.

V. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor. R.

V. Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.

V. Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

V. En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

V. Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras. R.

V. Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu ley. R.


Aleluya

Lc 21, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Levantaos, alzad la cabeza;
se acerca vuestra liberación. R.


EVANGELIO

Lc 17, 26-37

El día que se revele el Hijo del hombre.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.

Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.

Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre.

Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente el que esté en el campo, no vuelva atrás.

Acordaos de la mujer de Lot.

El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda la recobrará.

Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán».

Ellos le preguntaron:

«¿Dónde, Señor?».

Él les dijo:

«Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

3 Jn 5-8

Debemos sostener a los hermanos, para hacernos colaboradores de la verdad.

Lectura de la tercera carta del apóstol san Juan.

QUERIDO Gayo:

Te portas con plena lealtad en todo lo que haces por los hermanos, y eso que para ti son extraños. Ellos han hablado de tu caridad ante la Iglesia.

Por favor, provéelos para el viaje como Dios se merece; ellos se pusieron en camino para trabajar por el Nombre, sin aceptar nada de los paganos. Por eso debemos sostener nosotros a hombres como éstos, para hacernos colaboradores de la verdad.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 111, 1b-2. 3-4. 5-6 (R.: 1b)

R. Dichoso quien teme al Señor.

O bien:

R. Aleluya.

V. Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

V. En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad dura por siempre.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

V. Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
porque jamás vacilará.
El recuerdo del justo será perpetuo. R.


Aleluya

Cf 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos llamó por medio del Evangelio
para que lleguemos a adquirir la gloria
de nuestro Señor Jesucristo. R.


EVANGELIO

Lc 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.

«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

Hazme justicia frente a mi adversario.

Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:

Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme».

Y el Señor añadió:

«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar.

Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».


Palabra del Señor.


SEMANA XXXIII (Año Par)

LUNES DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 1, 1-4; 2, 1-5a

Acuérdate de dónde has caído, y conviértete.

Comienzo del libro del Apocalipsis.

REVELACIÓN de Jesucristo, que Dios le encargó mostrar a sus siervos acerca de lo que tiene que suceder pronto. La dio a conocer enviando su ángel a su siervo Juan, el cual fue testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo de todo cuanto vio. Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y guardan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca.

Juan a las siete iglesias de Asia:

«Gracia y paz a vosotros
de parte del que es, el que era y ha de venir;
de parte de los siete Espíritus que están ante su Trono».

Escuché al Señor que me decía:

«Escribe al ángel de la Iglesia en Éfeso:

Esto dice el que tiene las siete estrellas en su derecha, el que camina en medio de los siete candelabros de oro. Conozco tus obras, tu fatiga, tu perseverancia, que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles, pero no lo son, y has descubierto que son mentirosos. Tienes perseverancia y has sufrido por mi nombre y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has abandonado tu amor primero. Acuérdate, pues, de dónde has caído, conviértete y haz las obras primeras».


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: Ap 2, 7b)

R. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

V. Será como un árbol,
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.


Aleluya

Cf. Jn 18, 12b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy la luz del mundo —dice el Señor—;
el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.


EVANGELIO

Lc 18, 35-43

«¿Qué quieres que haga por ti?».
«Señor, que recobre la vista».

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

CUANDO se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:

«Pasa Jesús el Nazareno».

Entonces empezó a gritar:

«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».

Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:

«¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.

Cuando estuvo cerca, le preguntó:

«¿Qué quieres que haga por ti?».

Él dijo:

«Señor, que recobre la vista».

Jesús le dijo:

«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».

Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios.

Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.


Palabra del Señor.


MARTES DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


Ap 3, 1-6. 14 -22

Si alguien escucha la puerta, entraré en su casa y cenaré con él.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, escuché al Señor que me decía:

«Escribe al ángel de la Iglesia en Sardes:

Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tus obras, tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Sé vigilante y reanima lo que te queda y que estaba a punto de morir, pues no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios. Acuérdate de cómo has recibido y escuchado mi palabra, y guárdala y conviértete. Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras, y pasearán conmigo en blancas vestiduras, porque son dignos.

El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea:

Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Porque dices: Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete. Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.

Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.

El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R.: Ap 3, 21a)

R. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

V. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

V. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino.
El que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.


Aleluya

1 Jn 4, 10b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos amó y nos envió a su Hijo
como víctima de propiciación por nuestros pecados. R.


EVANGELIO

Lc 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, entró Jesús en Jericó e iba atravesando la ciudad.

En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:

«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».

Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:

«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:

«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Jesús le dijo:

«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


Palabra del Señor.



MIÉRCOLES DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 4, 1-11

Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y aquella primera voz, como de trompeta, que oí hablando conmigo, decía:

«Sube aquí y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto».

Enseguida fui arrebatado en espíritu. Vi un trono puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado. El que estaba sentado en el trono era de aspecto semejante a una piedra de diamante y cornalina, y había un arco iris alrededor del trono de aspecto semejante a una esmeralda.

Y alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos con vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Y del trono salen relámpagos, voces y truenos; y siete lámparas de fuego están ardiendo delante del trono, que son los siete espíritus de Dios, y delante del trono como un mar transparente, semejante al cristal.

Y en medio del trono y a su alrededor, había cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer viviente era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo. Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban llenos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa:

«Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir».

Cada vez que los vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas ante el trono diciendo:

«Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 150, 1b-2. 3-4. 5-6a (R.: Ap 4, 8b)

R. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

V. Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza. R.

V. Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras;
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas. R.

V. Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor. R.


Aleluya

Cf. Jn 15, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo os he elegido del mundo —dice el Señor—,
para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.


EVANGELIO

Lc 19, 11-28

¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.

Dijo, pues:

«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.

Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:

“Negociad mientras vuelvo”.

Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:

“No queremos que éste llegue a reinar sobre nosotros”.

Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.

El primero se presentó y dijo:

“Señor, tu mina ha producido diez”.

Él le dijo:

“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.

El segundo llegó y dijo:

“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.

A ése le dijo también:

“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.

El otro llegó y dijo:

“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.

Él le dijo:

“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.

Entonces dijo a los presentes:

“Quitadle a éste la mina y dádsela al que tiene diez minas”.

Le dijeron:

“Señor, ya tiene diez minas”.

“Os digo: Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».

Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.


Palabra del Señor.



JUEVES DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 5, 1-10

El Cordero fue degollado, y con su sangre nos adquirió de toda nación.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz:

«¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?».

Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo:

«Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos».

Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.

Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo:

«Eres digno de recibir el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado, y con tu sangre
has adquirido para Dios
hombres de toda tribu,
lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinarán sobre la tierra».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 149, 1bc-2. 3-4. 5-6a y 9b (R.: cf. Ap 5, 10)

R. Has hecho de nosotros para nuestro Dios
un reino de sacerdotes.

O bien:

R. Aleluya.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.

V. Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

V. Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.


Aleluya

Cf. Sal 94, 8a. 7d

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.


EVANGELIO

Lc 19, 41-44

¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:

«¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.

Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».


Palabra del Señor.



VIERNES DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 10, 8-11

Tomé el librito y lo devoré.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, escuché la voz del cielo que se puso a hablarme de nuevo diciendo:

«Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra».

Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice:

«Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel».

Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor.

Y me dicen:

«Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos».


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131 (R.: 103a)

R. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

V. Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.

V. Tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R.

V. Más estimo yo la ley de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

V. ¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca! R.

V. Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. R.

V. Abro la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R.


Aleluya

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO

Lc 19, 45-48

Habéis hecho de la casa de Dios una cueva de bandidos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 11, 4-12

Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra.

Lectura del libro del Apocalipsis.

ME fue dicho a mí, Juan:

«Aquí están dos testigos míos, estos son los dos olivos y los dos candelabros que están ante el Señor de la tierra. Y si alguien quiere hacerles daño, sale un fuego de su boca y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, es necesario que muera de esa manera. Éstos tienen el poder de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran.

Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Y gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres durante tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Y los habitantes de la tierra se alegran por ellos y se regocijan y se enviarán regalos unos a otros, porque los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra».

Y después de tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía:

«Subid aquí».

Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos se quedaron mirándolos.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 143, 1bcd. 2. 9-10 (R.: cf. 1a)

R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

V. Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R.

V. Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos. R.

V. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna. R.


Aleluya

Cf. 2 Tim 1, 10

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.


EVANGELIO

Lc 20, 27-40

No es Dios de muertos, sino de vivos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:

«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”.

Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».

Jesús les dijo:

«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob.

No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

Intervinieron unos escribas:

«Bien dicho, Maestro».

Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.


Palabra del Señor.


SEMANA XXXIV (Año Par)

LUNES DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 14, 1-3. 4b-5

Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, miré y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabados en la frente su nombre y el nombre de su Padre. Oí también como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus citaras.

Éstos siguen al Cordero adondequiera que vaya. Éstos fueron rescatados como primicias de los hombres para Dios y el Cordero. En su boca no se halló mentira: son intachables.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 6)

R. Ésta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

V. Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R.


Aleluya

Mt 24, 42a. 44

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO

Lc 21, 1-4

Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas y dijo:

«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos ésos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


Palabra del Señor.



MARTES DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 14, 14-19

Ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, miré, y apareció una nube blanca; y sentado sobre la nube alguien como un Hijo de hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada. Salió otro ángel del santuario clamando con gran voz al que estaba sentado sobre la nube:

«Mete tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra».

El que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedó segada. Otro ángel salió del santuario del cielo, llevando él también una hoz afilada. Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo:

«Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque los racimos están maduros».

El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 95, 10. 11-12. 13 (R.: cf. 13b)

R. Llega el Señor a regir la tierra.

V. Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

V. Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R.

V. Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.


Aleluya

Ap 2, 10c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Sé fiel hasta la muerte —dice el Señor—,
y te daré la corona de la vida. R.


EVANGELIO

Lc 21, 5-11

No quedará piedra sobre piedra.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:

«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida».

Entonces les decía:

«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».


Palabra del Señor.



MIÉRCOLES DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 15, 1-4

Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, vi en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios.

Vi una especie de mar de vidrio mezclado con fuego; los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios. Y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

«Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente; justos y verdaderos tus caminos, rey de los pueblos. ¿Quién no temerá y no dará gloria a tu nombre? Porque vendrán todas las naciones y se postrarán ante ti, porque tú solo eres santo y tus justas sentencias han quedado manifiestas».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 7-8. 9 (R.: Ap 15, 3b)

R. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

V. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

V. Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R.

V. Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.


Aleluya

Ap 2, 10c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Sé fiel hasta la muerte —dice el Señor—,
y te daré la corona de la vida. R.


EVANGELIO

Lc 21, 12-19

Todos os odiarán a causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


Palabra del Señor.



JUEVES DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9a

Cayó la gran Babilonia.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se deslumbró con su resplandor. Y gritó con fuerte voz:

«Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable.

Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la precipitó al mar diciendo:

«Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no quedará rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni músicos, de flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y ya no se escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de lámpara; ni se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones».

Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que decía:

«Aleluya. La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía la tierra con sus fornicaciones, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos».

Y por segunda vez dijeron:

«¡Aleluya!».

Y el humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.

Y me dijo:

«Escribe: “Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero”».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 99, 1b-2. 3. 4. 5 (R.: Ap 19, 9a)

R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.

V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.

V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

V. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.

V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R.


Aleluya

Lc 21, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Levantaos, alzad la cabeza;
se acerca vuestra liberación. R.


EVANGELIO

Lc 21, 20-28

Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.

Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».


Palabra del Señor.



VIERNES DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 20, 1-4. 11 – 21, 2

Todos fueron juzgados según sus obras. Vi la nueva Jerusalén que descendía del cielo.

Lectura del libro del Apocalipsis.

YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Sujetó al dragón, la antigua serpiente, o sea, el Diablo o Satanás, y lo encadenó por mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no extravíe a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que ser desatado por un poco de tiempo. Vi unos tronos y se sentaron sobre ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente ni en la mano. Éstos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.

Vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron cielo y tierra, y no dejaron rastro. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar devolvió a sus muertos, Muerte y Abismo devolvieron a sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después, Muerte y Abismo fueron arrojados al lago de fuego —el lago de fuego es la muerte segunda—. Y si alguien no estaba escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 83, 3. 4. 5-6a y 8a (R.: Ap 21, 3b)

R. He aquí la morada de Dios entre los hombres.

V. Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

V. Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío. R.

V. Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichoso el que encuentra en ti su fuerza.
Caminan de baluarte en baluarte. R.


Aleluya

Lc 21, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Levantaos, alzad la cabeza
se acerca vuestra liberación. R.


EVANGELIO

Lc 21, 29-33

Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:

«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.

Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».


Palabra del Señor.



SÁBADO DE LA XXXIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ap 22, 1-7

Ya no habrá más noche, porque el Señor los iluminará.

Lectura del libro del Apocalipsis.

EL ángel del Señor me mostró a mí, Juan, un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de su plaza, a un lado y otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del árbol sirven para la curación de las naciones. Y no habrá maldición alguna. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le darán culto. Y verán su rostro, y su nombre está sobre sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz de sol, porque el Señor Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo:

«Éstas son palabras fieles y veraces; el Señor, Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Mira, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras proféticas de este libro».


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 94, 1-2. 3-5. 6-7c (R.: 1 Cor 16, 22b y Ap 22, 20c)

R. Maranatá. ¡Ven, Señor Jesús!

V. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.

V. Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos. R.

V. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.


Aleluya

Lc 21, 36abd

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO

Lc 21, 34-36

Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


Palabra del Señor.

APÉNDICE I:

Aleluya

PARA LAS FERIAS DEL TIEMPO ORDINARIO

Estos textos pueden usarse en lugar de los que se hallan cada domingo antes del Evangelio.


1.

1 Sam 3, 9c; Jn 6, 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Habla, Señor, que tu siervo te escucha;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


2.

Cf. Sal 18, 9

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tus palabras, Señor, alegran el corazón;
tu enseñanza da luz a los ojos. R.


3.

Sal 24, 4bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios mío, instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad. R.


4.

Sal 26, 11ab

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana. R.


5.

Cf. Sal 94, 8a. 7d

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.


6.

Sal 110, 7b-8a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Todos tus preceptos, Señor, merecen confianza,
son estables para siempre jamás. R.


7.

Sal 118, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Ábreme los ojos, Señor,
y contemplare las maravillas de tu voluntad. R.


8.

Sal 118, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Instrúyeme en el camino de tus mandatos
y meditaré tus maravillas. R.


9.

Cf. Sal 118, 34

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Enséñame a cumplir tu ley, Señor,
y a guardarla de todo corazón. R.


10.

Cf. Sal 118, 36a. 29b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Inclina mi corazón a tus preceptos, Señor,
y dame la gracia de tu voluntad. R.


11.

Sal 118, 88

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Por tu bondad dame vida,
para que observe los preceptos de tu boca. R.


12.

Sal 118, 105

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero. R.


13.

Sal 118, 135

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus leyes. R.


14.

Cf. Sal 129, 5

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Espero en el Señor,
espero en su palabra. R.


15.

Sal 144, 13cd

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones. R.


16.

Sal 147, 12a. 15a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Glorifica al Señor, Jerusalén;
él envía su mensaje a la tierra. R.


17.

Mt 4, 4b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.


18.

Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.


19.

Cf. Lc 8, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.


20.

Cf. Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


21.

Cf. Jn 8, 12b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy la luz del mundo dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.


22.

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


23.

Jn 14, 6bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo soy el camino y la verdad y la vida dice el Señor;
nadie va al Padre sino por mí. R.


24.

Cf. Jn 14, 23

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El que me ama guardará mi palabra dice el Señor,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.


25.

Jn 15, 15b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. A vosotros os llamo amigos dice el Señor,
porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer. R.


26.

Cf. Jn 17, 17b. a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tu palabra, Señor, es verdad;
santifícanos en la verdad. R.


27.

Cf. Hch 16, 14b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Abre, Señor, nuestro corazón,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R.


28.

2 Cor 5, 19

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios estaba en Cristo reconociendo al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.


29.

Cf. Ef 1, 17-18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama. R.


30.

Flp 2, 15d-16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Brilláis como lumbreras del mundo,
manteniendo firma la palabra de la vida. R.


31.

Cf. Col 3, 16a. 17c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza,
dando gracias a Dios Padre por medio de Cristo. R.


32.

Cf. 1 Tes 2, 13

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Acoged la palabra de Dios, no como palabra humana,
sino, cual es en verdad, como palabra de Dios. R.


33.

Cf. 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos llamó por medio del Evangelio
para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R.


34.

Cf. 2 Tm 1, 10

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.


35.

Hb 4, 12ad

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.


36.

Sant 1, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Padre, por propia iniciativa,
nos engendró con la palabra de la verdad,
para que seamos como una primicia de sus criaturas. R.


37.

Sant 1, 21bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Acoged con docilidad la palabra,
que ha sido injertada en vosotros
y es capaz de salvar vuestras vidas. R.


38.

Cf. 1 Pe 1, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La palabra del Señor permanece para siempre;
ésta es la palabra del Evangelio que ha sido anunciada. R.


39.

1 Jn 2, 5

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Quien guarda la palabra de Cristo,
ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. R.


Para la última semana:

1.

Mt 24, 42a. 44

Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre.

2.

Lc 21, 28

Levantaos, alzad la cabeza:
se acerca vuestra liberación.

3.

Lc 21, 36

Estad despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre.

4.

Ap 2, 10c

Sé fiel hasta la muerte dice el Señor
y te daré la corona de la vida.












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