L I-C-TPO ORDINARIO 27-33

Leccionario I (C)

PARA LOS DOMINGOS Y FIESTAS DEL SEÑOR

AÑO C

DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO:

27   28   29   30   31   32   33

APÉNDICES
APÉNDICE III: Aleluya para los domingos del tiempo ordinario


TIEMPO ORDINARIO
(AÑO C)

DOMINGO XXVII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

Hab 1, 2-3; 2, 2-4

El justo por su fe vivirá.

Lectura de la profecía de Habacuc.

¿HASTA cuándo, Señor,
pediré auxilio sin que me oigas,
te gritaré: ¡Violencia!,
sin que me salves?

¿Por qué me haces ver crímenes
y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí
destrucción y violencia,
y surgen disputas
y se alzan contiendas?

Me respondió el Señor:

“Escribe la visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo,
pero llegará a su término sin defraudar.
Si se atrasa, espera en ella,
pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará;
pero el justo por su fe vivirá”.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R.: cf. 7d-8a)

R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».

V. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.

V. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

V. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres
me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras». R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tim 1, 6-8. 13-14

El santificador y los santificados proceden todos del mismo.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

QUERIDO hermano:

Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.

Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.


Palabra de Dios.

Aleluya

1 Pe 1, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La palabra del Señor permanece para siempre;
ésta es la palabra del Evangelio que os ha sido anunciada. R.


EVANGELIO

Lc 17, 5-10

¡Si tuvierais fe… !

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:

«Auméntanos la fe».

El Señor dijo:

«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:

“Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería.

¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?

¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?

¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:

“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXVIII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

2 Re 5, 14-17

Volvió Naamán al hombre de Dios y alabó al Señor.

Lectura del segundo libro de los Reyes.

EN aquellos días, el sirio Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra de Eliseo, el hombre de Dios, Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio de su lepra.

Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:

«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Recibe, pues, un presente de tu siervo».

Pero Eliseo respondió:

«Vive el Señor ante quien sirvo, que no he de aceptar nada».

Y le insistió en que aceptase, pero él rehusó.

Naamán dijo entonces:

«Que al menos le den a tu siervo tierra del país, la carga de un par de mulos, porque tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4 (R.: cf. 2)

R. El Señor revela a las naciones su salvación.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

V. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

V. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tim 2, 8-13

Si perseveramos, también reinaremos con Cristo.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

QUERIDO hermano:

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.

Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.

Es palabra digna de crédito:

Pues si morimos con él, también viviremos con él;
si perseveramos, también reinaremos con él;
si lo negamos, también él nos negará.
Si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo.


Palabra de Dios.

Aleluya

1 Tes 5, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dar gracias en toda ocasión:
ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.  R.


EVANGELIO

Lc 17, 11-19

¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo:

«Id a presentaros a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios.

Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.

Éste era un samaritano.

Jesús, tomó la palabra y dijo:

«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo:

«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXIX
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

Éx 17, 8-13

Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel.

Lectura del libro del Éxodo.

EN aquellos días, Amalec vino y atacó a Israel en Refidín. Moisés dijo a Josué:

«Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano».

Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.

Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.

Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 120, 1bc-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: cf. 2)

R. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

V. Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.

V. No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R.

V. El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R.

V. El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.  R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tim 3, 14 – 4, 2

El hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

QUERIDO hermano:

Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.

Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.

Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.


Palabra de Dios.

Aleluya

Hb 4, 12ad

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón.  R.


EVANGELIO

Lc 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.

«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

“Hazme justicia frente a mi adversario”.

Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:

“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».

Y el Señor añadió:

«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXX
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

Eclo 35, 12-14. 16-18

La oración del humilde atraviesa las nubes.

Lectura del libro del Eclesiástico.

EL Señor es juez,
y para él no cuenta el prestigio de las personas.

Para él no hay acepción de personas en perjuicio del pobre,
sino que escucha la oración del oprimido.

No desdeña la súplica del huérfano,
ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento.

Quien sirve de buena gana, es bien aceptado,
y su plegaria sube hasta las nubes.

La oración del humilde atraviesa las nubes,
y no se detiene hasta que alcanza su destino.

No desiste hasta que el Altísimo lo atiende,
juzga a los justos y les hace justicia.

El Señor no tardará.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 33, 2-3. 17-18. 19 y 23 (R.: 7ab)

R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

V. El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.

V. El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tim 4, 6-8. 16-18

Me está reservada la corona de la justicia.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

QUERIDO hermano:

Yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.

He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.

Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!

Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león.

El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial.

A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios.

Aleluya

2 Co 5, 19ac

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.


EVANGELIO

Lc 18, 9-14

El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo, no.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:

«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:

“¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:

“Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXXI
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

Sab 11, 22 – 12, 2

Te compadeces de todos, porque amas a todos los seres.

Lectura del libro de la Sabiduría.

SEÑOR, el mundo entero es ante ti como un grano en la balanza,
como gota de rocío mañanero sobre la tierra.

Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes
y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan.

Amas a todos los seres
y no aborreces nada de lo que hiciste;
pues, si odiaras algo, no lo habrías creado.

¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?,
o ¿cómo se conservaría, si tú no lo hubieras llamado?

Pero tú eres indulgente con todas las cosas,
porque son tuyas, Señor, amigo de la vida.

Pues tu soplo incorruptible está en todas ellas.

Por eso corriges poco a poco a los que caen,
los reprendes y les recuerdas su pecado,
para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 144, 1bc-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf. 1bc)

R. Bendeciré tu nombre por siempre,
Dios mío, mi rey.

V. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.

V. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

V. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tes 1, 11 – 2, 2

Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

HERMANOS:

Oramos continuamente por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.


Palabra de Dios.


Aleluya

Jn 3, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.
Todo el que cree en él tiene vida eterna. R.


EVANGELIO

Lc 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.

En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:

«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».

Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban diciendo:

«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:

«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Jesús le dijo:

«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXXII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

2 Mac 7, 1-2. 9-14

El rey del universo nos resucitará para una vida eterna.

Lectura del segundo libro de los Macabeos.

EN aquellos días, sucedió que arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. Uno de ellos habló en nombre de los demás:

«¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres».

El segundo, estando a punto de morir, dijo:

«Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el Rey del universo nos resucitará para una vida eterna».

Después se burlaron del tercero. Cuando le pidieron que sacara la lengua, lo hizo enseguida y presentó las manos con gran valor. Y habló dignamente:

«Del Cielo las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios».

El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.

Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba a punto de morir, dijo:

«Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la esperanza de que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 16, 1bcde. 5-6. 8 y 15 (R.: 15)

R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

V. Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

V. Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras. R.

V. Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tes 2, 16-3, 5

Que el Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

HERMANOS:

Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha regalado un consuelo eterno y una esperanza dichosa, consuele vuestros corazones y os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas. Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada, como lo fue entre vosotros, y para que nos veamos libres de la gente perversa y malvada, porque la fe no es de todos.

El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno.

En cuanto a vosotros, estamos seguros en el Señor de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos mandado.

Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia en Cristo.


Palabra de Dios.

Aleluya

Ap 1, 5a y 6b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Jesucristo es el primogénito de entre los muertos;
a él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. R.


EVANGELIO (forma larga)

Lc 20, 27-38

No es Dios de muertos, sino de vivos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:

«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».

Jesús les dijo:

«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».


Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lc 20, 27. 34-38

No es Dios de muertos, sino de vivos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús, dirigiéndose a los saduceos, los que dicen que no hay resurrección, les dijo:

«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXXIII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)


PRIMERA LECTURA

Mal 3, 19-20a

A vosotros os iluminará un sol de justicia.

Lectura de la profecía de Malaquías.

HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.

Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 97, 5-6. 7-8. 9ab. 9cd (R.: cf. 9)

R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

V. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

V. Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R.

V. Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.


SEGUNDA LECTURA

2 Tes 3, 7-12

Si alguno no quiere trabajar, que no coma.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

HERMANOS:

Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.

No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.

Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.

Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.

A ésos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.


Palabra de Dios.

Aleluya

Lc 21, 28bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Levantaos, alzad la cabeza:
se acerca vuestra liberación. R.


EVANGELIO

Lc 21, 5-19

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:

«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

Entonces les decía:

«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.

Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


Palabra del Señor.





APÉNDICE III
ALELUYA
PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO

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