MISAL ROMANO
LECCIONARIO III (par)
PARA
LAS
FERIAS DEL TIEMPO ORDINARIO
AÑOS PARES
SEMANAS
– 12
– 13
– 14
– 15
– 16
– 17
–
– 18
– 19
– 20
– 21
– 22
– 23
–
12ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XII semana del tiempo ordinario
13ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XIII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XIII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XIII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XIII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XIII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XIII semana del tiempo ordinario
14ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XIV semana del tiempo ordinario
– Martes de la XIV semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XIV semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XIV semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XIV semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XIV semana del tiempo ordinario
15ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XV semana del tiempo ordinario
– Martes de la XV semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XV semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XV semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XV semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XV semana del tiempo ordinario
16ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XVI semana del tiempo ordinario
– Martes de la XVI semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XVI semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XVI semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XVI semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XVI semana del tiempo ordinario
17ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XVII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XVII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XVII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XVII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XVII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XVII semana del tiempo ordinario
18ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XVIII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XVIII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XVIII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XVIII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XVIII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XVIII semana del tiempo ordinario
19ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XIX semana del tiempo ordinario
– Martes de la XIX semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XIX semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XIX semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XIX semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XIX semana del tiempo ordinario
20ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XX semana del tiempo ordinario
– Martes de la XX semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XX semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XX semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XX semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XX semana del tiempo ordinario
21ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XXI semana del tiempo ordinario
– Martes de la XXI semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XXI semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XXI semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XXI semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XXI semana del tiempo ordinario
22ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XXII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XXII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XXII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XXII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XXII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XXII semana del tiempo ordinario
23ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
– Lunes de la XXIII semana del tiempo ordinario
– Martes de la XXIII semana del tiempo ordinario
– Miércoles de la XXIII semana del tiempo ordinario
– Jueves de la XXIII semana del tiempo ordinario
– Viernes de la XXIII semana del tiempo ordinario
– Sábado de la XXIII semana del tiempo ordinario
APÉNDICE I: Aleluya para las ferias del tiempo ordinario
APÉNDICE II: Textos musicalizados
Tiempo
Ordinario
(AÑO PAR)
SEMANA XII (Año Par)
LUNES
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Re 17, 5-8. 13-15a. 18
El Señor apartó a Israel de su presencia y sólo quedó la tribu de Judá.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
EN aquellos días, avanzó Salmanasar, rey de Asiria, contra todo el país, comenzando por Samaría, a la que puso sitio durante tres años, hasta que, el año noveno de Oseas, el rey de Asiria la conquistó. Deportó a Israel a Asiria y lo estableció en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, así como en las ciudades de los medos.
Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, sustrayéndolos a la mano del faraón, rey de Egipto; porque dieron culto a otros dioses y siguieron las costumbres de aquellas naciones que el Señor había expulsado ante ellos.
Pues el Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de todos los profetas y videntes:
«Convertíos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y decretos, conforme a la ley que prescribí a vuestros padres y que les transmití por mano de mis siervos los profetas».
Pero
no
hicieron caso, manteniendo dura la cerviz como habían hecho sus
padres,
que no
confiaron en el Señor, su Dios.
Despreciaron así sus leyes y la alianza que estableció con sus padres, tanto como las exigencias que les impuso.
Y se encolerizó el Señor sobremanera contra Israel, apartándolos de su presencia.
Sólo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 59, 3. 4-5. 12-14 (R.: 7b)
R. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
V. Oh
Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas
estabas airado, pero restáuranos. R.
V. Has
sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. R.
V. Oh,
Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos.
R.
Aleluya
Heb 4, 12ad
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.
EVANGELIO
Mt 7, 1-5
Sácate primero la viga del ojo.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Re 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
Yo haré de escudo a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
EN aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías a decirle:
«Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: “Que tu Dios, en el que confías, no te engañe diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria’. Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países entregándolos al anatema, ¿y vas a librarte tú solo?”».
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Subió al templo del Señor y abrió la carta ante el Señor. Y elevó esta plegaria ante él:
«Señor,
Dios
de Israel, entronizado sobre los querubines:
Tú solo eres el Dios para todos los reinos de la tierra.
Tú formaste los cielos y la tierra.
¡Inclina
tu
oído, Señor, y escucha!
¡Abre tus ojos, Señor, y mira!
Escucha las palabras de Senaquerib enviadas
para insulto del Dios vivo.
Es
verdad,
Señor, los reyes asirios han exterminado las naciones,
han arrojado sus dioses al fuego y los han destruido.
Pero no eran dioses, sino hechura de mano humana,
de piedra, de madera.
Pero
ahora,
Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos
y sepan todos los reinos de la tierra
que sólo tú eres Señor Dios».
Entonces Isaías, hijo de Amós, envió a Ezequías este mensaje:
«Así dice el Señor, Dios de Israel: “He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de Asiria”.
Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él:
“Te
desprecia, se burla de ti la doncella, hija de Sión,
menea la cabeza a tu espalda la hija de Jerusalén.
Ha
de
brotar
de Jerusalén un resto,
y supervivientes del monte Sión.
El celo del Señor del universo lo realizará.
Por eso, esto dice el Señor acerca del rey de Asiria:
‘No
entrará
en esta ciudad,
no disparará contra ella ni una flecha,
no avanzará contra ella con escudos,
ni levantará una rampa contra ella.
Regresará por el camino por donde vino
y no entrará en esta ciudad —palabra del Señor—.
Yo
haré de
escudo a esta ciudad para salvarla,
por mi honor y el de David, mi siervo’”».
Aquella misma noche el ángel del Señor avanzó y golpeó en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive, quedándose allí.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 47, 2. 3-4. 10-11 (R.: cf. 9d)
R. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
V. Grande
es el Señor
y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.
V. El
monte Sión, confín del cielo
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.
V. Oh,
Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu nombre, oh, Dios,
tu alabanza llega al confín de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia. R.
Aleluya
Cf. Jn 8, 12b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Yo
soy la luz del mundo dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
EVANGELIO
Mt 7, 6. 12-14
Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que queráis que haga la gente con vosotros, hacedlo vosotros con ella; pues ésta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Re 22, 8-13; 23, 1-3
El rey leyó al pueblo las palabras del libro de la Alianza hallado en el templo del Señor, y, en presencia del Señor, estableció la alianza.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
EN aquellos días, el sumo sacerdote, Jilquías, dijo al secretario Safán:
«He hallado en el templo del Señor un libro de la ley».
Jilquías entregó el libro a Safán, que lo leyó. El secretario Safán presentándose al rey, le informó:
«Tus servidores han fundido el dinero depositado en el templo y lo han entregado a los capataces encargados del templo del Señor».
El secretario Safán añadió también:
«El sumo sacerdote Jilquías me ha entregado un libro».
Y Safán lo leyó ante el rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras. Y dirigiéndose al sacerdote Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del rey, les ordenó:
«Id a consultar al Señor por mí, por el pueblo y por todo Judá, a propósito de las palabras de este libro que ha sido encontrado, porque debe de ser grande la ira del Señor encendida contra nosotros, ya que nuestros padres no obedecieron las palabras de este libro haciendo lo que está escrito para nosotros».
El rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén y se reunieron ante él.
Subió el rey al templo del Señor con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; los sacerdotes, profetas y todo el pueblo, desde el menor al mayor, y leyó a sus oídos todas las palabras del libro de la Alianza hallado en el templo del Señor.
Se situó el rey de pie junto a la columna y, en presencia del Señor, estableció la alianza, con el compromiso de caminar tras el Señor y guardar sus mandamientos, testimonios y preceptos, con todo el corazón y con toda el alma, y poner en vigor las palabras de la alianza escritas en el libro.
Todo el pueblo confirmó la alianza.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40 (R.: 33a)
R.
Muéstrame,
Señor, el camino de tus decretos,
y lo seguiré puntualmente.
V. Enséñame
a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R.
V. Guíame
por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R.
V.
Inclina
mi corazón a tus
preceptos,
y no al interés. R.
V. Aparta
mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra.
R.
V. Mira
cómo ansío tus mandatos:
dame vida con tu justicia.
R.
Aleluya
Jn 15, 4a. 5b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Permaneced
en mí, y yo en vosotros dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante. R.
EVANGELIO
Mt 7, 15-20
Por sus frutos los conoceréis.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Re 24, 8-17
Llevó deportados a Babilonia a Joaquín y a todos los hombres pudientes.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
DIECIOCHO años tenía Joaquín cuando inició su reinado y reinó tres meses en Jerusalén.
El nombre de su madre era Nejustá, hija de Elnatán, de Jerusalén.
Hizo el mal a los ojos del Señor exactamente lo mismo que había hecho su padre.
En aquel tiempo las gentes de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la ciudad fue asediada. Vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a la ciudad, mientras sus servidores la estaban asediando.
Entonces Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, que hizo prisioneros a él, a su madre, a sus servidores, a sus jefes y eunucos.
Era el año octavo de su reinado.
Luego se llevó de allí todos los tesoros del templo del Señor y los del palacio real y deshizo todos los objetos de oro que había fabricado Salomón, rey de Israel, para el santuario del Señor, según la palabra del Señor.
Deportó a todo Jerusalén, todos los jefes y notables diez mil deportados; a todos los herreros y cerrajeros, no dejando más que a la gente pobre del país.
Deportó a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey y a las mujeres del rey, a sus eunucos y a los notables del país; los hizo partir al destierro, de Jerusalén a Babilonia.
También llevó deportados a Babilonia a todos los hombres pudientes en número de siete mil; los herreros y cerrajeros, un millar; así como a todos los aptos para la guerra.
Y, en lugar de Joaquín, puso por rey a su tío Matanías, cambiando su nombre por el de Sedecías.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 78, 1b-2. 3-5. 8. 9 (R.: 9b)
R. Por el honor de tu nombre, Señor, líbranos.
V. Dios mío,
los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra.
R.
V. Derramaron
su sangre como agua
en torno a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera?
R.
V. No
recuerdes contra nosotros las culpas
de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.
R.
V. Socórrenos,
Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.
R.
Aleluya
Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
El
que me ama guardará mi palabra dice el Señor,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.
EVANGELIO
Mt 7, 21-29
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Aquel día muchos dirán: «Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre y en tu nombre hemos echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?». Entonces yo les declararé: «Nunca os he conocido. Alejaos de mí, los que obráis la iniquidad».
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas.
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Re 25, 1-12
Marchó Judá al destierro.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
EL año noveno de su reinado, el mes décimo, el diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén. Acampó contra ella y la cercaron con una empalizada. Y la ciudad estuvo sitiada hasta el año once de Sedecías.
El mes cuarto, el día noveno del mes, cuando arreció el hambre dentro de la ciudad y no había pan para la gente del pueblo, abrieron una brecha en la ciudad; todos los hombres de guerra huyeron durante la noche por el camino de la puerta, entre los dos muros que están sobre el parque del rey, mientras los caldeos estaban apostados alrededor de la ciudad; y se fueron por el camino de la Arabá.
Las tropas caldeas persiguieron al rey, dándole alcance en los llanos de Jericó. Entonces todo el ejército se dispersó, abandonándolo.
Capturaron al rey Sedecías y lo subieron a Riblá, adonde estaba el rey de Babilonia, que lo sometió a juicio.
Sus hijos fueron degollados a su vista, y a Sedecías le sacó los ojos. Luego lo encadenaron con doble cadena de bronce y lo condujeron a Babilonia.
En el mes quinto, el día séptimo del mes, el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzardán, jefe de la guardia, servidor del rey de Babilonia, vino a Jerusalén. E incendió el templo del Señor y el palacio real y la totalidad de las casas de Jerusalén.
Todas las tropas caldeas que estaban con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban Jerusalén.
En cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de la gente, los deportó Nabuzardán, jefe de la guardia.
El jefe de la guardia dejó algunos de los pobres del país para viñadores y labradores.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6 (R.: 6ab)
R. Que se me
pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti.
V. Junto
a
los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R.
V. Allí
los que nos deportaron
nos invitaban a cantar,
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión». R.
V. ¡Cómo
cantar un cántico del Señor
en tierras extranjeras!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R.
V. Que
se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R.
Aleluya
Mt 8, 17b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Cristo
tomó nuestras dolencias
y cargó con nuestras enfermedades. R.
EVANGELIO
Mt 8, 1-4
Si quieres, puedes limpiarme.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
AL bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Lam 2, 2. 10-14. 18-19
Sus corazones claman al Señor sobre la muralla de la hija de Sión.
Lectura del libro de las Lamentaciones.
HA
destruido el Señor, sin piedad,
todas las moradas de Jacob;
ha destrozado, lleno de cólera,
las fortalezas de la hija de Judá;
echó por tierra y profanó
el reino y a sus príncipes.
Se
sientan
silenciosos en el suelo
los ancianos de la hija de Sión;
cubren de polvo su cabeza
y se ciñen con saco;
humillan hasta el suelo su cabeza
las doncellas de Jerusalén.
Se
consumen en lágrimas mis ojos,
se conmueven mis entrañas;
muy profundo es mi dolor
por la ruina de la hija de mi pueblo;
los niños y lactantes desfallecen
por las plazas de la ciudad.
Preguntan
a sus madres:
«¿Dónde hay pan y vino?»,
mientras agonizan, como los heridos,
por las plazas de la ciudad,
exhalando su último aliento
en el regazo de sus madres.
¿A
quién
te compararé,
a quién te igualaré, hija de Jerusalén?;
¿con quién te equipararé para consolarte,
doncella, hija de Sión?;
pues es grande como el mar tu desgracia:
¿quién te podrá curar?
Tus
profetas te ofrecieron
visiones falsas y vanas;
no denunciaron tu culpa
para que cambiara tu suerte,
sino que te anunciaron
oráculos falsos y seductores.
Sus
corazones claman al Señor.
Muralla de la hija de Sión,
¡derrama como un torrente
tus lágrimas día y noche;
no te des tregua,
no descansen tus ojos!
Levántate,
grita en la noche,
al relevo de la guardia;
derrama como agua tu corazón
en presencia del Señor;
levanta tus manos hacia él
por la vida de tus niños,
que desfallecen de hambre
por las esquinas de las calles.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 73, 1b-2. 3-4. 5-7. 20-21 (R.: 19b)
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
V. ¿Por
qué, oh, Dios, nos rechazas para siempre
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada.
R.
V. Dirige
tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes.
R.
V. Como
quien se abre paso
entre la espesa arboleda,
todos juntos derribaron sus puertas,
las abatieron con hachas y mazas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron
la morada de tu nombre.
R.
V. Piensa
en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre. R.
Aleluya
Mt 8, 17b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Cristo
tomó nuestras dolencias
y cargó con nuestras enfermedades. R.
EVANGELIO
Mt 8, 5-17
Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: Ve y va; al otro: Ven, y viene; a mi criado: Haz esto, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo al centurión:
«Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».
Palabra del Señor.
SEMANA XIII (Año Par)
LUNES
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 2, 6-10. 13-16
Pisotean en el polvo de la tierra la cabeza de los pobres.
Lectura de la profecía de Amós.
ESTO dice el Señor:
«Por
tres
crímenes de Israel,
y por cuatro,
no revocaré mi sentencia:
por haber vendido al inocente por dinero
y al necesitado por un par de sandalias;
pisoteando en el polvo de la tierra
la cabeza de los pobres,
tuercen el proceso de los débiles;
porque padre e hijo se llegan juntos
a una misma muchacha,
profanando así mi santo nombre;
sobre ropas tomadas en prenda
se echan junto a cualquier altar,
beben en el templo de su Dios
el vino de las multas.
Yo
había
exterminado
a los amorreos delante de Israel,
altos como cedros, fuertes como encinas;
destruí su fruto por arriba,
sus raíces por abajo.
Yo
os
había
sacado de Egipto
y conducido por el desierto cuarenta años,
hasta ocupar la tierra del amorreo.
Pues
bien,
yo hundiré el suelo bajo vosotros
como lo hunde una carreta cargada de gavillas.
El
más
veloz
no podrá huir,
ni el más fuerte valerse de su fuerza,
ni el guerrero salvar su propia vida.
El
arquero
no resistirá,
ni el de pies ligeros podrá salvarse,
ni el jinete salvará su vida.
El
más
intrépido
entre los guerreros
huirá desnudo aquel día»
—oráculo del Señor—.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 49, 16bc-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R.: 22a)
R. Atención, los que olvidáis a Dios.
V. ¿Por
qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?».
R.
V. Cuando
ves un ladrón, corres con él;
te mezclas con los adúlteros;
sueltas tu lengua para el mal,
tu boca urde el engaño». R.
V. Te
sientas
a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara».
R.
V. Atención,
los que olvidáis a Dios,
no sea que os destroce sin remedio.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios».
R.
Aleluya
Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
No
endurezcáis vuestro corazón;
Escuchad la voz del Señor. R.
EVANGELIO
Mt 8, 18-22
Sígueme.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulos, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 3, 1-8; 4, 11-12
El Señor Dios ha hablado, ¿quién no profetizará?
Lectura de la profecía de Amós.
ESCUCHAD esta palabra que el Señor ha pronunciado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda tribu que saqué de Egipto:
«Sólo
a
vosotros he escogido
de entre todas las tribus de la tierra.
Por eso os pediré cuentas
de todas vuestras transgresiones».
¿Acaso
dos
caminan juntos
sin haberse puesto de acuerdo?
¿Acaso
ruge
el león en la foresta
si no tiene una presa?
¿Deja el cachorro oír su voz desde el cubil
si no ha apresado nada?
¿Acaso
cae
el pájaro en la red,
a tierra, si no hay un lazo?
¿Salta la trampa del suelo
si no tiene una presa?
¿Se
toca
el
cuerno en una ciudad
sin que se estremezca la gente?
¿Sucede una desgracia en una ciudad
sin que el Señor la haya causado?
Ciertamente,
nada hace el Señor Dios
sin haber revelado su designio
a sus servidores los profetas.
Ha
rugido
el
león,
¿quién no temerá?
El Señor Dios ha hablado,
¿quién no profetizará?
Os
trastorné
como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra,
y quedasteis como tizón sacado del incendio.
Pero no os convertisteis a mí —oráculo del Señor—.
Por
eso,
así
voy a tratarte, Israel.
Sí, así voy a tratarte:
prepárate al encuentro con tu Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 5, 5-6a. 6b-7. 8 (R.: 9a)
R. Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.
V. Tú
no
eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.
V. Detestas
a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.
V. Pero
yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con todo temor. R.
Aleluya
Cf. Sal 129, 5
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Espero en el Señor, espero en su palabra. R.
EVANGELIO
Mt 8, 23-27
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma.
Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 5, 14-15. 21-24
Aparta de mí el estrépito de tus canciones, y fluya la justicia como arroyo perenne.
Lectura de la profecía de Amós.
BUSCAD
el
bien, no el mal, y viviréis,
y así el Señor, Dios del universo,
estará con vosotros, como pretendéis.
Odiad
el
mal
y amad el bien,
instaurad el derecho en el tribunal.
Tal vez el Señor, Dios del universo,
tenga piedad del Resto de José.
Aborrezco
y
rechazo vuestras fiestas,
no acepto vuestras asambleas.
Aunque
me
presentéis holocaustos y ofrendas,
no me complaceré en ellos,
ni miraré las ofrendas pacíficas
con novillos cebados.
Aparta
de
mí
el estrépito de tus canciones;
no quiero escuchar la melodía de tus cítaras.
Que
fluya
como agua el derecho
y la justicia como arroyo perenne».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 49, 7. 8-9. 10-11. 12-13. 16bc-17 (R.: 23cd)
R. Al que
sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.
V. Escucha,
pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
yo, Dios, tu Dios. R.
V. No
te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R.
V. Pues
las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos. R.
V. Si
tuviera hambre, no te lo diría:
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos? R.
V. «¿Por
qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?». R.
Aleluya
Sant 1, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Por
propia iniciativa el Padre nos engendró
con la palabra de la verdad,
para que seamos como una primicia de sus criaturas. R.
EVANGELIO
Mt 8, 28-34
¿Has venido aquí a atormentar a los demonios antes de tiempo?
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos.
Desde los sepulcros dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?».
A cierta distancia, una gran piara de cerdos estaba paciendo. Los demonios le rogaron:
«Si nos echas, mándanos a la piara».
Jesús les dijo:
«Id».
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y murieron en las aguas.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.
Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 7, 10-17
Ve, profetiza a mi pueblo.
Lectura de la profecía de Amós.
EN aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán, rey de Israel:
«Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país no puede ya soportar sus palabras. Esto es lo que dice Amós: Jeroboán morirá a espada, e Israel será deportado de su tierra».
Y Amasías dijo a Amós:
«Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino».
Pero Amós respondió a Amasías:
«Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y un cultivador de sicómoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo Israel.
Pues bien, escucha la palabra del Señor: Tú me dices: No profetices sobre Israel y no vaticines contra la casa de Isaac.
Por eso, esto dice el Señor:
Tu
mujer
deberá prostituirse en la ciudad,
tus hijos y tus hijas caerán por la espada,
tu tierra será repartida a cordel,
tu morirás en un país impuro
e Israel será deportado de su tierra».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 10cd)
R. Los
mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
V. La
ley
del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.
R.
V. Los
mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
V. El temor
del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
V. Más
preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.
Aleluya
2 Cor 5, 19ac
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Dios
estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.
EVANGELIO
Mt 9, 1-8
La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡ínimo, hijo!, tus pecados te son perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Éste blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y echa a andar? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados entonces dice al paralítico: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa».
Se puso en pie y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 8, 4-6. 9-12
Enviaré hambre al país, no de pan, sino de escuchar las palabras del Señor.
Lectura de la profecía de Amós.
ESCUCHAD
esto, los que pisoteáis al pobre
y elimináis a los humildes del país,
diciendo: «¿Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el grano,
y el sábado, para abrir los sacos de cereal
reduciendo el peso y aumentando el precio,
y modificando las balanzas con engaño
para comprar al indigente por plata
y al pobre por un par de sandalias,
para vender hasta el salvado del grano?».
Aquel
día —oráculo del Señor Dios—
haré que el sol se oculte a mediodía,
y oscureceré la tierra en pleno día.
Transformaré vuestras fiestas en duelo,
y todas vuestras canciones en elegía.
Pondré arpillera sobre toda espalda
y dejaré rapada toda cabeza.
Será como el duelo por un hijo único,
y el final como un día de amargura.
Vienen
días —oráculo del Señor Dios—
en que enviaré hambre al país:
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino de escuchar las palabras del Señor.
Andarán errantes de mar a mar
y de septentrión a oriente deambularán
buscando la palabra del Señor,
pero no la encontrarán.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118, 2. 10. 20. 30. 40. 131 (R.: Mt 4, 4)
R. No sólo
de
pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
V. Dichoso
el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.
V. Te
busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.
V. Mi
alma se consume, deseando
continuamente tus mandamientos. R.
V. Escogí
el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R.
V. Mira
cómo ansío tus mandatos:
dame vida con tu justicia. R.
V. Abro
la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R.
Aleluya
Mt 11, 28
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados dice el Señor,
y yo os aliviaré. R.
EVANGELIO
Mt 9, 9-13
No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa Misericordia quiero y no sacrificio: que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Am 9, 11-15
Repatriaré a los desterrados de mi pueblo y los plantaré en su tierra.
Lectura de la profecía de Amós.
ESTO dice el Señor:
«Aquel
día
levantaré la cabaña caída de David,
repararé sus brechas, restauraré sus ruinas
y la reconstruiré como antaño,
para que posean el resto de Edón
y todas las naciones sobre las cuales
fue invocado mi nombre
—oráculo del Señor— que hace todo esto.
Vienen
días —oráculo del Señor—
cuando se encontrarán el que ara con el que siega,
y el que pisa la uva con quien esparce la semilla;
las montañas destilarán mosto
y las colinas se derretirán.
Repatriaré
a
los desterrados de mi pueblo Israel;
ellos reconstruirán ciudades derruidas y las habitarán,
plantarán viñas y beberán su vino,
cultivarán huertos y comerán sus frutos.
Yo
los
plantaré en su tierra,
que yo les había dado,
y ya no serán arrancados de ella
dice el Señor, tu Dios».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 84, 9. 11-12. 13-14 (R.: 9bc)
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.
V. Voy
a
escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón». R.
V. La
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
V. El
Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino.
R.
Aleluya
Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Mis
ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
EVANGELIO
Mt 9, 14-17
¿Es que pueden guardar luto mientras el esposo está con ellos?
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan».
Palabra del Señor.
SEMANA XIV (Año Par)
LUNES
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Os 2, 16. 17b-18. 21-22
Me desposaré contigo para siempre.
Lectura de la profecía de Oseas.
ESTO dice el Señor:
«Yo
la
persuado,
la llevo al desierto, le hablo al corazón.
Allí
responderá como en los días de su juventud,
como el día de su salida de Egipto.
Aquel
día —oráculo del Señor—
me llamarás esposo mío,
y ya no me llamarás mi amo.
Me
desposaré
contigo para siempre,
me desposaré contigo
en justicia y en derecho,
en misericordia y en ternura,
me desposaré contigo en fidelidad
y conocerás al Señor».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 8a)
R. El Señor es clemente y misericordioso.
V. Día
tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
V. Una
generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
V. Encarecen
ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. R.
V. El
Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Aleluya
Cf. 2 Tm 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Nuestro
Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.
EVANGELIO
Mt 9, 18-26
Mi hija acaba de morir. Pero ven tú y vivirá.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla le dijo:
«¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Os 8, 4-7. 11-13
Siembran viento, cosecharán tempestades.
Lectura de la profecía de Oseas.
ESTO dice el Señor:
«Han
constituido
reyes en Israel, sin contar conmigo,
autoridades, y yo no sabía nada.
Con su plata y con su oro
se hicieron ídolos para establecer pactos.
¡Tu
becerro
te ha rechazado, Samaría!
Mi ira se inflamó contra ellos.
¿Hasta cuándo serán culpables
de la suerte de Israel?
¡Un artesano lo ha hecho,
pero eso no es un Dios!
Sí, terminará hecho pedazos
el becerro de Samaría.
Puesto
que
siembran viento,
cosecharán tempestades;
espiga sin brote no produce harina.
Tal vez la produzca,
pero la devorarán extranjeros.
Efraín
multiplicó los altares de pecado,
y fueron para él altares de pecado.
Para
él
escribo todos mis preceptos,
son considerados cosa de otros.
¡Sacrificios
de carne asada!
Sacrificaron la carne y se la comieron.
El Señor no los acepta.
Tiene presente su perversión
y castiga sus pecados:
deberán retornar a Egipto».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 113B, 3-4. 5-6. 7ab-8. 9-10 (R.: 9a)
R. Israel confía en el Señor.
V. Nuestro
Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas.
R.
V. Tienen
boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen.
R.
V. Tienen
manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan.
Que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
R.
V. Israel
confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo. R.
Aleluya
Jn 10, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Yo
soy el buen Pastor dice el Señor,
que conozco a mis ovejas, y las mías me conocen. R.
EVANGELIO
Mt 9, 32-38
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, le llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Y después de echar al demonio, el mudo habló. La gente decía admirada:
«Nunca se ha visto en Israel cosa igual».
En cambio, los fariseos decían:
«Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Os 10, 1-3. 7-8. 12
Es tiempo de consultar al Señor.
Lectura de la profecía de Oseas.
UNA
viña
arrasada es Israel,
el fruto es como ella.
Por la abundancia de sus frutos,
multiplicó sus altares.
Cuanto
más
rica era su tierra,
más adornaban sus estelas.
Su corazón es inconstante,
así pues, pagarán.
Él mismo hará pedazos sus altares,
demolerá sus estelas.
Entonces dirán: «no tenemos rey
porque no tuvimos temor del Señor…,
y el rey ¿qué haría por nosotros?».
Ha
desaparecido el rey de Samaría,
como una rama de la superficie del agua.
Serán destruidos los altozanos de la Iniquidad,
¡pecado de Israel!
Espino y maleza crecerán sobre sus altares.
Dirán a las montañas: «Cubridnos»,
y a las colinas: «Caed sobre nosotros».
Sembrad
con
justicia,
recoged con amor.
Poned al trabajo un terreno virgen.
Es tiempo de consultar al Señor,
hasta que venga y haga llover
sobre vosotros la justicia.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 104, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 4b)
R. Buscad continuamente el rostro del Señor.
V. Cantadle
al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas,
gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
R.
V. Recurrid
al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.
V. ¡Estirpe
de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.
Aleluya
Mc 1, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Está
cerca el reino de Dios dice el Señor;
convertíos y creed en el Evangelio.
R.
EVANGELIO
Mt 10, 1-7
Id a las ovejas descarriadas de Israel.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Os 11, 1-4. 8c-9
Mi corazón está perturbado.
Lectura de la profecía de Oseas.
ESTO dice el Señor:
«Cuando
Israel era joven lo amé
y de Egipto llamé a mi hijo.
Cuanto más los llamaba,
más se alejaban de mí:
sacrificaban a los baales,
ofrecían incienso a los ídolos.
Pero
era
yo
quien había criado a Efraín,
tomándolo en mis brazos;
y no reconocieron que yo los cuidaba.
Con lazos humanos los atraje,
con vínculos de amor.
Fui para ellos como quien alza
un niño hasta sus mejillas.
Me incliné hacia él
para darle de comer.
Mi
corazón
está perturbado,
se conmueven mis entrañas.
No actuaré en el ardor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraín,
porque yo soy Dios,
y no hombre;
santo en medio de vosotros,
y no me dejo llevar por la ira».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 79, 2ac y 3b. 15-16 (R.: 4b).
R. Que brille tu rostro, Señor, y nos salve.
V. Pastor
de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece,
despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
V. Dios
de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó
y al hijo del hombre que tú has fortalecido.
R.
Aleluya
Mc 1, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Está
cerca el reino de Dios;
convertíos y creed en el Evangelio. R.
EVANGELIO
Mt 10, 7-15
Gratis habéis recibido, dad gratis.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquella ciudad».
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Os 14, 2-10
No llamaremos ya «nuestro Dios» a la obra de nuestras manos.
Lectura de la profecía de Oseas.
ESTO dice el Señor:
Vuelve,
Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: «Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya nuestro Dios
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión».
«Curaré
su
deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán
los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín,
¿qué
tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto».
¿Quién
será
sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 50, 3-4. 8-9. 12-13. 14y 17 (R.: 17b)
R. Mi boca proclamará tu alabanza.
V. Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
V. Te
gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve. R.
V. Oh,
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
V. Devuélveme
la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
R.
Aleluya
Jn 16, 13a; 14 26d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Cuando
venga el Espíritu de la verdad,
os guiará hasta la verdad plena,
y os irá recordando todo lo que os he dicho. R.
EVANGELIO
Mt 10, 16-23
No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XIV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 6, 1 -8
Yo, hombre de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo.
Lectura del libro de Isaías.
EN el año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Junto a él estaban los serafines, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos el cuerpo, con dos volaban, y se gritaban uno a otro diciendo:
«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije:
«¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
«¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».
Contesté:
«Aquí estoy, mándame».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 92, 1ab. 1c-2. 5 (R.: 1a)
R. El Señor reina, vestido de majestad.
V. El
Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.
V. Así
está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.
V.
Tus
mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
R.
Aleluya
1 Pe 4, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Si
os ultrajan por el nombre de Cristo, bienaventurados vosotros,
porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. R.
EVANGELIO
Mt 10, 24-33
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
¿No se venden un par de gorriones por unos céntimos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».
Palabra del Señor.
SEMANA XV (Año Par)
LUNES
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 1, 10-17
Lavaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones.
Lectura del libro de Isaías.
OÍD la
palabra
del Señor,
príncipes de Sodoma,
escucha la enseñanza de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra.
«¿Qué
me
importa la abundancia de vuestros sacrificios?
dice el Señor.
Estoy harto de holocaustos de carneros,
de grasa de cebones;
la sangre de toros, de corderos y chivos
no me agrada.
Cuando
venís
a visitarme,
¿quién pide algo de vuestras manos
para que vengáis a pisar mis atrios?
No
me
traigáis más inútiles ofrendas,
son para mí como incienso execrable.
Novilunios, sábados y reuniones sagradas:
no soporto iniquidad y solemne asamblea.
Vuestros
novilunios y solemnidades
los detesto;
se me han vuelto una carga
que no soporto más.
Cuando
extendéis las manos
me cubro los ojos;
aunque multipliquéis las plegarias,
no os escucharé.
Vuestras manos están llenas de sangre.
Lavaos,
purificaos, apartad de mi vista
vuestras malas acciones.
Dejad de hacer el mal,
aprended a hacer el bien.
Buscad la justicia,
socorred al oprimido,
proteged el derecho del huérfano,
defended a la viuda.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23cd)
R. Al que
sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.
V. No
te reprocho
tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R.
V. ¿Por
qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R.
V. Esto
haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.
R.
Aleluya
Mt 5, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados
los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.
EVANGELIO
Mt 10, 34 11, 1
No he venido a sembrar paz, sino espada.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 7, 1-9
Si no creéis no subsistiréis.
Lectura del libro de Isaías.
CUANDO reinaba en Judá Ajaz, hijo de Jotán, hijo de Ozías, subieron a atacar Jerusalén Rasín, rey de Siria, y Pécaj, hijo de Romelías, rey de Israel, pero no lograron conquistarla.
Se lo comunicaron a la casa de David:
«Los arameos han acampado en Efraín», y se agitó su corazón y el corazón del pueblo como se agitan los árboles del bosque con el viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías:
«Ve al encuentro de Ajaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la alberca de arriba, junto a la calzada del campo del batanero, y dile: “Conserva la calma, no temas y que tu corazón no desfallezca ante esos dos restos de tizones humeantes: la ira ardiente de Rasín y Siria, y del hijo de Romelías.
Porque, aunque Siria y Efraín y el hijo de Romelías tramen tu ruina, diciendo: ‘Marchemos contra Judá, aterroricémosla, entremos en ella y pongamos como rey al hijo de Tabeel’, así ha dicho el Señor:
‘Ni ocurrirá ni se cumplirá:
Damasco es capital de Siria, y a la cabeza de Damasco está Rasín. (Dentro de sesenta y cinco años, Efraín, destruido, dejará de ser un pueblo). Samaría es capital de Efraín, y a la cabeza de Samaría está el hijo de Romelías. Si no creéis, no subsistiréis’”».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 47, 2-3a. 3b-4. 5-6. 7-8 (R.: 33)
R. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
V. Grande
es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.
V. El
monte Sión, confín del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.
V. Mirad:
los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R.
V. Allí
los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
R.
Aleluya
Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
No
endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.
EVANGELIO
Mt 11, 20-24
El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a vosotras.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 10, 5-7. 13-16
¿Se enorgullece el hacha contra quien corta con ella?
Lectura del libro de Isaías.
ESTO dice el Señor:
«¡Ay
de
Asiria, vara de mi ira!
¡Mi furor es bastón entre sus manos!
Lo
envío
contra una nación impía,
lo mando contra el pueblo que provoca mi cólera,
para saquearlo y despojarlo,
para hollarlo como barro de las calles.
Pero
él no
lo entiende así,
no es eso lo que piensa en su corazón,
sino exterminar, aniquilar naciones numerosas.
Se decía:
“Con
la
fuerza de mi mano lo he hecho,
con mi saber, porque soy inteligente.
He borrado las fronteras de las naciones,
he saqueado sus tesoros
y, como un héroe, he destronado a sus señores.
Mi
mano ha
alcanzado a las riquezas de los pueblos, como si fueran un nido;
como quien recoge huevos abandonados,
recogí toda su tierra.
Ninguno batió el ala,
ninguno abrió el pico para piar”.
¿Se
enorgullece el hacha contra quien corta con ella?
¿Se gloría la sierra contra quien la mueve?
¡Como si el bastón moviera a quien lo sostiene,
o la vara sostuviera a quien no es de madera!
Por
eso,
el
Señor, Dios del universo,
debilitará a los hombres vigorosos
y bajo su esplendor
encenderá un fuego abrasador».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15 (R.: 14a).
R. El Señor no rechaza a su pueblo.
V. Trituran,
Señor, a tu pueblo,
oprimen a tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos. R.
V. Y
comentan: «Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera».
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes, ¿cuándo discurriréis? R.
V. El
que plantó el oído ¿no va a oír?
El que formó el ojo ¿no va a ver?
El que educa a los pueblos ¿no va a castigar?
El que instruye al hombre ¿no va a saber?
R.
V. Porque
el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo retornará a la justicia
y la seguirán todos los rectos de corazón.
R.
Aleluya
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bendito
seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Mt 11, 25-27
Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y
dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 26, 7-9. 12. 16-19
Despertarán jubilosos los que habitan en el polvo.
Lectura del libro de Isaías.
LA
senda
del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi
alma te
ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden la justicia los habitantes del orbe.
Señor,
tú
nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
Señor,
en
la
angustia acudieron a ti,
susurraban plegarias cuando los castigaste.
Como
la
embarazada cuando le llega el parto
se retuerce y grita de dolor,
así estábamos en tu presencia, Señor:
concebimos, nos retorcimos, dimos a luz viento;
nada hicimos por salvar el país,
ni nacieron habitantes en el mundo.
¡Revivirán
tus muertos,
resurgirán nuestros cadáveres,
despertarán jubilosos los que habitan en el polvo!
Pues rocío de luz es tu rocío,
que harás caer sobre la tierra de las sombras.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 101, 13-14 y 15.16-18. 19-21. (R.: 8)
R. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
V. Tú
permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R.
V. Los
gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
V. Quede
esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
R.
Aleluya
Mt 11, 28
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados
dice el Señor, y yo os aliviaré. R.
EVANGELIO
Mt 11, 28-30
Soy manso y humilde de corazón.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Is 38, 1-6. 21-22. 7-8
He escuchado tu oración y visto tus lágrimas.
Lectura del libro de Isaías.
EN aquellos días, el rey Ezequías enfermó mortalmente. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle:
«Esto dice el Señor: “Pon orden en tu casa, porque vas a morir y no vivirás”».
Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor:
«¡Ah, Señor!, recuerda que he caminado ante ti con sinceridad y corazón íntegro; que he hecho lo que era recto a tus ojos».
Y el rey se deshizo en lágrimas.
Le llegó a Isaías una palabra del Señor en estos términos:
«Ve y di a Ezequías: “Esto dice el Señor, el Dios de tu padre David: He escuchado tu plegaria y visto tus lágrimas. Añadiré otros quince años a tu vida y te libraré, a ti y a esta ciudad, de la mano del rey de Asiria y extenderé mi protección sobre esta ciudad”».
Isaías dijo:
«Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para que se cure».
Ezequías dijo:
«¿Cuál es la prueba de que podré subir a la casa del Señor?».
Respondió Isaías:
«La señal que el Señor te envía de que cumplirá lo prometido será ésta:
Haré retroceder diez gradas la sombra en la escalera de Ajaz, que se había alargado por efecto del sol».
Y el sol retrocedió las diez gradas que había avanzado sobre la escalera.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Is
38, 10. 11. 12abcd. 16bcd (R.: cf. 17b)
R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.
V. Yo
pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años». R.
V. Yo
pensé: «Ya no veré más al Señor
en tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo». R.
V. Levantan
y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.
R.
V. ¡Señor, en ti espera mi corazón!,
que
se reanime mi espíritu;
Me has curado, me has hecho revivir.
R.
Aleluya
Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Mis
ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
EVANGELIO
Mt 12, 1-8
El Hijo del hombre es señor del sábado.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado
un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar
espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XV SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Miq 2, 1-5
Si no creéis no subsistiréis.
Lectura de la profecía de Miqueas.
¡AY de
los
que traman el crimen
y planean pérfidas acciones en sus camas!
En
cuento apunta el día las ejecutan,
porque tienen poder.
Desean
campos y los roban,
casas, y se apoderan de ellas;
oprimen al cabeza de familia
y a los suyos,
explotan al ciudadano y sus bienes.
Por
tanto, esto dice el Señor:
Yo también tramo
contra estas gentes un mal
del que no podréis apartar el cuello
y no andaréis con la cabeza alta,
pues serán malos tiempos aquéllos.
Aquel
día os dedicarán una sátira,
se cantará una elegía que diga:
«Estamos totalmente perdidos,
pues se reparte el lote de mi pueblo;
¿cómo se volverá hacia mí
para restituir nuestros campos
que ahora está repartiendo?».
Por
ello, no tendrás quien te eche a suertes
un lote en la asamblea del Señor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35
R. No te olvides de los humildes, Señor.
V. ¿Por
qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
En su soberbia el impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado.
R.
V. El
malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas».
R.
V. Su
boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho,
para matar a escondidas al inocente.
R.
V. Pero
tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano.
R.
Aleluya
2 Cor 5, 19ac
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Dios
estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.
EVANGELIO
Mt 12, 14-21
Él
los curó a todos, mandándoles
que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Mirad
a mi siervo, mi elegido,
mi amado, en quien me complazco.
Sobre él pondré mi espíritu
para que anuncie el derecho a las naciones.
No
porfiará, no gritará,
nadie escuchará su voz por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará,
hasta llevar el derecho a la victoria;
en su nombre esperarán las naciones».
Palabra del Señor.
SEMANA XVI (Año Par)
LUNES
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Miq 6, 1-4. 6-8
Hombre, se te ha hecho saber lo que el Señor quiere de ti.
Lectura de la profecía de Miqueas.
ESCUCHAD
lo
que dice el Señor,
el pleito del Señor con su pueblo.
En
pie,
pleitea con las montañas,
que escuchen tu voz las colinas.
Escuchad,
montañas, el pleito del Señor,
vosotros, inalterables cimientos de la tierra:
el Señor pleitea con su pueblo,
con Israel se querella.
Pueblo
mío, ¿qué te he hecho?,
¿en qué te he molestado?
¡Respóndeme!
Yo
te
saqué de Egipto
y te libré de la servidumbre.
Yo te envié a Moisés,
Aarón y María.
«¿Con
qué
me presentaré al Señor
y me inclinaré ante el Dios excelso?
¿Me presentaré con holocaustos,
con terneros de un año?
¿Le
agradarán al Señor mil bueyes,
miríadas de ríos de aceite?
¿Le ofreceré mi primogénito por mi falta,
el fruto de mis entrañas por mi pecado?».
Hombre,
se
te ha hecho saber lo que es bueno,
lo que el Señor quiere de ti:
tan sólo practicar el derecho,
amar la bondad,
y caminar humildemente con tu Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 49, 5-6. 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23cd)
R. Al que
sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.
V. «Congregadme
a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R.
V. No
te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R.
V. «¿Por
qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?
R.
V. Esto
haces, ¿y me voy callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El
que me ofrece acción de
gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios». R.
Aleluya
Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
No
endurezcáis vuestro corazón;
Escuchad la voz del Señor. R.
EVANGELIO
Mt 12, 38-42
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Miq 7, 14-15. 18-20
Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.
Lectura de la profecía de Miqueas.
PASTOREA
a
tu pueblo, Señor, con tu cayado,
al rebaño de tu heredad,
que anda solo en la espesura,
en medio del bosque;
que se apaciente como antes
en Basán y Galaad.
Como
cuando saliste de Egipto,
les haré ver prodigios.
¿Qué
Dios
hay como tú,
capaz de perdonar el pecado,
de pasar por alto la falta
del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera,
pues le gusta la misericordia.
Volverá
a
compadecerse de nosotros,
destrozará nuestras culpas,
arrojará nuestros pecados
a lo hondo del mar.
Concederás
a
Jacob tu fidelidad
y a Abrahán tu bondad,
como antaño prometiste a nuestros padres.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 84, 2-4. 5-6. 7-8 (R.: 7a)
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Señor,
has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
R.
V. Restáuranos,
Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad? R.
V. ¿No
vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R.
Aleluya
Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
El
que me ama guardará mi palabra dice el Señor,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.
EVANGELIO
Mt 12, 46-50
Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos».
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».
Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 1, 1. 4-10
Te constituí profeta de las naciones.
Lectura del libro de Jeremías.
PALABRAS de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín.
El Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones».
Yo repuse:
«¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño».
El Señor me contestó:
«No digas que eres un niño, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—».
El Señor extendió la mano, tocó mi boca y me dijo:
«Voy a poner mis palabras en tu boca. Desde hoy te doy poder sobre pueblos y reinos para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 (R.: 15a)
R. Mi boca contará tu justicia, Señor.
V. A
ti,
Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído y sálvame.
R.
V. Sé
tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
R.
V. Porque
tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
R.
V. Mi
boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
R.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
semilla es la palabra de Dios, y el sembrador es Cristo;
todo el que lo encuentra vive para siempre. R.
EVANGELIO
Mt 13, 1-9
Cayó en tierra buena y dio fruto.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
AQUEL día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 2, 1-3. 7-8. 12-13
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se cavaron aljibes agrietados.
Lectura del libro de Jeremías.
EL Señor me dirigió la palabra:
Esto
dice
el Señor:
Recuerdo tu cariño juvenil,
el amor que me tenías de novia,
cuando ibas tras de mí por el desierto,
por tierra que nadie siembra.
Israel
era
sagrada para el Señor,
fruto primero de su cosecha:
quien probaba de ella lo pagaba,
la desgracia caía sobre él
—oráculo del Señor—.
Os
traje a
una tierra de huertos,
para comer sus frutos deliciosos;
pero entrasteis y profanasteis mi tierra,
hicisteis abominable mi heredad.
Los
sacerdotes no preguntaban:
«¿Dónde está el Señor?».
Los expertos en leyes no me reconocían;
los pastores se rebelaban contra mí,
los profetas profetizaban por Baal,
fueron tras ídolos que no sirven de nada.
Espantaos,
cielos, de ello,
horrorizaos y temblad aterrados
—oráculo del Señor—,
pues una doble maldad
ha cometido mi pueblo:
me abandonaron a mí,
fuente de agua viva,
y se cavaron aljibes,
aljibes agrietados
que no retienen agua».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 35, 6-7ab. 8-9. 10-11 (R.: 10a)
R. En ti, Señor, está la fuente viva.
V. Señor,
tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia es como las altas cordilleras,
tus juicios son como el océano inmenso. R.
V. ¡Qué
inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias. R.
V. Porque
en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen
tu justicia con los rectos de corazón.
R.
Aleluya
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bendito
seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Mt 13, 10-17
A vosotros se os ha dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?».
Él les contestó:
«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
“Oiréis
con los oídos sin
entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure”.
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 3, 14-17
Os daré pastores, según mi corazón; y todas las naciones se incorporarán a Jerusalén.
Lectura del libro de Jeremías.
VOLVED, hijos apóstatas —oráculo del Señor—, que yo soy vuestro dueño. Os iré reuniendo a uno de cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sión. Os daré pastores, según mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia.
Os multiplicaréis y creceréis en el país. Y en aquellos días —oráculo del Señor— ya no se hablará del Arca de la Alianza del Señor: no se recordará ni se mencionará; nadie la echará de menos, ni se volverá a construir otra.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén «Trono del Señor».
Todas las naciones se incorporarán a ella en el nombre de «El Señor que está en Jerusalén», y ya no se dejarán guiar por su corazón perverso y obstinado.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Jer 31, 10. 11-12ab. 13 (R.: Cf. 10d)
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
V. Escuchad,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño». R.
V. «Porque
el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano
más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.
V. Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.
R.
Cf. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados
los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.
EVANGELIO
Mt 13, 18-23
El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón.
Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril.
Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XVI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 7, 1-11
¿Creéis que es una cueva de bandidos el templo dedicado a mi nombre?
Lectura del libro de Jeremías.
PALABRA que el Señor dirigió a Jeremías:
«Ponte a la puerta del templo y proclama allí lo siguiente: ¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor!
Así dice el Señor del universo, Dios de Israel:
Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.
Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre.
Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en este templo, dedicado a mi nombre, y os decís: Estamos salvos, para seguir cometiendo esas abominaciones?
¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo dedicado a mi nombre? Atención, que yo lo he visto» —oráculo del Señor—.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 (R.: 2)
R. ¡Qué
deseables son tus moradas,
Señor del universo!
V. Mi
alma
se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.
V. Hasta
el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.
V. Dichosos
los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte.
R.
V. Vale
más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
R.
Aleluya
Sant 1, 21bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Acoged
con docilidad la palabra,
que ha sido injertada en vosotros
y es capaz de salvar vuestras vidas. R.
EVANGELIO
Mt 13, 24-30
Dejadlos crecer juntos hasta la siega.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?.
Él les dijo:
Un enemigo lo ha hecho.
Los criados le preguntaron:
¿Quieres que vayamos a arrancarla?.
Pero él les respondió:
No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero».
Palabra del Señor.
SEMANA XVII (Año Par)
LUNES
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 13, 1-11
El pueblo será como ese cinturón, que ya no sirve para nada.
Lectura del libro del Jeremías.
ESTO me dijo el Señor:
«Ve, cómprate un cinturón de lino y rodéate con él la cintura; pero no lo metas en agua».
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñí. El Señor me dirigió la palabra por segunda vez:
«Toma el cinturón que has comprado y que llevas ceñido; ponte en marcha hacia el río Éufrates y lo escondes allí, entre las hendiduras de las piedras».
Fui y lo escondí en el Éufrates, según me había mandado el Señor. Tiempo después me dijo el Señor:
«Vete al río Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allí».
Fui al Éufrates, cavé y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido: estaba estropeado, no servía para nada. Entonces el Señor me habló así:
«Esto dice el Señor: Del mismo modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adorarlos, será como ese cinturón que ya no sirve para nada.
Porque del mismo modo que se ajusta el cinturón a la cintura del hombre, así hice yo que se ajustaran a mí la casa de Judá y la casa de Israel —oráculo del Señor— para que fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza y mi honor. Pero no me escucharon».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Dt 32, 18-19. 20. 21 (R.: cf. 18a)
R. Despreciaste al Dios que te engendró.
V. Despreciaste
a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor,
e irritado rechazó a sus hijos e hijas. R.
V. Pensando: «Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación pervertida,
unos hijos desleales». R.
V. «Me
han dado celos con un dios que no es dios,
me han irritado con sus ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo,
con una nación fatua los irritaré».
R.
Aleluya
Sant 1, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Por
propia iniciativa el Padre nos engendró con la palabra de la verdad,
para que seamos como una primicia de sus criaturas. R.
EVANGELIO
Mt 13, 31-35
El grano de mostaza se hace un árbol hasta el punto de que los pájaros del cielo anidan en sus ramas.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré
mi boca diciendo parábolas,
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 14, 17-22
Recuerda, Señor, y no rompas tu alianza con nosotros.
Lectura del libro del Jeremías.
MIS
ojos se
deshacen en lágrimas,
de día y de noche no cesan:
por la terrible desgracia que padece
la doncella, hija de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo
al
campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por
qué
has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Reconocemos,
Señor, nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No
nos
rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
¿Tienen
los gentiles ídolos de la lluvia?
¿Dan los cielos de por sí los aguaceros?
¿No eres tú, Señor, Dios nuestro;
tú, que eres nuestra esperanza,
porque tú lo hiciste todo?
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 78, 8. 9. 11 y 13 (R.: 9bc)
R. Por el honor de tu nombre líbranos, Señor.
V. No
recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R.
V. Socórrenos,
Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R.
V. Llegue
a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte.
Nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
semilla es la palabra de Dios, y el sembrador es Cristo;
todo el que lo encuentra vive para siempre.
R.
EVANGELIO
Mt 13, 36-43
Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle:
«Explícanos la parábola de la cizaña en el campo».
Él les contestó:
«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 15, 10. 16-21
¿Por qué se ha hecho crónica mi llaga? Si vuelves, estarás a mi servicio.
Lectura del libro del Jeremías.
¡AY de
mí,
madre mía, me has engendrado
para discutir y pleitear por todo el país!
Ni presté ni me han prestado,
en cambio, todos me maldicen.
Si
encontraba tus palabras, las devoraba:
tus palabras me servían de gozo,
eran la alegría de mi corazón,
y tu nombre era invocado sobre mí,
Señor Dios del universo.
No
me
junté
con la gente
amiga de la juerga y el disfrute;
me forzaste a vivir en soledad,
pues me habías llenado de tu ira.
¿Por
qué
se
ha hecho crónica mi llaga,
enconada e incurable mi herida?
Te has vuelto para mí arroyo engañoso
de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor:
«Si
vuelves,
te dejaré volver,
y así estarás a mi servicio;
si separas la escoria del metal,
yo hablaré por tu boca.
Ellos volverán a ti,
pero tú no vuelvas a ellos.
Haré
de ti
frente al pueblo
muralla de bronce inexpugnable:
lucharán contra ti,
pero no te podrán,
porque yo estoy contigo
para librarte y salvarte
—oráculo del Señor—.
Te
libraré
de manos de los malvados,
te rescataré del puño de los violentos».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 58, 2-3. 4-5a. 10-11. 17. 18 (R.: 17d)
R. Dios es mi refugio en el peligro.
V. Líbrame
de mi enemigo, Dios mío;
protégeme de mis agresores,
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios. R.
V. Mira
que me están acechando,
y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor. R.
V. Por
ti velo, fortaleza mía,
que mi alcázar es Dios.
Que tu favor se me adelante, Dios mío,
y me haga ver la derrota de mi enemigo. R.
V. Pero
yo cantaré tu fuerza,
por la mañana proclamaré tu misericordia;
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro. R.
V. Y
tañeré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar,
Dios mío, misericordia mía. R.
Aleluya
Jn 15, 15b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
A
vosotros os llamo amigos dice el Señor,
porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. R.
EVANGELIO
Mt 13, 44-46
Vende todo lo que tiene y compra el campo.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 18, 1-6
Lo mismo que está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano.
Lectura del libro del Jeremías.
PALABRA que el Señor dirigió a Jeremías:
«Anda, baja al taller del alfarero, que allí te comunicaré mi palabra».
Bajé al taller del alfarero, que en aquel momento estaba trabajando en el torno. Cuando le salía mal una vasija de barro que estaba torneando (como suele ocurrir al alfarero que trabaja con barro), volvía a hacer otra vasija, tal como a él le parecía. Entonces el Señor me dirigió la palabra en estos términos:
«¿No puedo yo trataros como este alfarero, casa de Israel? —oráculo del Señor—.
Pues lo mismo que está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 145, 1b-2. 3-4. 5-6 (R.: 5a)
R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
V. Alaba,
alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R.
V. No
confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes. R.
V. Dichoso
a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R.
Aleluya
Cf. Hch 16, 14b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Abre,
Señor, nuestro corazón,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R.
EVANGELIO
Mc 13, 47-53
Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?».
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 26, 1-9
El pueblo se arremolinó en torno a Jeremías en el templo del Señor.
Lectura del libro de Jeremías.
AL comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, recibió Jeremías esta palabra de parte del Señor:
«Así dice el Señor:
Ponte en el atrio del templo y, cuando los ciudadanos de Judá entren en él para adorar, les repites a todos las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola.
A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y así me arrepentiré del mal que tengo pensado hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás:
Esto dice el Señor: Si no me obedecéis y cumplís la ley que os promulgué, si no escucháis las palabras de mis siervos los profetas, que os he enviado sin cesar (a pesar de que no hacíais caso), trataré a este templo como al de Siló, y haré de esta ciudad fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra».
Los profetas, los sacerdotes y todos los presentes oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor.
Cuando Jeremías acabó de transmitir cuanto el Señor le había ordenado decir a la gente, los sacerdotes, los profetas y todos los presentes lo agarraron y le dijeron:
«Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo acabará como el de Siló, y que esta ciudad quedará en ruinas y deshabitada?».
Y el pueblo se arremolinó en torno a Jeremías en el templo del Señor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 68, 5. 8-10. 14 (R.: 14c)
R. Que me escuche tu gran bondad, Señor.
V. Más
que
los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
numerosos los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver lo que no he robado? R.
V. Por
ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre.
Porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
V. Mi
oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R.
Aleluya
1 Pe 1, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
palabra el Señor permanece para siempre;
pues ésa es la palabra del Evangelio que se os anunció. R.
EVANGELIO
Mc 13, 54-58
¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.
La gente decía admirada:
«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de él.
Jesús les dijo:
«Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XVII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 26, 11-16. 24
Es cierto que el Señor me ha enviado para que os comunique estas palabras.
Lectura del libro de Jeremías.
EN aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a la gente:
«Este hombre es reo de muerte, pues ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis podido oír vosotros mismos».
Jeremías respondió a los magistrados y a todos los presentes:
«El Señor me ha enviado a profetizar contra este templo y esta ciudad todo lo que acabáis de oír.
Ahora bien, si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones y escucháis la voz del Señor vuestro Dios, el Señor se arrepentirá de la amenaza que ha pronunciado contra vosotros.
Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca.
Pero, sabedlo bien: si me matáis, os haréis responsables de sangre inocente, que caerá sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque es cierto que el Señor me ha enviado para que os comunique personalmente estas palabras».
Los magistrados del pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas:
«Este hombre no es reo de muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios».
Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías para que no lo entregaran al pueblo y le dieran muerte.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 68, 15-16. 30-31. 33-34
R. En el día de la gracia, escúchame, Señor.
V. Arráncame
del cieno, que no me hunda;
líbrame de los que me aborrecen,
y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el torbellino,
que no se cierre la poza sobre mí. R.
V. Yo
soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
V. Miradlo,
los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.
Aleluya
Mt 5, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados
los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.
EVANGELIO
Mt 14, 1-12
Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ése es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera.
Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.
Palabra del Señor.
SEMANA XVIII (Año Par)
LUNES
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 28, 1-17
Jananías, el Señor no te ha enviado, y tú has inducido al pueblo a una falsa confianza.
Lectura del libro de Jeremías.
EL mismo año, el año cuarto de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes, Jananías, hijo de Azur, profeta de Gabaón, me dijo en el templo, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo:
«Esto dice el Señor del universo, Dios de Israel:
«He roto el yugo del rey de Babilonia. Antes de dos años devolveré a este lugar el ajuar del templo, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tomó de este lugar para llevárselo a Babilonia. A Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a todos los desterrados de Judá que marcharon a Babilonia, yo mismo los haré volver a este lugar oráculo del Señor cuando rompa el yugo del rey de Babilonia»».
El
profeta
Jeremías respondió al profeta Jananías delante de los sacerdotes y de
toda la
gente que estaba en el templo.
Le dijo así el profeta Jeremías:
«¡Así sea; así lo haga el Señor! Que el Señor confirme la palabra que has profetizado y devuelva de Babilonia a este lugar el ajuar del templo y a todos los que están allí desterrados. Pero escucha la palabra que voy a pronunciar en tu presencia y ante toda la gente aquí reunida: Los profetas que nos precedieron a ti y a mí, desde tiempos antiguos, profetizaron a países numerosos y a reyes poderosos guerras, calamidades y pestes. Si un profeta profetizaba prosperidad, sólo era reconocido como profeta auténtico enviado por el Señor cuando se cumplía su palabra».
Entonces
Jananías arrancó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
Después dijo Jananías a todos los presentes:
«Esto dice el Señor:
«De este modo romperé del cuello de todas las naciones el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, antes de dos años»».
El profeta Jeremías se marchó.
Vino la palabra del Señor a Jeremías después de que Jananías hubo roto el yugo del cuello del profeta Jeremías. El Señor le dijo:
«Ve
y dile
a
Jananías:
«Esto dice el Señor: Tú has roto un yugo de madera, pero yo haré un yugo de hierro. Porque esto dice el Señor del universo, Dios de Israel: Pondré un yugo de hierro al cuello de todas estas naciones para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y se le sometan. Le entregaré hasta los animales salvajes»».
El profeta Jeremías dijo al profeta Jananías:
«Escúchame,
Jananías: El Señor no te ha enviado, y tú has inducido a este pueblo a
una
falsa confianza. Por tanto, esto dice el Señor:
«Voy a hacerte desaparecer de la tierra; este año morirás porque has predicado rebelión contra el Señor»».
Y el profeta Jananías murió aquel mismo año, el séptimo mes.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118, 29. 43. 79. 80. 95. 102 (R.: 68b)
R. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
V. Apártame
del camino falso,
y dame la gracia de tu ley. R.
V.
No
quites de mi boca las palabras
sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R.
V. Vuelvan
a mí los que te temen
y hacen caso de tus preceptos. R.
V.
Sea
mi corazón perfecto en
tus decretos,
así no quedaré avergonzado. R.
V.
Los
malvados me esperaban
para perderme,
pero yo meditaba tus preceptos. R.
V. No
me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R.
Aleluya
Mc 4, 4b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
No
sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.
El año A, en que este evangelio se ha leído el domingo precedente, se lee Mt 14, 22-36.
EVANGELIO (años B y C)
Mt 14, 13-21
Alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel
tiempo,
al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista se marchó de allí
en barca,
a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por
tierra desde
los poblados.
Al
desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de
ella y curó
a los enfermos.
Como
se hizo tarde, se acercaron los discípulos a
decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».
Jesús les replicó:
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Les dijo:
«Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra del Señor.
Mt 14, 22-36
Mándame ir hacia ti andando sobre el agua.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
DESPUÉS que la gente se hubo saciado, enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida:
«¡ínimo, soy yo, no tengáis miedo!».
Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre el agua».
Él le dijo:
«Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
«Realmente eres Hijo de Dios».
Terminada
la travesía, llegaron a tierra en Genesaret.
Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la
noticia por toda
aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos.
Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 30, 1-2. 12b-15. 18-22
Por todos tus numerosos pecados te he tratado de ese modo. Cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob.
Lectura del libro de Jeremías.
PALABRAS que recibió Jeremías de parte del Señor:
«Esto dice el Señor, Dios de Israel:
Escribe en un libro todas las palabras que he dicho:
Tu
fractura
es incurable,
tu herida está infectada;
tu llaga no tiene remedio,
no hay medicina que la cierre.
Tus
amantes
te han olvidado,
ya no preguntan por ti,
pues te herí como un enemigo,
te di un escarmiento cruel.
Y
todo por
tus muchos crímenes,
por la gran cantidad de tus pecados.
¿Por
qué
gritas por tu herida?
Tu haga es incurable.
Por tantos y tantos crímenes,
por todos tus numerosos pecados
te he tratado de ese modo.
Pero esto dice el Señor:
Cambiaré
la
suerte de las tiendas de Jacob,
voy a compadecerme de sus moradas;
reconstruirán la ciudad sobre sus ruinas,
su palacio se asentará en su puesto.
De
allí
saldrán alabanzas,
voces con aire de fiesta.
Haré
que
crezcan y no mengüen,
que sea reconocida su importancia,
que no sean despreciados.
Serán
sus
hijos como antaño,
su asamblea, estable en mi presencia;
yo castigaré a sus opresores.
De
entre
ellos surgirá un príncipe,
su gobernante saldrá de entre ellos;
lo acercaré y estará junto a mí,
pues ¿quién arriesgaría su vida
por ponerse cerca de mí?
—oráculo del Señor—.
Y
vosotros
seréis mí pueblo,
y yo seré vuestro Dios».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 101, 16-18. 19-21. 29 y 22-23 (R.: cf. 17)
R. El Señor reconstruyó Sión, y apareció en su gloria.
V. Los
gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
V. Quede
esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
V. Los
hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia.
Para anunciar en Sión el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R.
Aleluya
Jn 1, 49b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Rabí,
tú eres el Hijo de Dios,
tú eres el Rey de Israel. R.
El año A, en que este evangelio se ha leído del día anterior, puede leerse Mt 15, 1-2. 10-14.
EVANGELIO (Opción 1, para todos los años)
Mt 14, 22-36
Mándame ir a ti sobre el agua.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
DESPUÉS QUE LA GENTE se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida:
«¡ínimo, soy yo, no tengáis miedo!».
Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre el agua».
Él le dijo:
«Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame».
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
«Realmente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.
Palabra del Señor.
___________________________________________
EVANGELIO (Opción 2 para el año A)
Mt 15, 1-2. 10-14
La planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?».
Y, llamando a la gente, les dijo:
«Escuchad y entended: no mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre».
Se acercaron los discípulos y le dijeron:
«¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oírte?».
Respondió él:
«La planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. Dejadlos, son ciegos, guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo».
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 31, 1-7
Con amor eterno te amé.
Lectura del libro de Jeremías.
EN
aquel
tiempo —oráculo del Señor—,
seré el Dios de todas las tribus de Israel,
y ellas serán mi pueblo.
Esto dice el Señor:
«Encontró
mi
favor en el desierto
el pueblo que escapó de la espada;
Israel camina a su descanso.
El
Señor
se
le apareció de lejos:
Con amor eterno te amé,
por eso prolongué mi misericordia para contigo.
Te
construiré, serás reconstruida,
doncella capital de Israel;
volverás a llevar tus adornos,
bailarás entre corros de fiesta.
Volverás
a
plantar viñas
allá por los montes de Samaría;
las plantarán y vendimiarán.
Es
de
día
gritarán los centinelas
arriba, en la montaña de Efraín:
En marcha, vayamos a Sión,
donde está el Señor nuestro Dios».
Porque
esto
dice el Señor:
«Gritad de alegría por Jacob,
regocijaos por la flor de los pueblos;
proclamad, alabad y decid:
¡El Señor ha salvado a su pueblo,
ha salvado al resto de Israel!».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Jer 31, 10. 11-12ab. 13 (R.: cf. 10d)
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
V. Escuchad,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño». R.
V. «Porque
el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.
V. Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R.
Aleluya
Lc 7, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Un
gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.
EVANGELIO
Mt 15, 21-28
Mujer, qué grande es tu fe.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
«Atiéndela, que viene detrás gritando».
Él les contestó:
«Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
«Señor, ayúdame».
Él le contestó:
«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella repuso:
«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Jer 31, 31-34
Haré una alianza nueva y no recordaré los pecados.
Lectura del libro de Jeremías.
LLEGAN días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor —oráculo del Señor—.
Ésta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: «Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor —oráculo del Señor—, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19 (R.: 12a)
R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V. Oh,
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
V. Devuélveme
la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.
V. Los
sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R.
Aleluya
Mt 16, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará. R.
EVANGELIO
Mt 16, 13-23
Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los cielos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».
Jesús se volvió y dijo a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».
Palabra
del Señor.
VIERNES
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Nah 2, 1, 3; 3, 1-3, 6-7
Ay de la ciudad sanguinaria.
Lectura de la profecía de Nahúm.
HE
aquí
sobre los montes
los pies del mensajero
que proclama la paz.
Celebra
tus
fiestas, Judá,
cumple tus votos,
que no pasará más por ti el perverso;
se acabó la destrucción.
Pues
restaura el Señor
la dignidad de Jacob y de Israel:
los desoladores los habían asolado
habían destrozado sus sarmientos.
¡Ay
de la
ciudad sanguinaria,
toda ella mentira,
llena de rapiña,
insaciable de botín!
Ruido
de
látigo,
estrépito de ruedas,
galope de caballos,
brincos de carros,
asalto de caballería,
brillo de espadas,
fulgor de lanzas,
heridos sin cuento,
montones de muertos,
cadáveres sin fin,
tropiezan en cadáveres.
Echaré
sobre
ti inmundicias,
te deshonraré públicamente.
Todo el que te vea
huirá de ti diciendo:
«¡Nínive está devastada!
¿Quién se compadecerá?
¿Dónde encontraré quien te consuele?».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Dt 32, 35cd-36ab. 39abcd. 41 (R.: 39c)
R. Yo doy la muerte y la vida.
V. El
día
de su ruina se acerca,
y se precipita su destino.
El Señor hará justicia a su pueblo,
y tendrá piedad de sus siervos. R.
V. Pero
ahora mirad: soy yo, solo yo,
y no hay dios fuera de mí.
Yo doy la muerte y la vida,
yo hiero y yo curo. R.
V. Cuando
afile el rayo de mi espada,
y empuñe en mi mano el juicio,
tomaré venganza de mis enemigos
y daré su paga a los que me aborrecen. R.
Aleluya
Mc 5, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados
los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.
EVANGELIO
Mt 16, 24-28
¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su alma?
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre en su reino».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XVIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Hab 1, 12 2, 4
El justo por su fe vivirá.
Lectura del libro de Habacuc.
SEÑOR, ¿no eres, desde siempre, mi Dios?
¡Oh,
Santo,
que no muramos!
Señor, lo pusiste para sentenciar;
¡oh, Roca!, lo estableciste para juzgar.
Tus
ojos,
puros para contemplar el mal,
no soportan ver la opresión.
¿Por
qué,
pues, ves a los traidores y callas,
cuando el malvado se traga al justo?
Tratas
a
los
hombres como a peces del mar,
como a reptiles sin dueño.
Los
atrapa
a
todos con su anzuelo,
los arrastra con su red;
los amontona en su barca
contento y alegre.
Por
eso
ofrecen sacrificios a su red
e incienso a su barca,
pues en ellos tienen su sustento,
su ración y comida abundante.
¿Seguirá
vaciando su red,
asesinando pueblos sin compasión?
Aguantaré
de
pie en mi guardia,
me mantendré erguido en la muralla
y observaré a ver qué me responde,
cómo replica a mi demanda.
Me respondió el Señor:
«Escribe
la
visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo,
pero llegará a su término sin defraudar.
Si
se
atrasa, espera en ella,
pues llegará y no tardará.
Mira,
el
altanero no triunfará;
pero el justo por su fe vivirá».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 9, 8-9. 10-11. 12-13 (R.: 11b)
R. No abandonas a los que te buscan, Señor.
V. Dios
está sentado por siempre
en el trono que ha colocado para juzgar.
Él juzgará el orbe con justicia
y regirá las naciones con rectitud. R.
V. Él
será refugio del oprimido,
su refugio en los momentos de peligro.
Confiarán en ti los que conocen tu nombre,
porque no abandonas a los que te buscan. R.
V. Tañed
en honor del Señor, que reside en Sión;
narrad sus hazañas a los pueblos;
él venga la sangre, él recuerda
y no olvida los gritos de los humildes. R.
Aleluya
Cf. 2 Tim 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Nuestro
Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.
EVANGELIO
Mt 17, 14-20
Si tuvierais fe, nada os sería imposible.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo».
Jesús tomó la palabra y dijo:
«¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo».
Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte:
«¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Les contestó:
«Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: Trasládate desde ahí hasta aquí, y se trasladaría. Nada os sería imposible».
Palabra del Señor.
SEMANA XIX (Año Par)
LUNES
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 1, 2-5. 24-28c
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
EL cinco del mes era el año quinto de la deportación del rey Jeconías vino la palabra del Señor sobre Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar. Allí se posó sobre él la mano del Señor.
Vi un viento huracanado que venía del norte: una gran nube y un fuego zigzagueante con un resplandor en torno, y desde el centro del fuego como un resplandor de ámbar, y en el centro de todo la figura de cuatro seres vivientes.
Éste era su aspecto: tenían forma humana.
Y oí el rumor de sus alas cuando se movían, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, como griterío de multitudes, como estruendo de tropas. Cuando se detenían, replegaban sus alas. También se oyó un estruendo sobre la bóveda que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, replegaban sus alas.
Y por encima de la bóveda, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecía un hombre.
Y vi un brillo como de ámbar (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecían sus caderas para arriba, y de lo que parecían sus caderas para abajo vi algo así como fuego, rodeado de resplandor, como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Tal era la apariencia del resplandor en torno.
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor.
Al contemplarla, caí rostro en tierra.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 148, 1bc-2. 11-12. 13. 14 (R.: cf. Is 6, 3c)
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
O bien:
R. Aleluya.
V. Alabad
al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles,
alabadlo, todos sus ejércitos. R.
V. Reyes
del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R.
V. Alaben
el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R.
V. Él
acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R.
Aleluya
Cf. 2 Tes 2, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Dios
nos llamó por medio del Evangelio,
para que lleguemos a adquirir la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R.
EVANGELIO
Mt 17, 22-27
Lo matarán, pero resucitará. Los hijos están exentos de impuestos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 2, 8 – 3, 4
Me dio a comer el volumen, y me supo en la boca dulce como la miel.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ESTO dice el Señor:
«Ahora, hijo de hombre, escucha lo que te digo: ¡No seas rebelde, como este pueblo rebelde! Abre la boca y come lo que te doy».
Vi entonces una mano extendida hacia mí, con un documento enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso; tenía escritas elegías, lamentos y ayes.
Entonces me dijo:
«Hijo de hombre, come lo que tienes ahí; cómete este volumen y vete a hablar a la casa de Israel».
Abrí la boca y me dio a comer el volumen, diciéndome:
«Hijo de hombre, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este volumen que te doy».
Lo comí y me supo en la boca dulce como la miel.
Me dijo:
«Hijo de hombre, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131 (R.: 103a)
R. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V. Mi
alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.
V. Tus
preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R.
V. Más
estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.
V. ¡Qué
dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca! R.
V. Tus
preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. R.
V. Abro
la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R.
Aleluya
Mt 11, 29ab
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Tomad
mi yugo sobre vosotros dice el Señor,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. R.
EVANGELIO
Mt 18, 1-5. 10. 12-14
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
«En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
Palabra
del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 9, 1-7; 10, 18-22
Marca en la frente a los que se lamentan por las acciones detestables de Jerusalén.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
Oíd al Señor que exclamaba con voz potente:
«¡Ha llegado el juicio de la ciudad! Que cada uno empuñe su arma destructora».
Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte. Cada uno empuñaba una maza. En medio de ellos estaba un hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura. Al llegar se detuvieron junto al altar de bronce.
La Gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín en que se apoyaba, dirigiéndose al umbral del templo.
Llamó al hombre vestido de lino, que tenía los avíos de escribano a la cintura.
El Señor le dijo:
«Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén, y marca en la frente a los que gimen y se lamentan por las acciones detestables que en ella se cometen».
A los otros le dijo en mi presencia:
«Recorred la ciudad detrás de él, golpeando sin compasión y sin piedad. A viejos, jóvenes y doncellas, a niños y mujeres, matadlos, acabad con ellos; pero no os acerquéis a ninguno de los que tiene la señal. Comenzaréis por mi santuario».
Y comenzaron por los ancianos que estaban frente al templo.
Luego les dijo:
«Profanad el templo, llenando sus atrios de cadáveres, y salid a matar por la ciudad».
La Gloria del Señor salió levantándose del umbral del templo y se colocó sobre los querubines. Los querubines desplegaron sus alas y se elevaron sobre la tierra ante mis ojos. Junto con ellos partieron también las ruedas y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental del templo del Señor. La Gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.
Eran los mismos seres que había visto bajo el Dios de Israel junto al río Quebar, y comprendí que eran querubines.
Cada uno tenía cuatro rostros y cuatro alas, y bajo las alas una especie de mano humana. El aspecto de sus rostros era el de los rostros que había visto junto al río Quebar. Todos ellos iban de frente.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 112, 1b-2. 3-4. 5-6 (R.: cf. 4b)
R. Bendito sea Dios, que me ha devuelto la vida.
O bien:
R. Aleluya.
V. Alabad,
siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.
V. De
la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
R.
V. ¿Quién
como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.
Aleluya
2 Cor 5, 19ac
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Dios
estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.
EVANGELIO
Mt 18, 15-20
Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Palabra
del Señor.
JUEVES
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 12, 1-12
Emigra en pleno día, a la vista de todos.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde:
Tienen ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen, porque son un pueblo rebelde.
Así pues, tú, hijo de hombre, prepara tu equipaje para el destierro, y emigra en pleno día, a la vista de todos; a la vista de todos emigra a otro sitio. Tal vez así comprendan que son un pueblo rebelde.
Sacarás tu equipaje de deportado en pleno día, a la vista de todos; partirás al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro.
A la vista de todos abre una brecha en el muro y saca por allí tu equipaje.
Cárgalo al hombro a la vista de todos, sácalo en la oscuridad. Cúbrete la cara para no ver la tierra, porque hago de ti un signo para la casa de Israel».
Yo hice todo lo que me había ordenado. Saqué mi equipaje como quien va al destierro, en pleno día; al atardecer abrí una brecha en el muro con las manos, lo saqué en la oscuridad y me lo cargué al hombro, a la vista de todos.
A la mañana siguiente me fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías?
Pues respóndeles:
Esto dice el Señor Dios: Este oráculo toca al príncipe en Jerusalén y a toda la casa de Israel que vive allí.
Di: Yo soy un signo para vosotros: como yo he hecho, así harán con ellos. Serán deportados, irán al destierro.
El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el equipaje, en la oscuridad saldrá por una brecha que abrirán en el muro para sacarlo, se cubrirá la cara para no ver su tierra con sus propios ojos».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 77, 56-57. 58-59. 61-62 (R.: cf. 7b)
R. ¡No olvidéis las acciones del Señor!
V. Ellos
tentaron al Dios Altísimo y se rebelaron,
negándose a guardar sus preceptos;
desertaron y traicionaron como sus padres,
fallaron como un arco engañoso. R.
V. Con
sus altozanos lo irritaban,
con sus ídolos provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se indignó,
y rechazó totalmente a Israel. R.
V.
Abandonó
sus valientes al
cautiverio,
su orgullo a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada,
encolerizado contra su heredad. R.
Aleluya
Sal 118, 135
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Haz
brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus decretos. R.
EVANGELIO
Mt 18, 21 – 19, 1
No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
«Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo».
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:
«Págame lo que me debes».
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
«Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré».
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
«¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?».
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Palabra
del Señor.
VIERNES
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA (opción 1)
Ez 16, 1-15. 60. 63
Eras perfecta con los atavíos que yo había puesto sobre ti; y te prostituiste.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, hazle conocer sus acciones detestables a Jerusalén.
Di: Esto dice el Señor Dios, a Jerusalén. Por tu origen y tu nacimiento eres cananea: tu padre era amorreo y tu madre hitita. Así fue tu nacimiento: El día en que naciste, no te cortaron el cordón, no te lavaron con agua para purificarte, ni te friccionaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti ni hizo por compasión nada de todo esto, sino que por aversión te arrojaron a campo abierto el día que naciste.
Yo pasaba junto a ti y te vi revolviéndote en tu sangre, y te dije:
Sigue viviendo, tú que yaces en tu sangre, sigue viviendo.
Te hice crecer como un brote del campo. Tú creciste, te hiciste grande, llegaste a la edad del matrimonio. Tus senos se afirmaron y te brotó el vello, pero continuabas completamente desnuda.
Pasé otra vez a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí mi manto sobre ti para cubrir tu desnudez. Con juramento hice alianza contigo —oráculo del Señor Dios— y fuiste mía.
Te lavé con agua, te limpié la sangre que te cubría y te ungí con aceite. Te puse vestiduras bordadas, te calcé zapatos de cuero fino, te ceñí de lino, te revestí de seda.
Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar en tu cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en tus orejas y una magnífica diadema en tu cabeza.
Lucías joyas de oro y plata, vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas cada vez más bella y llegaste a ser como una reina.
Se difundió entre las naciones paganas la fama de tu belleza, perfecta con los atavíos que yo había puesto sobre ti —oráculo del Señor Dios—. Pero tú, confiada en tu belleza, te prostituiste; valiéndote de tu fama, prodigaste tus favores y te entregaste a todo el que pasaba.
Con todo, yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te avergüences y no te atrevas nunca más a abrir la boca por tu oprobio, cuando yo te perdone todo lo que hiciste —oráculo del Señor Dios—».
Palabra de Dios.
PRIMERA LECTURA (opción 2)
Ez 16, 59-63
Me acordaré de mi alianza contigo, y tú te avergonzarás.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ESTO dice el Señor:
«Actuaré contigo, Jerusalén, conforme a tus acciones, pues menospreciaste el juramento y quebrantaste la alianza. Con todo, yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo una alianza eterna.
Te acordarás de tu conducta y te avergonzarás al acoger a tus hermanas mayores y a las menores, pues yo te las daré como hijas, pero no en virtud de tu alianza.
Yo estableceré mi alianza contigo y reconocerás que yo soy el Señor, para que te acuerdes y te avergüences y no te atrevas nunca más a abrir la boca por tu oprobio, cuando yo te perdone todo lo que hiciste —oráculo del Señor Dios—».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Is 12, 2-3. 4bcde. 5-6 (R.: 1c)
R. Ha cesado tu ira y me has consolado.
V. «Él
es
mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.
V. «Dad
gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso». R.
V. Tañed
para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel. R.
Aleluya
Cf. 1 Tes 2, 13
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Acoged
la palabra de Dios, no como palabra humana,
sino, cual es en verdad, como palabra de Dios. R.
EVANGELIO
Mt 19, 3-12
Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús
unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió:
«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron:
«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla?».
Él les contestó:
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer no hablo de unión ilegítima y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron:
«Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo:
«No todos entienden esto, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».
Palabra
del Señor.
SÁBADO
DE LA XIX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 18, 1-10. 13b. 30-32
Os juzgaré a cada uno según su proceder.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel?: “Los padres comieron agraces y los hijos tuvieron dentera”.
Por mi vida —oráculo del Señor Dios— que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel, porque todas las vidas son mías: la vida del padre como la del hijo. El que peque, ese morirá. Si un hombre es inocente y se comporta recta y justamente; si no come en los montes ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; si no deshonra a la mujer de su prójimo ni se une a su mujer durante la menstruación; si no oprime a nadie, si devuelve la prenda empeñada; si no despoja a nadie de lo suyo, si da de su pan al hambriento y viste al desnudo; si no presta con usura ni acepta intereses; si se mantiene lejos de la injusticia y aplica con equidad el derecho entre las personas; si se comporta según mis preceptos y observa mis leyes, cumpliéndolas fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá —oráculo del Señor Dios—.
Si ese hombre engendra un hijo violento y sanguinario, que comete contra su prójimo alguna de estas malas acciones, ciertamente no vivirá. Por haber cometido todas esas acciones detestables, morirá irremediablemente y será responsable de su propia muerte.
Pues bien, os juzgaré, a cada uno según su proceder, casa de Israel —oráculo del Señor Dios—.
Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no tropezaréis en vuestra culpa. Apartad de vosotros los delitos que habéis cometido, renovad vuestro corazón y vuestro espíritu. ¿Por qué habríais de morir, casa de Israel?
Yo no me complazco en la muerte de nadie —oráculo del Señor Dios—. Convertíos y viviréis».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19 (R.: 12a)
R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V. Oh,
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
V. Devuélveme
la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.
V. Los
sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R.
Aleluya
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bendito
seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Mt 19, 13-15
No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban.
Jesús dijo:
«¡Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos!».
Les impuso las manos y se marchó de allí.
Palabra
del Señor.
SEMANA XX (Año Par)
LUNES
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 24, 15-24
Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, voy a arrebatarte el encanto de tus ojos, pero tú no entones una lamentación, no hagas duelo, no llores, no derrames lágrimas. Suspira en silencio, no hagas ningún rito fúnebre. Ponte el turbante y cálzate las sandalias; no te cubras la barba ni comas el pan del duelo».
Yo había hablado a la gente por la mañana, y por la tarde murió mi mujer. Al día siguiente hice lo que se me había ordenado.
Entonces me dijo la gente:
«¿Quieres explicarnos qué significa lo que estás haciendo?».
Les respondí:
«He recibido esta palabra del Señor:
Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: “Voy a profanar mi santuario, el baluarte del que estáis orgullosos, encanto de vuestros ojos, esperanza de vuestra vida. Los hijos e hijas que dejasteis en Jerusalén caerán a espada.
Entonces haréis lo que yo he hecho: no os cubriréis la barba ni comeréis el pan del duelo; seguiréis con el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies; no entonaréis una lamentación ni lloraréis; os consumiréis por vuestras culpas y gemiréis unos con otros. Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho.
Y, cuando suceda, comprenderéis que yo soy el Señor Dios”».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Dt 32, 18-19. 20. 21 (R.: cf. 18a)
R. Despreciaste al Dios que te engendró.
V. Despreciaste
la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R.
V.
Y
dijo: «Les ocultaré mi
rostro,
y veré cuál es su suerte,
porque son una generación pervertida,
unos hijos desleales». R.
V. «Me
han dado celos con un
dios que no es dios,
me han irritado con sus ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo,
con una nación fatua los irritaré». R.
Aleluya
Mt 5, 3
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados
los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.
EVANGELIO
Mt 19, 16-22
Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, así tendrás un tesoro en el cielo.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos».
Él le preguntó:
«¿Cuáles?».
Jesús le contestó:
«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo».
El joven le dijo:
«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?».
Jesús le contestó:
«Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres así tendrás un tesoro en el cielo y luego ven y sígueme».
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico.
Palabra
del Señor.
MARTES
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 28, 1-10
Eres hombre y no dios; pusiste tu corazón como el corazón de Dios.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios:
Se
enalteció
tu corazón y dijiste:
“Soy un dios
y estoy sentado en el trono de los dioses en el corazón del mar”.
Tú
que
eres
hombre, y no dios,
pusiste tu corazón como el corazón de Dios.
Te dijiste: “¡Si eres más sabio que Daniel,
ningún enigma se te resiste!
Con tu sabiduría e inteligencia
te has hecho una fortuna;
acumulaste tesoros de oro y plata”.
Con
tu
gran
habilidad para el comercio
acrecentaste tu fortuna;
y por tu fortuna te llenaste de presunción.
Por ello, así dice el Señor Dios:
“Por
haber
puesto tu corazón como el corazón de Dios,
por eso, haré venir contra ti extranjeros,
los más feroces de entre los pueblos.
Desenvainarán sus espadas
contra tu brillante sabiduría,
y profanarán tu belleza.
Te hundirán en la fosa
y perecerás de muerte violenta
en el corazón del mar.
¿Podrás
seguir diciendo delante de tus verdugos:
‘Soy un dios’? Serás un hombre, y no un dios,
en mano de los que te apuñalen.
Morirás con muerte de incircunciso,
a manos de gentes extrañas.
Porque lo he dicho yo”
—oráculo del Señor—».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Dt 32, 26-27ab. 27cd-28. 30. 35cd-36ab (R.: 39c)
R. Yo doy la muerte y la vida.
V. Me
dije: «Los aniquilaría,
y borraría su memoria entre los hombres».
Si no temiese las burlas del enemigo,
y la mala interpretación del adversario. R.
V. No
sea que digan: «Nuestra mano ha vencido,
no es el Señor quien ha hecho todo esto».
Porque es gente que ha perdido el juicio,
y que carece de inteligencia. R.
V. ¿Cómo
puede uno perseguir a mil,
y dos poner en fuga a diez mil,
si no fuera porque los ha vendido su Roca
y el Señor los ha entregado? R.
V. El
día de su ruina se acerca,
y se precipita su destino.
El Señor hará justicia a su pueblo,
y tendrá piedad de sus siervos. R.
Aleluya
2 Co 8, 9
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Jesucristo,
siendo rico, se hizo pobre,
para enriquecernos con su pobreza. R.
EVANGELIO
Mt 19, 23-30
Más fácil le es a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos:
«En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos».
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo».
Entonces dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros».
Palabra
del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 34, 1-11
Libraré mi rebaño de sus fauces, para que no les sirva de alimento.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ME fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza y diles:
“¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar las ovejas?
Os coméis las partes mejores, os vestís con su lana; matáis las más gordas, pero no apacentáis el rebaño. No habéis robustecido a las débiles, ni curado a la enferma, ni vendado a la herida; no habéis recogido a la descarriada, ni buscado a la que se había perdido, sino que con fuerza y violencia las habéis dominado.
Sin pastor, se dispersaron para ser devoradas por las fieras del campo. Se dispersó mi rebaño y anda errante por montes y altos cerros; por todos los rincones del país se dispersó mi rebaño y no hay quien lo siga ni lo busque.
Por
eso,
pastores, escuchad la palabra del Señor: ¡por mi vida! —oráculo del
Señor Dios—; porque mi rebaño ha sido expuesto al pillaje, y a ser
devorado
por las
fieras del campo por falta de pastor; porque mis pastores no cuidaron
mi
rebaño, y se apacentaron a sí mismos pero no apacentaron mi rebaño,
por
eso,
pastores, escuchad la palabra del Señor:
Esto dice el Señor Dios: Me voy a enfrentar con los pastores: Les reclamaré mi rebaño, dejarán de apacentar el rebaño, y ya no podrán apacentarse a sí mismos. Libraré mi rebaño de sus fauces, para que no les sirva de alimento”».
Porque esto dice el Señor Dios:
«Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 1b)
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. El
Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
V. Me
guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
V. Preparas
una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
V. Tu
bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
Aleluya
Heb 4, 12ad
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.
EVANGELIO
Mt 20, 1-16
¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron:
“Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo:
“Id también vosotros a mi viña”.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:
“Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a uno de ellos:
“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 36, 23-28
Os daré un corazón nuevo y os infundiré mi espíritu.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
ESTO dice el Señor:
«Manifestaré la santidad de mi gran nombre, profanado entre los gentiles, porque vosotros lo habéis profanado en medio de ellos.
Reconocerán las naciones que yo soy el Señor —oráculo del Señor Dios—, cuando por medio de vosotros les haga ver mi santidad.
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19 (R.: Ez 36, 25)
R. Derramaré
sobre vosotros un agua pura
que os purificará de todas vuestras inmundicias.
V. Oh
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
R.
V. Devuélveme
la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
R.
V. Los
sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias R.
Aleluya
Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
No
endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.
EVANGELIO
Mt 22, 1-14
A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, volvió a hablarles Jesús en parábolas, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados:
La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
Palabra
del Señor.
VIERNES
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 37, 1-14
Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os sacaré de vuestros sepulcros, casa de Israel.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
EN aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí.
El Señor me sacó en espíritu y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran muchísimos en el valle y estaban completamente secos.
Me preguntó:
«Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?».
Yo respondí:
«Señor, Dios mío, tú lo sabes».
Él me dijo:
«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: «¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y comprenderéis que yo soy el Señor»».
Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó un estruendo y los huesos se unieron entre sí. Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido y la piel la recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
«Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu: «Esto dice el Señor Dios: ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan»».
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
«Hijo
de
hombre, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: «Se han
secado
nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido,
estamos
perdidos».
Por eso profetiza y diles: «Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis que soy el Señor. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestra tierra y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y lo hago» —oráculo del Señor—».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 106, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 1)
R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
V. Que
lo
confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
oriente y occidente, norte y sur. R.
V. Erraban
por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida. R.
V. Pero
gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a una ciudad habitada. R.
V. Den
gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes. R.
Aleluya
Sal 24, 4bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Dios
mío, instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad. R.
EVANGELIO
Mt 22, 34-40
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».
Él le dijo:
«Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
Éste mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».
Palabra
del Señor.
SÁBADO
DE LA XX SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Ez 43, 1-7a
La gloria del Señor entró en el templo.
Lectura del libro del profeta Ezequiel.
EL ángel me condujo al pórtico oriental.
Vi la Gloria del Dios de Israel que venía de Oriente, con un estruendo de aguas caudalosas. La tierra se iluminó con su Gloria. Esta visión fue como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad, y como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar.
Caí rostro en tierra.
La Gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental.
Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior.
La Gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras aquel hombre seguía de pie a mi lado, y me decía:
«Hijo de hombre, éste es el sitio de mi trono, el sitio donde apoyo mis pies, y donde voy a residir para siempre en medio de los hijos de Israel».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R.: cf. 10b)
R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.
V. Voy
a
escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que le temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
V. La
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
V. El
Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
Aleluya
Mt 23, 9b. 10b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Uno
solo es vuestro Padre, el del cielo;
y uno solo es vuestro maestro, el Mesías. R.
EVANGELIO
Mt 23, 1-12
No hacen lo que dicen.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabbí, porque Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque Uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque Uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.
SEMANA XXI (Año Par)
LUNES
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Tes 1, 1-5. 11b-12
El nombre del Señor será glorificado en vosotros y vosotros en él.
Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.
PABLO, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses en Dios, nuestro Padre, y en el Señor Jesucristo.
A vosotros gracia y paz de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Debemos dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, pues vuestra fe crece vigorosamente y sigue aumentando el amor mutuo de todos y cada uno de vosotros.
Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las iglesias de Dios por vuestra paciencia y vuestra fe en medio de todas las persecuciones y tribulaciones que estáis soportando.
Así se pone de manifiesto el justo juicio divino, de manera que lleguéis a ser dignos del reino de Dios, por el cual padecéis.
Nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 95, 1-2a. 2b-3. 4-5 (R.: cf. 3)
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
V. Cantad
al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
V. Proclamad
día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
V. Porque
es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Aleluya
Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Mis
ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
EVANGELIO
Mt 23, 13-22
¡Ay de vosotros, guías ciegos!
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la gehenna el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?
O también: Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por cuanto hay sobre él; quien jura por el templo, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él».
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Tes 2, 1-3a. 14-17
Conservad las tradiciones que habéis aprendido.
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses.
OS rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.
Que nadie en modo alguno os engañe. Dios os llamó por medio de nuestro Evangelio para que lleguéis a adquirir la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.
Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha regalado un consuelo eterno y una esperanza dichosa, consuele vuestros corazones y os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 95, 10. 11-12a. 12b-13 (R.: 13b)
R. Llega el Señor a regir la tierra.
V. Decid
a
los pueblos: «El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.
V. Alégrese
el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R.
V. Aclamen
los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.
Aleluya
Hb 4, 12
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
La
palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.
EVANGELIO
Mt 23, 23-26
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera».
Palabra
del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
2 Tes 3, 6-10. 16-18
Si alguno no quiere trabajar, que no coma.
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses.
EN nombre del Señor Jesucristo, os mandamos, hermanos, que os apartéis de todo hermano que lleve una vida desordenada y no conforme con la tradición que recibió de nosotros.
Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo:
No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros. No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.
Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.
Que el mismo Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros.
El saludo va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda carta; ésta es mi letra.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 127, 1bc-2. 4-5 (R.: cf. 1b)
R. Dichosos los que temen al Señor.
V. Dichoso
el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.
V. Ésta
es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.
Aleluya
1 Jn 2, 5
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Quien
guarda la palabra de Cristo,
ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. R.
EVANGELIO
Mt 23, 27-32
Sois hijos de los que asesinaron a los profetas.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: «Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas»! Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 1, 1-9
En él habéis sido enriquecidos en todo.
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.
PABLO, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes nuestro hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados por Jesucristo, llamados santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: a vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios continuamente por vosotros, por la gracia de Dios que se os ha dado en Cristo Jesús; pues en él habéis sido enriquecidos en todo: en toda palabra y en toda ciencia; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo, de modo que no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es Dios, el cual os llamó a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: cf. 1b)
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Señor.
V. Día
tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
V. Una
generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
V. Encarecen
ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tu justicia. R.
Aleluya
Mt 24, 42a. 44
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Estad
en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. R.
EVANGELIO
Mt 24, 42-51
Estad preparados.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: «Mi señor tarda en llegar», y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 1, 17-25
Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios.
Pues está escrito:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces».
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde está el sofista de este tiempo? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y puesto que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los que creen.
Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados judíos o griegos, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 32, 1-2. 4-5. 10-11 (R.: cf. 5b)
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
V. Aclamad,
justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
V. La
palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.
V. El
Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.
Aleluya
Lc 21, 36
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Estad
despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre. R.
EVANGELIO
Mt 25, 1-13
¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
«¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!».
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes:
«Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las prudentes contestaron:
«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió:
«En verdad os digo que no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XXI SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 1, 26-31
Lo débil del mundo lo ha escogido Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
FIJAOS en vuestra asamblea, hermanos: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención.
Y así como está escrito: «El que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 32, 12-13. 18-19. 20-21 (R.: cf. 12)
R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
V. Dichosa
la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.
V. Los
ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
V. Nosotros
aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R.
Aleluya
Jn 13, 34
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Os
doy un mandamiento nuevo dice el Señor:
que os améis unos a otros, como yo os he amado. R.
EVANGELIO
Mt 25, 14-30
Has sido fiel en lo poco, pasa al gozo de tu Señor.
+
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
«Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco».
Su señor le dijo:
«Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor».
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
«Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos».
Su señor le dijo:
«¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor».
Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:
«Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo».
El señor le respondió:
«Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes»».
Palabra del Señor.
SEMANA XXII (Año Par)
LUNES
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 2, 1-5
Os anuncié a Cristo crucificado.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
YO, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118, 97. 98. 99. 100. 101. 102 (R.: 97a)
R. ¡Cuánto amo tu ley, Señor!
V. ¡Cuánto
amo tu ley!:
todo el día la estoy meditando. R.
V. Tu
mandato me hace más sabio
que mis enemigos,
siempre me acompaña. R.
V. Soy
más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R.
V. Soy
más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R.
V. Aparto
mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R.
V. No
me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R.
Aleluya
Cf. Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
El
Espíritu del
Señor está sobre mí;
me ha enviado a evangelizar a los pobres. R.
EVANGELIO
Lc 4, 16-30
Me ha enviado a evangelizar a los pobres… Ningún profeta es aceptado en su pueblo.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El
Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es éste el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo», haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 2, 10b-16
El hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios; en cambio, el hombre espiritual lo juzga todo.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. Pues, ¿quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Del mismo modo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios.
Pero nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo; es el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que de Dios recibimos.
Cuando
explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las
exponemos en el
lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el
Espíritu.
Pues
el
hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le
parece una
necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el
criterio
del Espíritu.
En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, mientras que él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién ha conocido la mente del Señor para poder instruirlo?». Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab. 13cd-14 (R.: 17a)
R. El Señor es justo en todos sus caminos.
V. El
Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
V. Que
todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
V. Explicando
tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.
V. El
Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.
Aleluya
Lc 7, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Un
gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.
EVANGELIO
Lc 4, 31-37
Sé quién eres: el Santo de Dios.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:
«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal de él!».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:
«¿Qué clase de palabra es ésta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 3, 1-9
Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Por eso, en vez de alimento sólido, os di a beber leche, pues todavía no estabais para más. Aunque tampoco lo estáis ahora, pues seguís siendo carnales. En efecto, mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, ¿no es que seguís siendo carnales y que os comportáis al modo humano? Pues si uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no os comportáis al modo humano?
En definitiva, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Servidores a través de los cuales accedisteis a la fe, y cada uno de ellos como el Señor le dio a entender. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; de modo que, ni el que planta es nada, ni tampoco el que riega; sino Dios, que hace crecer. El que planta y el que riega son una misma cosa, si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios, edificio de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 32, 12-13. 14-15. 20-21 (R.: cf. 12)
R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. Dichosa
la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.
V. Desde
su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R.
V. Nosotros
aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R.
Aleluya
Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
El
Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad. R.
EVANGELIO
Lc 4, 38-44
Es necesario que evangelice también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto.
La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor.
JUEVES
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 3, 18-23
Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito:
«Él caza a los sabios en su astucia».
Y también:
«El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos».
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6 (R.: 1b)
R. Del Señor es la tierra y cuanto la llena.
V. Del
Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
V. ¿Quién
puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
V. Ése
recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Ésta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R.
Aleluya
Mt 4, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Venid
en pos de mí dice el Señor,
y os haré pescadores de hombres. R.
EVANGELIO
Lc 5, 1-11
Dejándolo todo, lo siguieron.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la Palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
VIERNES
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 4, 1-5
Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 36, 3-4. 5-6. 27-28. 39-40 (R.: 39a)
R. El Señor es quien salva a los justos.
V. Confía
en el Señor y haz el bien:
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón.
R.
V. Encomienda
tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía.
R.
V. Apártate
del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá.
R.
V. El
Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R.
Aleluya
Jn 8, 12b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Yo
soy la luz del mundo dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
EVANGELIO
Lc 5, 33-39
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán.
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: El añejo es mejor».
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XXII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 4, 6b-15
Pasamos hambre y sed y falta de ropa.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?
Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; como condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros unos locos por Cristo, vosotros, sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora pasamos hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan y les deseamos bendiciones; nos persiguen y aguantamos; nos calumnian y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el desecho de la humanidad; y así hasta el día de hoy.
No os escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros. Porque os quiero como a hijos; ahora que estáis en Cristo tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 144, 17-18. 19-20. 21 (R.: 18a)
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
V. El
Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.
V. Satisface
los deseos de los que lo temen,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R.
V. Pronuncie
mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R.
Aleluya
Jn 14, 6bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Yo
soy el camino y la verdad y la vida dice el Señor;
nadie va al Padre sino por mí. R.
EVANGELIO
Lc 6, 1-5
¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?
+
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
UN sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos.
Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que sólo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él».
Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».
Palabra del Señor.
SEMANA XXIII (Año Par)
LUNES
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 5, 1-8
Barred la levadura vieja; porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
Se oye decir en todas partes que hay entre vosotros un caso de inmoralidad; y una inmoralidad tal que no se da ni entre los gentiles: uno convive con la mujer de su padre.
¿Y vosotros seguís tan ufanos?
Estaría mejor ponerse de luto y expulsar de entre vosotros al que ha hecho eso.
Pues lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en el nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos de Satanás; para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el día del Señor.
Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser.
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ácimos.
Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ácimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 5, 5-6a. 6b-7. 12 (R.: 9a)
R. Señor, guíame con tu justicia.
V. Tú
no
eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu
presencia. R.
V. Detestas
a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.
V. Que
se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R.
Aleluya
Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Mis
ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
EVANGELIO
Lc 6, 6-11
Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
+
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
UN sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo:
«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor.
MARTES
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 6, 1-11
Un hermano tiene que estar en pleito con otro y además entre gentiles.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
¿Hay alguien entre vosotros que, teniendo un pleito con otro, se atreve a llevarlo a juicio ante los impíos y no ante los santos?
¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo? Pues si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no estaréis a la altura de juzgar minucias?
Recordad que juzgaremos a ángeles; cuánto más, asuntos de la vida ordinaria.
De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dais jurisdicción a gente que en la Iglesia no cuenta.
¿No os da vergüenza? ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?
No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro y además entre gentiles.
Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre vosotros.
¿No estaría mejor sufrir la injusticia? ¿No estaría mejor dejarse robar?
En cambio, sois vosotros los injustos y los ladrones, y eso con hermanos vuestros.
¿No sabéis que ningún malhechor heredará el reino de Dios? No os hagáis ilusiones: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así erais algunos antes.
Pero fuisteis lavados, santificados, justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 149, 1bc-2. 3-4. 5-6a y 9b (R.: 4a)
R. El Señor ama a su pueblo.
O bien:
R. Aleluya.
V. Cantad
al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de
los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.
V. Alabad
su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
R.
V. Que
los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca.
Es un honor para todos sus fieles. R.
Aleluya
Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Yo
os he elegido del mundo dice el Señor,
para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. R.
EVANGELIO
Lc 6, 12-19
Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles.
+
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra
del Señor.
MIÉRCOLES
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 7, 25-31
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
Acerca de los célibes no tengo precepto del Señor, pero doy mi parecer como alguien que, por la misericordia del Señor, es fiel.
Considero que, por la angustia que apremia, es bueno para un hombre quedarse así.
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación.
¿Estás libre de mujer? No busques mujer; pero, si te casas, no pecas; y, si una soltera se casa, tampoco peca. Aunque estos tales sufrirán la tribulación de la carne; y yo quiero ahorrársela.
Digo esto, hermanos, que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 44, 11-12. 14-15. 16-17 (R.: 11a)
R. Escucha, hija, mira: inclina el oído.
V. Escucha,
hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu Señor. R.
V. Ya
entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de
vírgenes,
la siguen sus compañeras. R.
V. Las
traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la
tierra». R.
Aleluya
Lc 6, 23ab
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Alegraos
y saltad de gozo dice el Señor,
porque vuestra recompensa será grande en el cielo. R.
EVANGELIO
Lc 6, 20-26
Bienaventurados los pobres. ¡Ay de vosotros, los ricos!
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».
Palabra
del Señor.
JUEVES
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 8, 1b-7. 11-13
Turbando la conciencia insegura de los hermanos, pecáis contra Cristo.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
El conocimiento engríe, mientras que el amor edifica. Si alguno cree conocer algo, eso significa que aún no conoce como es debido. Si alguno ama a Dios, ese tal es conocido por él.
Sobre el hecho de comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que en el mundo un ídolo no es nada y que no hay más Dios que uno; pues aunque están los que son dioses en el cielo y en la tierra, de manera que resultan numerosos los dioses y numerosos los señores, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede todo y para el cual somos nosotros, y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe todo y nosotros por medio de él.
Sin embargo, no todos tienen este conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo, y como su conciencia está insegura, se mancha.
Así por tu conocimiento se pierde el inseguro, un hermano por quien Cristo murió. Al pecar de esa manera contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo. Por eso, si por una cuestión de alimentos peligra un hermano mío, nunca volveré a comer carne, para no ponerlo en peligro.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 138, 1-3. 13-14ab. 23-24 (R.: 24b
R. Guíame, Señor, por el camino eterno.
V. Señor,
tú me sondeas y me conoces.
Me conoces cuando me siento o me
levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.
V. Tú
has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has plasmado
portentosamente,
porque son admirables tus obras. R.
V. Sondéame,
oh, Dios, y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis
sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno. R.
Aleluya
1 Jn 4, 12
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Si
nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros
y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R.
EVANGELIO
Lc 6, 27-38
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.
+
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Palabra
del Señor.
VIERNES
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 9, 16-19. 22b-27
Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
HERMANOS:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.
No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.
Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles.
Me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
¿No sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio? Pues corred así: para ganar.
Pero un atleta se impone toda clase de privaciones; ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita.
Por eso corro yo, pero no al azar; lucho, pero no contra el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo someto, no sea que, habiendo predicado a otros, quede yo descalificado.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 83, 3. 4. 5-6. 12 (R.:2)
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Mí
alma
se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.
V. Hasta
el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío. R.
V. Dichosos
los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su
fuerza
y tienen tus caminos en su corazón. R.
V. Porque
el Señor Dios es sol y escudo,
el Señor da la gracia y la gloria;
y no niega sus bienes
a los de conducta intachable. R.
Aleluya
Cf. Jn 17, 17ba
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Tu
palabra, Señor, es verdad;
santifícanos en la verdad. R.
EVANGELIO
Lc 6, 39-42
¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
+
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: Hermano, déjame que te saque la mota del ojo, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Palabra del Señor.
SÁBADO
DE LA XXIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
1 Cor 10, 14-22
Nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
QUERIDOS hermanos, huid de la idolatría. Os hablo como a personas sensatas; juzgad vosotros lo que digo.
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo?
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan. Considerad al Israel según la carne: ¿los que comen de las víctimas no se unen al altar?
¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas sacrificadas a los ídolos son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios; y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber del cáliz del Señor y del cáliz de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿O vamos a provocar los celos del Señor? ¿Acaso somos más fuertes que él?
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 115, 12-13. 17-18 (R.: 17a)
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
V. ¿Cómo
pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R.
V. Te
ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.
Aleluya
Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
El
que me ama guardará mi palabra dice el Señor,
y mi Padre lo amará y vendremos a él. R.
EVANGELIO
Lc 6, 43-49
¿Por qué me llamáis «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo?
+
Lectura
del santo
Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
«No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
¿Por qué me llamáis «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo?
Todo el que se viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificó una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida.
El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose, y fue grande la ruina de aquella casa».
Palabra del Señor.
APÉNDICE I: Aleluya para las ferias del tiempo ordinario
APÉNDICE
I:
ALELUYA
PARA
LAS FERIAS
DEL TIEMPO ORDINARIO
Estos textos pueden usarse en lugar de los que se hallan cada domingo antes del Evangelio.
1.
1 Sam 3, 9c; Jn 6, 68c
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Habla,
Señor, que tu siervo te
escucha;
tú tienes palabras de vida eterna.
R.
2.
Cf. Sal 18, 9
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tus
palabras, Señor, alegran el
corazón;
tu enseñanza da luz a los ojos.
R.
3.
Sal 24, 4bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios mío,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad.
R.
4.
Sal 26, 11ab
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Señor,
enséñame tu camino,
guíame por la senda llana.
R.
5.
Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. No
endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor.
R.
6.
Sal 110, 7b-8a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Todos tus
preceptos, Señor, merecen
confianza,
son estables para siempre jamás.
R.
7.
Sal 118, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. íbreme
los ojos, Señor,
y contemplare las maravillas de tu voluntad.
R.
8.
Sal 118, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Instrúyeme en el camino de tus
mandatos
y meditaré tus maravillas.
R.
9.
Cf. Sal 118, 34
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Enséñame
a cumplir tu ley, Señor,
y a guardarla de todo corazón.
R.
10.
Cf. Sal 118, 36a. 29b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Inclina
mi corazón a tus preceptos,
Señor,
y dame la gracia de tu voluntad.
R.
11.
Sal 118, 88
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Por tu
bondad dame vida,
para que observe los preceptos de tu boca.
R.
12.
Sal 118, 105
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Lámpara
es tu palabra para mis
pasos,
luz en mi sendero.
R.
13.
Sal 118, 135
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Haz
brillar tu rostro sobre tu
siervo,
enséñame tus leyes.
R.
14.
Cf. Sal 129, 5
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Espero en
el Señor,
espero en su palabra.
R.
15.
Sal 144, 13cd
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Señor
es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
R.
16.
Sal 147, 12a. 15a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Glorifica
al Señor, Jerusalén;
él envía su mensaje a la tierra.
R.
17.
Mt 4, 4b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. No sólo
de
pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
R.
18.
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendito
seas, Padre, Señor del
cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños.
R.
19.
Cf. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V.
Bienaventurados los que escuchan la
palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia.
R.
20.
Cf. Jn 6, 63c. 68c
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tus
palabras, Señor, son espíritu y
vida;
tú tienes palabras de vida eterna.
R.
21.
Cf. Jn 8, 12b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy la
luz del mundo dice el
Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R.
22.
Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mis
ovejas escuchan mi voz dice el
Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen.
R.
23.
Jn 14, 6bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy el
camino y la verdad y la
vida dice el Señor;
nadie va al Padre sino por mí.
R.
24.
Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El que me
ama guardará mi palabra
dice el Señor,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
R.
25.
Jn 15, 15b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. A
vosotros os llamo amigos dice el
Señor,
porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer.
R.
26.
Cf. Jn 17, 17b. a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tu
palabra, Señor, es verdad;
santifícanos en la verdad.
R.
27.
Cf. Hch 16, 14b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Abre,
Señor, nuestro corazón,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.
R.
28.
2 Cor 5, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios
estaba en Cristo reconociendo
al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
R.
29.
Cf. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Padre
de nuestro Señor
Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.
R.
30.
Flp 2, 15d-16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Brilláis
como lumbreras del mundo,
manteniendo firma la palabra de la vida.
R.
31.
Cf. Col 3, 16a. 17c
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La
Palabra de Cristo habite entre
vosotros en toda su riqueza,
dando gracias a Dios Padre por medio de Cristo.
R.
32.
Cf. 1 Tes 2, 13
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Acoged la
palabra de Dios, no como
palabra humana,
sino, cual es en verdad, como palabra de Dios.
R.
33.
Cf. 2 Tes 2, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios nos
llamó por medio del
Evangelio
para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R.
34.
Cf. 2 Tm 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nuestro
Salvador Jesucristo
destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio.
R.
35.
Hb 4, 12ad
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La
palabra de Dios es viva y
eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón.
R.
36.
Sant 1, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Padre,
por propia iniciativa,
nos engendró con la palabra de la verdad,
para que seamos como una primicia de sus criaturas.
R.
37.
Sant 1, 21bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Acoged
con docilidad la palabra,
que ha sido injertada en vosotros
y es capaz de salvar vuestras vidas.
R.
38.
Cf. 1 Pe 1, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La
palabra del Señor permanece para
siempre;
esta es la palabra del Evangelio que ha sido anunciada.
R.
39.
1 Jn 2, 5
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Quien
guarda la palabra de Cristo,
ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.
R.
Para la última semana:
1.
Mt 24, 42a. 44
Estad en
vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre.
2.
Lc 21, 28
Levantaos,
alzad la cabeza:
se acerca vuestra liberación.
3.
Lc 21, 36
Estad
despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre.
4.
Ap 2, 10c
Sé fiel
hasta la muerte dice el Señor
y te daré la corona de la vida.
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