L-I-B-TPO ORDINARIO 20-26

Leccionario I (B)

PARA TIEMPO ORDINARIO
DOMINGOS 20º al 26º
– AÑO B –

DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO:

20  21  22  23  24  25  26 

APÉNDICES

APÉNDICE III: Aleluya para los domingos del tiempo ordinario

TIEMPO ORDINARIO
(AÑO B)

DOMINGO XX
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Prov 9, 1-6

Comed de mi pan, bebed el vino que he mezclado.

Lectura del libro de los Proverbios.

LA sabiduría se ha hecho una casa,
ha labrado siete columnas;
ha sacrificado víctimas,
ha mezclado el vino
y ha preparado la mesa.

Ha enviado a sus criados a anunciar
en los puntos que dominan la ciudad:

«Vengan aquí los inexpertos»;
y a los faltos de juicio les dice:
«Venid a comer de mi pan,
a beber el vino que he mezclado;
dejad la inexperiencia y viviréis,
seguid el camino de la inteligencia».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 33, 2-3. 10-11. 12-13. 14-15 (R.: 9a)

R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

V. Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

V. Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor.
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?. R.

V. Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. R.


SEGUNDA LECTURA

Ef 5, 15-20

Daos cuenta de lo que el Señor quiere.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen días malos. Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere.

No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu.

Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor.

Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El que come mi carne
y bebe mi sangre —dice el Señor—
habita en mí y yo en él. R.


EVANGELIO

Jn 6, 51-58

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

+

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Disputaban los judíos entre sí:

«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXI
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Jos 24, 1-2a. 15-17. 18b

Serviremos al Señor, ¡porque él es nuestro Dios!

Lectura del libro de Josué.

EN aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los magistrados. Y se presentaron ante Dios.

Josué dijo a todo el pueblo:

«Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor».

El pueblo respondió:

«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos por los que atravesamos.

También nosotros serviremos al Señor, ¡porque él es nuestro Dios!».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R.: 9a)

R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

V. Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R.

V. Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R.

V. Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R.

V. La maldad da muerte al malvado,
los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.


SEGUNDA LECTURA

Ef 5, 21-32

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:

Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne».

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


EVANGELIO

Jn 6, 60-69

¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.

+

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:

«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:

«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen».

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

Y dijo:

«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce:

«¿También vosotros queréis marcharos?».

Simón Pedro le contestó:

«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Dt 4, 1-2. 6-8

No añadáis nada a lo que yo os mando…. observaréis los preceptos del Señor.

Lectura de la profecía de Jeremías.

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:

«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.

No añadáis nada a lo que yo os mando ni suprimáis nada; observaréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy.

Observadlos y cumplidlos, pues ésa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:

“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.

Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?

Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R.: 1b)

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

V. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.


SEGUNDA LECTURA

Sant 1, 16b-18. 21b-22. 27

Poned en práctica la palabra.

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

MIS queridos hermanos:

Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación.

Por propia iniciativa nos engendró con la palabra de la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas.

Acoged con docilidad esa palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas.

Poned en práctica la palabra y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos.

La religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: atender a huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse incontaminado del mundo.


Palabra de Dios


Aleluya

Sant 1, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Por propia iniciativa el Padre nos engendró con la palabra de la verdad,
para que seamos como una primicia de sus criaturas. R.


EVANGELIO

Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

+

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).

Y los fariseos y los escribas le preguntaron:

«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».

Él les contestó:

«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:

“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:

«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.

Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXIII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Is 35, 4-7a

Los oídos del sordo se abrirán, y cantará la lengua del mudo.

Lectura del libro de Isaías.

DECID a los inquietos:

«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios!
Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará».

Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 145, 7. 8-9a. 9bc- 10 (R.: 1b)

R. Alaba, alma mía, al Señor.

O bien:

R. Aleluya.

V. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

V. El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.

V. Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sion, de edad en edad. R.


SEGUNDA LECTURA

Sant 2, 1-5

¿Acaso no eligió Dios a los pobres como herederos del Reino?

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

HERMANOS míos, no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.

Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra también un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: «Tú siéntate aquí cómodamente», y al pobre le decís: «Tú quédate ahí de pie» o «siéntate en el suelo, a mis pies», ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos?

Escuchad, mis queridos hermanos: ¿acaso no eligió Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Mt 4, 23

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
y curaba toda dolencia del pueblo. R.


EVANGELIO

Mc 7, 31-37

Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

+

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.

Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:

«Effetá» (esto es, «ábrete»).

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

Y en el colmo del asombro decían:

«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXIV
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Is 50, 5-9

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban.

Lectura del libro de Isaías.

EL Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.

El Señor Dios me ayuda,
por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.

Mi defensor está cerca,
¿quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos,
¿quién me acusará?
Que se acerque.

Mirad, el Señor Dios me ayuda,
¿quién me condenará?


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 9)

R. Caminaré en presencia del Señor
en el país de los vivos.

O bien:

R. Aleluya.

V. Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R.

V. Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida». R.

V. El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R.

V. Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de los vivos. R.


SEGUNDA LECTURA

Sant 2, 14-18

La fe, si no tiene obras, está muerta.

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

¿DE qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?

Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos y saciaos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?

Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro.

Pero alguno dirá:

«Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe».


Palabra de Dios.

Aleluya

6, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz del Señor,
por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. R.


EVANGELIO

Mc 8, 27-35

Tú eres el Mesías. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

+

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos le contestaron:

«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».

Tomando la palabra Pedro le dijo:

«Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto. Y empezó a instruirlos:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXV
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Sab 2, 12. 17-20

Lo condenaremos a muerte ignominiosa.

Lectura del libro de la Sabiduría.

SE decían los impíos:

«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso:
se opone a nuestro modo de actuar,
nos reprocha las faltas contra la ley
y nos reprende contra la educación recibida.

Veamos si es verdad lo que dice,
comprobando cómo es su muerte.

Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará
y lo librará de las manos de sus enemigos.

Lo someteremos a ultrajes y torturas,
para conocer su temple y comprobar su resistencia.

Lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues, según dice, Dios lo salvará».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 53, 3-4. 5. 6 y 8 (R.: 6b)

R. El Señor sostiene mi vida.

V. Oh, Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh, Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R.

V. Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R.

V. Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.


SEGUNDA LECTURA

Sant 3, 16 – 4, 3

El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

QUERIDOS hermanos:

Donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.

En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.

¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís.

Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos llamó por medio del Evangelio,
para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R.


EVANGELIO

Mc 9, 30-37

El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.

+

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

«El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».


Palabra del Señor.

DOMINGO XXVI
DEL TIEMPO ORDINARIO (año B)

PRIMERA LECTURA

Núm 11, 25-29

¿Estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo profetizara!

Lectura del libro de los Números.

EN aquellos días, el Señor bajó en la Nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. En cuanto se posó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar. Pero no volvieron a hacerlo.

Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque eran de los designados, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento.

Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:

«Eldad y Medad están profetizando en el campamento».

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:

«Señor mío, Moisés, prohíbeselo».

Moisés le respondió:

«¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 18, 8. 10. 12-13. 14 (R.: 9ab)

R. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón.

V. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R.

V. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

V. También tu siervo es instruido por ellos
y guardarlos comporta una gran recompensa.
¿Quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R.

V. Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré limpio e inocente
del gran pecado. R.


SEGUNDA LECTURA

Sant 5, 1-6

Vuestra riqueza está podrida.

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

ATENCIÓN, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que se os vienen encima.

Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y su herrumbre se convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego.

¡Habéis acumulado riquezas… en los últimos días!

Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo.

Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, el cual no os ofrece resistencia.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 17, 17b.a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tu palabra, Señor, es verdad;
santifícanos en la verdad. R.


EVANGELIO

Mc 9, 38-43. 45. 47-48

El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Si tu mano te induce a pecar, córtatela.

+

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:

«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».

Jesús respondió:

«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa.

El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.

Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.

Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».


Palabra del Señor.

APÉNDICE III

ALELUYA
PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO

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