L I-C-TPO ORDINARIO 10-19

Leccionario I (C)

PARA LOS DOMINGOS TIEMPO ORDINARIO
DOMINGOS 10º AL 19º

– AÑO C –

DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO:

10   11   12   13   14

15   16   17   18   19






APÉNDICE

APÉNDICE III: Aleluya para los domingos del tiempo ordinario


DOMINGO X
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

1 Re 17, 17-24

Mira, tu hijo está vivo.

Lectura del primer libro de los Reyes.

EN aquellos días, cayó enfermo el hijo de la dueña de la casa; su mal fue agravándose hasta el punto de que no le quedaba ya aliento. Entonces la viuda dijo a Elías:

Elías respondió:

«Entrégame a tu hijo».

Lo tomó de su regazo, lo subió a la habitación de arriba donde él vivía, y lo acostó en su lecho. Luego clamó al Señor, diciendo:

«Señor, Dios mío, ¿vas a hacer mal a la viuda que me hospeda, causando la muerte de su hijo?».

Luego se tendió tres veces sobre el niño, y gritó al Señor:

«Señor, Dios mío, que el alma de este niño vuelva a su cuerpo».

El Señor escuchó el grito de Elías y el alma del niño volvió a su cuerpo y el niño volvió a la vida. Tomó Elías al niño, lo bajó de la habitación de arriba al interior de la casa y se lo entregó a su madre, diciendo:

«Mira, tu hijo está vivo».

La mujer dijo a Elías:

«Ahora sé que eres un hombre de Dios, y que la palabra del Señor está de verdad en tu boca».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b (R.: 2a)

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

V. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

V. Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R.

V. Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.


SEGUNDA LECTURA

Gál 1, 11-19

Reveló a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

OS hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; pues yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Porque habéis oído hablar de mi pasada conducta en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y aventajaba en el judaísmo a muchos de mi edad y de mi raza como defensor muy celoso de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles, no consulté Con hombres ni subí a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que, enseguida, me fui a Arabia, y volví a Damasco.

Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para Conocer a Cefas, y permanecí quince días con él.

De los otros apóstoles no vi a ninguno, sino a Santiago, el hermano del Señor.


Palabra de Dios.

Aleluya

Lc 7, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.


EVANGELIO

Lc 7, 11-17

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:

«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:

«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo:

«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».

Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.


Palabra del Señor.

DOMINGO XI
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

2 Sam 12, 7-10. 13

El Señor ha perdonado tu pecado. No morirás.

Lectura del segundo libro de Samuel.

EN aquellos días, Natán dijo a David:

«Así dice el Señor, Dios de Israel:

Yo te ungí rey de Israel y te libré de la mano de Saúl. Te entregué la casa de tu señor, puse a sus mujeres en tus brazos, y te di la casa de Israel y de Judá. Y, por si fuera poco, te añadiré mucho más.

¿Por qué has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que le desagrada? Hiciste morir a espada a Urías el hitita, y te apropiaste de su mujer como esposa tuya, después de haberlo matado por la espada de los amonitas. Pues bien, la espada no se apartará de tu casa jamás, por haberme despreciado y haber tomado como esposa a la mujer de Urías, el hitita».

David respondió a Natán:

«He pecado contra el Señor».

Y Natán le dijo:

«También el Señor ha perdonado tu pecado. No morirás».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 31, 1b-2. 5. 7. 11 (R.: 5d)

R. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.

V. Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
y en cuyo espíritu no hay engaño. R.

V. Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

V. Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R.

V. Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R.


SEGUNDA LECTURA

Gál 2, 16. 19-21

Vivo, pero no soy yo el que vive,
es Cristo quien vive en mí.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley.

Pues por las obras de la ley no será justificado nadie.

Pues yo he muerto a la ley por medio de la ley, con el fin de vivir para Dios.

Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí.

Y mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

No anulo la gracia de Dios; pero si la justificación es por medio de la ley, Cristo habría muerto en vano.


Palabra de Dios.

Aleluya

1 Jn 4, 10b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios nos amó y nos envió a su Hijo
como víctima de propiciación
por nuestros pecados. R.


EVANGELIO (forma larga)

Lc 7, 36 – 8, 3

Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

Él contestó:

«Dímelo, Maestro».

Jesús le dijo:

«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?».

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Le dijo Jesús:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».

Después de esto iba él caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.


Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lc 7, 36-50

Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

Él contestó:

«Dímelo, Maestro».

Jesús le dijo:

«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?».

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Le dijo Jesús:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».


Palabra del Señor.

DOMINGO XII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Zac 12, 10-11; 13, 1

Mirarán al que traspasaron.

Lectura de la profecía de Zacarías.

ESTO dice el Señor:

«Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de perdón y de oración, y volverán sus ojos hacia mí, al que traspasaron.

Le harán duelo como de hijo único, lo llorarán como se llora al primogénito.

Aquel día el duelo de Jerusalén será tan grande como el de Hadad-Rimón, en los llanos de Meguido.

Aquel día brotará una fuente para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, remedio de errores e impurezas».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: cf. 2b)

R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

V. Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

V. ¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.

V. Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

V. Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R.


SEGUNDA LECTURA

Gál 3, 26-29

Cuantos habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo.

No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Y si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos según la promesa.


Palabra de Dios.

Aleluya

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz dice el Señor,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO

Lc 9, 18-24

Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

Ellos contestaron:

«Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Entonces decía a todos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará».


Palabra del Señor.

DOMINGO XIII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

1 Re 19, 16b. 19-21

Eliseo se levantó y siguió a Elías.

Lectura del primer libro de los Reyes.

EN aquellos días, el Señor dijo a Elías en el monte Horeb:

«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo se Safat, de Abel Mejolá».

Partió Elías de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima.

Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo:

«Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré».

Elías le respondió:

«Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?».

Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: cf. 5a)

R. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.

V. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R.

V. Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

V. Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás
en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R.

V. Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.


SEGUNDA LECTURA

Gál 5, 1. 13-18

Habéis sido llamados a la libertad.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Para la libertad nos ha liberado Cristo.

Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud.

Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; ahora bien, no utilicéis la libertad como estímulo para la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.

Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

Pero, cuidado, pues mordiéndoos y devorándoos unos a otros acabaréis por destruiros mutuamente.

Frente a ello, yo os digo: caminad según el Espíritu y no realizaréis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.

Pero si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.


Palabra de Dios.

Aleluya

1 Sam 3, 9c; Jn 6, 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Habla, Señor, que tu siervo te escucha;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


EVANGELIO

Lc 9, 51-62

Tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Te seguiré adondequiera que vayas.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

CUANDO se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».

Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas».

Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

«Sígueme».

El respondió:

«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».

Jesús le contestó:

«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».


Palabra del Señor.

DOMINGO XIV
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Is 66, 10-14c

Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz .

Lectura del libro de Isaías.

FESTEJAD a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis;
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado,
se manifestará a sus siervos la mano del Señor».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 65, 1b-3a. 4-5. 16 y 20 (R.: 1b)

R. Aclamad al Señor, tierra entera.

V. Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R.

V. Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R.

V. Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna eternamente. R.

V. Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor. R.


SEGUNDA LECTURA

Gál 6, 14-18

Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:

Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.

Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.

La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.

En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.


Palabra de Dios.

Aleluya

Col 3, 15a. 16a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. La paz de Cristo reine en vuestro corazón;
la Palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza. R.


EVANGELIO (forma larga)

Lc 10, 1-12. 17-20

Descansará sobre ellos vuestra paz.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».

Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:

«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».

Él les dijo:

«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».


Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lc 10, 1-9

Descansará sobre ellos vuestra paz.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».


Palabra del Señor.

DOMINGO XV
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Dt 30, 10-14

El mandamiento está muy cerca de ti para que lo cumplas.

Lectura del libro del Deuteronomio.

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:

«Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir:

¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?. Ni está más allá del mar, para poder decir: ¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?.

El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial (opción 1)

Sal 68, 14 y 17. 30-31. 33-34. 36ab y 37 (R.: cf. 33)

R. Humildes, buscad al Señor,
y revivirá vuestro corazón.

V. Mi oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R.

V. Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

V. Miradlo, los humildes, y alegraos;
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

V. Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R.


Salmo responsorial (opción 2)

Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 9ab)

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

V. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R.

V. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

V. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

V. Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.


SEGUNDA LECTURA

Col 1, 15-20

Todo fue creado por él y para él.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

CRISTO Jesús es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres,
visibles e invisibles.

Tronos y Dominaciones,
Principados y Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por él y para él
quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna. R.


EVANGELIO

Lc 10, 25-37

¿Quién es mi prójimo?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:

«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».

Él le dijo:

Él respondió:

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo».

Él le dijo:

«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».

Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:

Respondió Jesús diciendo:

«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».

Él dijo:

«El que practicó la misericordia con él».

Jesús le dijo:

«Anda y haz tú lo mismo».


Palabra del Señor.

DOMINGO XVI
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Gén 18, 1-10a

Señor, no pases de largo junto a tu siervo.

Lectura del libro del Génesis.

EN aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:

«Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».

Contestaron:

«Bien, haz lo que dices».

Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:

«Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».

Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.

Después le dijeron:

Contestó:

«Aquí, en la tienda».

Y uno añadió:

«Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá tenido un hijo».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R.: 1b)

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

V. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.


SEGUNDA LECTURA

Col 1, 24-28

El misterio escondido desde siglos, revelado ahora a los santos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

HERMANOS:

Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.

Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Lc 8, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.


EVANGELIO

Lc 10, 38-42

Marta lo recibió. María ha escogido la parte mejor.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor:

«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».


Palabra del Señor.

DOMINGO XVII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Gén 18, 20-32

No se enfade mi Señor si sigo hablando.

Lectura del libro del Génesis.

EN aquellos días, el Señor dijo:

«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».

Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.

Abrahán se acercó y le dijo:

«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».

El Señor contestó:

«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».

Abrahán respondió:

«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».

Respondió el Señor:

«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».

Abrahán insistió:

«Quizá no se encuentren más que cuarenta».

Él dijo:

«En atención a los cuarenta, no lo haré».

Abrahán siguió hablando:

«Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».

Él contestó:

«No lo haré, si encuentro allí treinta».

Insistió Abrahán:

«Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».

Respondió el Señor:

«En atención a los veinte, no la destruiré».

Abrahán continuó:

«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».

Contestó el Señor:

«En atención a los diez, no la destruiré».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 6-7ab. 7c-8 (R.: 3a)

R. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R.

V. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.

V. El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;
extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo. R.

V. Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.


SEGUNDA LECTURA

Col 2, 12-14

Os vivificó con él, perdonándoos todos los pecados.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

HERMANOS:

Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos.

Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él.

Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz.


Palabra de Dios.

Aleluya

Rom 8, 15bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción,
en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». R.


EVANGELIO

Lc 11, 1-13

Pedid y se os dará.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

UNA vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:

«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».

Y les dijo:

«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:

“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquél le responde:

“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.

¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».


Palabra del Señor.

DOMINGO XVIII
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Ecl 1, 2; 2, 21-23

¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

Lectura del libro del Eclesiastés.

¡VANIDAD de vanidades!, dice Qohélet. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!

Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia.

Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?

De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1bc)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

V. Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R.

V. Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

V. Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

V. Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R.


SEGUNDA LECTURA

Col 3, 1-5. 9-11

Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

HERMANOS:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.

¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.


Palabra de Dios.

Aleluya

Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. R.


EVANGELIO

Lc 12, 13-21

¿De quién será lo que has preparado?

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:

“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


Palabra del Señor.

DOMINGO XIX
DEL TIEMPO ORDINARIO (año C)

PRIMERA LECTURA

Sab 18, 6-9

Con lo que castigaste a los adversarios, nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.

Lectura del libro de la Sabiduría.

LA noche de la liberación les fue preanunciada a nuestros antepasados, para que, sabiendo con certeza en qué promesas creían, tuvieran buen ánimo.

Tu pueblo esperaba la salvación de los justos
y la perdición de los enemigos,
pues con lo que castigaste a los adversarios,
nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.

Los piadosos hijos de los justos ofrecían sacrificios en secreto y establecieron unánimes esta ley divina: que los fieles compartirían los mismos bienes y peligros, después de haber cantado las alabanzas de los antepasados.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 32, 1 y 12. 18-19. 20 y 22 (R.: cf. 12)

R. Dichoso el pueblo que el Señor
se escogió como heredad.

V. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.

V. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

V. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.


SEGUNDA LECTURA

Heb 11, 1-2. 8-19

Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

Lectura de la carta a los Hebreos.

HERMANOS:

La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.

Por ella son recordados los antiguos.

Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.

Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo vigor para concebir cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.

Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.

Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.

Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.

Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.

Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.

Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia».

Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac.


Palabra de Dios.

Aleluya

Mt 24, 42a. 44

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO (forma larga)

Lc 12, 32-48

Lo mismo vosotros, estad preparados.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.

Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le dijo:

«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».

Y el Señor dijo:

«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lc 12, 35-40

Lo mismo vosotros, estad preparados.

+

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».


Palabra del Señor.





APÉNDICES

APÉNDICE II
ACLAMACIONES
PARA EL TIEMPO DE CUARESMA

En el tiempo de Cuaresma, puede emplearse alguna de estas aclamaciones, y se dice antes y después del versículo antes del Evangelio.

1. Gloria y alabanza a ti, Cristo.

2. Gloria a ti, Cristo, Sabiduría de Dios Padre.

3. Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.

4. Gloria a ti, Señor, Hijo de Dios vivo.

5. Alabanza y honor a ti, Señor Jesús.

6. Alabanza a ti, Cristo, rey de gloria eterna.

7. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor.

8. La salvación y la gloria y el poder son del Señor Jesucristo.



APÉNDICE

Aleluya para los domingos del tiempo ordinario














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