L-I-A-Tpo-Ordinario-20-26

Leccionario I (A)

PARA LOS DOMINGOS
20o a 26o Tiempo Ordinario

– AÑO A –


TIEMPO ORDINARIO

Domingo XX del tiempo ordinario

Domingo XXI del tiempo ordinario

Domingo XXII del tiempo ordinario

Domingo XXIII del tiempo ordinario

Domingo XXIV del tiempo ordinario

Domingo XXV del tiempo ordinario

Domingo XXVI del tiempo ordinario


APÉNDICES

APÉNDICE III: Aleluya para los Domingos del tiempo ordinario




DOMINGO XX
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 56, 1. 6-7

A los extranjeros los traeré a mi monte santo.

Lectura del libro de Isaías.

ESTO dice el Señor:

«Observad el derecho, practicad la justicia,
porque mi salvación está por llegar,
y mi justicia se va a manifestar.

A los extranjeros
que se han unido al Señor para servirlo,
para amar el nombre del Señor
y ser sus servidores,
que observan el sábado sin profanarlo
y mantienen mi alianza,
los traeré a mi monte santo,
los llenaré de júbilo en mi casa de oración;
sus holocaustos y sacrificios
serán aceptables sobre mi altar;
porque mi casa es casa de oración,
y así la llamarán todos los pueblos».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R. : 4)

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

V. El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

V. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

V. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R.


SEGUNDA LECTURA

Rom 11, 13-15. 29-32

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:

A vosotros, gentiles os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a algunos de ellos.

Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?

Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios, pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Mt 4, 23

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Jesús proclamaba el evangelio del reino,
 y curaba toda dolencia en el pueblo. R.


EVANGELIO

Mt 15, 21-28

Mujer, qué grande es tu fe.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.

Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».

Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:

«Atiéndela, que viene detrás gritando».

Él les contestó:

«Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».

Ella se acercó y se postró ante él diciendo:

«Señor, ayúdame».

Él le contestó:

«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella repuso:

«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».

Jesús le respondió:

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».

En aquel momento quedó curada su hija.


Palabra del Señor.


DOMINGO XXI
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 22, 19-23

Pongo sobre sus hombros la llave del palacio de David.

Lectura del libro de Isaías.

ASÍ dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio:

«Te echaré de tu puesto,
te destituirán de tu cargo.

Aquel día, llamaré a mi siervo,
a Eliaquín, hijo de Esquías:
le vestiré tu túnica,
le ceñiré tu banda,
le daré tus poderes;
será padre para los habitantes de Jerusalén
y para el pueblo de Judá.

Pongo sobre sus hombros
la llave del palacio de David:
abrirá y nadie cerrará,
cerrará y nadie abrirá.

Lo clavaré como una estaca en un lugar seguro,
será un trono de gloria para la estirpe de su padre».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 137, 1-2a. 2bc-3. 6 y 8bc (R.: 8bc)

R. Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.

V. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.

V. El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.


SEGUNDA LECTURA

Rom 11, 33-36

De él, por él y para él existe todo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

¡QUÉ abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! En efecto, ¿quién conoció la mente del Señor? O ¿quién fue su consejero? O ¿quién le ha dado primero, para tener derecho a la recompensa? Porque de él, por él y para él existe todo. A él la gloria por los siglos. Amén.


Palabra de Dios.

Aleluya

Mt 16, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará. R.


EVANGELIO

Mt 16, 13-20

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

Ellos contestaron:

«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

Jesús le respondió:

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.


Palabra del Señor.


DOMINGO XXII
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Jer 20, 7-9

La palabra del Señor me ha servido de oprobio.

Lectura de la profecía de Jeremías.

ME sedujiste, Señor, y me dejé seducir;
has sido más fuerte que yo y me has podido.
He sido a diario el hazmerreír,
todo el mundo se burlaba de mí.

Cuando hablo, tengo que gritar,
proclamar violencia y destrucción.

La palabra del Señor me ha servido
de oprobio y desprecio a diario.

Pensé en olvidarme del asunto y dije:
«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»;
pero había en mis entrañas como fuego,
algo ardiente encerrado en mis huesos.
Yo intentaba sofocarlo, y no podía.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9. (R.: 2)

R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

V. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

V. ¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.

V. Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

V. Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R.


SEGUNDA LECTURA

Rom 12, 1-2

Presentad vuestros cuerpos como sacrificio vivo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

OS exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual.

Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Ef 1, 17-18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama. R.


EVANGELIO

Mt 16, 21-27

Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo; porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Entonces dijo a los discípulos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXIII
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Ez 33, 7-9

Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre.

Lectura de la profecía de Ezequiel.

ESTO dice el Señor:

«A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte.

Si yo digo al malvado: “¡Malvado, eres reo de muerte!”, pero tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.

Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9. (R. : 8ab)

R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».

V. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.

V. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

V. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R.


SEGUNDA LECTURA

Rom 13, 8-10

La plenitud de la ley es el amor.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:

A nadie le debáis nada, más que el amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.


Palabra de Dios.

Aleluya

2 Cor 5, 19ac

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.


EVANGELIO

Mt 18, 15-20

Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.

Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXIV
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Eclo 27, 30 – 28, 7

Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados.

Lectura del libro del Eclesiástico

Rencor e ira también son detestables,
el pecador los posee.

El vengativo sufrirá la venganza del Señor,
que llevará cuenta exacta de sus pecados.

Perdona la ofensa a tu prójimo
y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados.

Si un ser humano alimenta la ira contra otro,
¿cómo puede esperar la curación del Señor?
Si no se compadece de su semejante,
¿cómo pide perdón por sus propios pecados?

Si él, simple mortal, guarda rencor,
¿quién perdonará sus pecados?

Piensa en tu final, y deja de odiar,
acuérdate de la corrupción y de la muerte,
y sé fiel a los mandamientos.

Acuérdate de los mandamientos,
y no guardes rencor a tu prójimo;
acuérdate de la alianza del Altísimo
y pasa por alto la ofensa.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12 (R.: 2)

R. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.

V. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

V. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R.

V. No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.

V. Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R.


SEGUNDA LECTURA

Rom 14, 7-9

Ya vivamos, ya muramos, somos del Señor.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:

Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo.

Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor.

Pues para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de muertos y vivos.


Palabra de Dios.

Aleluya

Jn 13, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor —:
que os améis unos a otros, como yo os he amado. R.


EVANGELIO

Mt 18, 21-35

No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:

«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».

Jesús le contesta:

«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.

El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:

“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”.

Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:

”Págame lo que me debes”.

El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:

“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”.

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido.

Entonces el señor lo llamó y le dijo:

“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.

Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXV
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 55, 6-9

Mis planes no son vuestros planes.

Lectura de la profecía de Isaías.

BUSCAD al Señor mientras se deja encontrar,
invocadlo mientras está cerca.

Que el malvado abandone su camino,
y el malhechor sus planes;
que se convierta al Señor, y él tendrá piedad,
a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Porque mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
—oráculo del Señor—.

Cuanto dista el cielo de la tierra,
así distan mis caminos de los vuestros,
y mis planes de vuestros planes.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 144, 2-3. 8-9. 17-18. 13cd-14 (R.: 14a)

R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

V. Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.

V. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

V. El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.


SEGUNDA LECTURA

Flp 1, 20c-24. 27a

Para mí la vida es Cristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.

Para mí la vida es Cristo, y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.

Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros.

Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Hch 16, 14b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Abre, Señor, nuestro corazón,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R.


EVANGELIO

Mt 20, 1-16

¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.

Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:

“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”.

Ellos fueron.

Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:

“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.

Le respondieron:

“Nadie nos ha contratado”.

Él les dijo:

“Id también vosotros a mi viña”.

Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:

“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:

“Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.

Él replicó a uno de ellos:

“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.

Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXVI
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ez 18, 25-28

Cuando el malvado se convierte de la maldad, salva su propia vida.

Lectura de la profecía de Ezequiel.

ASÍ dice el Señor:

«Insistís: “No es justo el proceder del Señor”.

Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto? Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.

Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9 (R.: 6a)

R. Recuerda, Señor, tu ternura.

V. Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R.

V. Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.

V. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.


SEGUNDA LECTURA

Flp 2, 1-11

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.

Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.


Palabra de Dios.

Aleluya

Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO

Mt 21, 28-32

Se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.

¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».

Contestaron:

«El primero».

Jesús les dijo:

«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».


Palabra del Señor.






































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