L-I-A-Tpo-Ordinario-27-33

Leccionario I (A)

PARA LOS DOMINGOS

27o a 33o Tiempo Ordinario

AÑO A


TIEMPO ORDINARIO
DOMINGOS 27o a 33o

Domingo XXVII del tiempo ordinario

Domingo XXVIII del tiempo ordinario

Domingo XXIX del tiempo ordinario

Domingo XXX del tiempo ordinario

Domingo XXXI del tiempo ordinario

Domingo XXXII del tiempo ordinario

Domingo XXXIII del tiempo ordinario

APÉNDICES

APÉNDICE III: Aleluya para los Domingos del tiempo ordinario


TIEMPO ORDINARIO
DOMINGOS 27 a 33

DOMINGO XXVII
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 5, 1-7

La viña del Señor del universo es la casa de Israel.

Lectura del libro de Isaí­as.

VOY a cantar a mi amigo
el canto de mi amado por su viña.

Mi amigo tení­a una viña en un fértil collado.
La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas;
construyó en medio una torre y cavó un lagar.
Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones.

Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá,
por favor, sed jueces entre mí­ y mi viña.

¿Qué más podí­a hacer yo por mi viña que no lo hubiera hecho?
¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones?

Pues os hago saber lo que haré con mi viña:
quitar su valla y que sirva de leña,
derruir su tapia y que sea pisoteada.
La convertiré en un erial: no la podarán ni la escardarán,
allí­ crecerán zarzas y cardos,
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.

La viña del Señor del universo es la casa de Israel
y los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperaba de ellos derecho, y ahí­ tenéis: sangre derramada;
esperaba justicia, y ahí­ tenéis: lamentos.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20 (R.: 2)

R. La viña del Señor es la casa de Israel.

V. Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Rí­o. R.

V. ¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalí­es
y se la coman las alimañas? R.

V. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fí­jate, ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R.

V. No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios del universo, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R.


SEGUNDA LECTURA

Flp 4, 6-9

Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.

Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Lo que aprendisteis, recibisteis, oí­steis, visteis en mí­, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 15, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Yo os he elegido del mundo —dice el Señor—,
para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.


EVANGELIO

Mt 21, 33-43

Arrendará la viña a otros labradores.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«Escuchad otra parábola: Habí­a un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.

Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondí­an. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.

Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’. Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.

Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».

Le contestan:

«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».

Y Jesús les dice:

«¿No habéis leí­do nunca en la Escritura:

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXVIII
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 25, 6-10a

Preparará el Señor un festí­n, y enjugará las lágrimas de todos los rostros.

Lectura del libro de Isaí­as.

PREPARARÁ el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festí­n de manjares suculentos,
un festí­n de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.

Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre todas las naciones.

Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del paí­s el oprobio de su pueblo
lo ha dicho el Señor.

Aquel dí­a se dirá: «Aquí­ está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Éste es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 22, 1-6 (R.: 6cd)

R. Habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

V. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

V. Me guí­a por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

V. Preparas una mesa ante mí­,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

V. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los dí­as de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.


SEGUNDA LECTURA

Flp 4, 12-14. 19-20

Todo lo puedo en aquel que me conforta.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

HERMANOS:

Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta.

En todo caso, hicisteis bien en compartir mis tribulaciones.

En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.

A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios.


Aleluya

Cf. Ef 1, 17-18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos
cuál es la esperanza a la que nos llama. R.


EVANGELIO

Mt 22, 1-14

A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:

Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda.

Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.

El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego dijo a sus criados:

La boda está preparada, pero los convidados no se la merecí­an. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda.

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:

Amigo, ¿cómo has entrado aquí­ sin el vestido de boda?.

El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:

Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí­ será el llanto y el rechinar de dientes.

Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXIX
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Is 45, 1. 4-6

Yo he tomado de la mano a Ciro, para doblegar ante él las naciones.

Lectura del libro de Isaí­as.

ESTO dice el Señor a su Ungido, a Ciro:

«Yo lo he tomado de la mano,
para doblegar ante él las naciones
y desarmar a los reyes,
para abrir ante él las puertas,
para que los portales no se cierren.

Por mi siervo Jacob,
por mi escogido Israel,
te llamé por tu nombre,
te di un tí­tulo de honor,
aunque no me conocí­as.

Yo soy el Señor y no hay otro;
fuera de mí­ no hay dios.

Te pongo el cinturón,
aunque no me conoces,
para que sepan de Oriente a Occidente
que no hay otro fuera de mí­.
Yo soy el Señor, y no hay otro».



Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 95, 1 y 3. 4-5. 7-8. 9-10a y e (R.: 8a)

R. Aclamad la gloria y el poder del Señor.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

V. Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

V. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.

V. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R.


SEGUNDA LECTURA

1 Tes 1, 1-5b

Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

PABLO, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.

En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor.

Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido, pues cuando os anuncié nuestro evangelio, no fue sólo de palabra, sino también con la fuerza del Espí­ritu Santo y con plena convicción.


Palabra de Dios.

Aleluya

Flp 2, 15d. 16a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Brilláis como lumbreras del mundo,
manteniendo firme la palabra de la vida. R.


EVANGELIO

Mt 22, 15-21

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discí­pulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:

«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?».

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».

Le presentaron un denario.

Él les preguntó:

«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?».

Le respondieron:

«Del César».

Entonces les replicó:

«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».


Palabra del Señor.


DOMINGO XXX
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Ex 22, 20-26

Si explotáis a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros.

Lectura del libro del Éxodo.

ESTO dice el Señor:

«No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

No explotarás a viudas ni a huérfanos. Si los explotas y gritan a mí­, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.

Si prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses.

Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí­, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo».


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R. : 2)

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi­ fortaleza.

V. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

V. Dios mí­o, peña mí­a, refugio mí­o,
escudo mí­o, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

V. Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido. R.


SEGUNDA LECTURA

1 Tes 1, 5c-10

Os convertisteis, abandonando los í­dolos, para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:

Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegrí­a del Espí­ritu Santo. Así­ llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

No sólo ha resonado la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde vuestra comunidad, sino que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que nosotros no tení­amos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a Dios, abandonando los í­dolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.


Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. Jn 14, 23

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.


EVANGELIO

Mt 22, 34-40

Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, los fariseos, al oí­r que Jesús habí­a hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».

Él le dijo:

«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero.

El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXXI
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Mal 1, 14 – 2, 2b. 8-10

Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley.

Lectura de la profecí­a de Malaquí­as.

YO soy un gran Rey,
dice el Señor del universo,
y todas las naciones temen mi nombre.

Esto es lo que os mando, sacerdotes:
Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón
en glorificar mi nombre,
dice el Señor del universo,
os enviaré la maldición.

Os habéis separado del camino recto
y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley,
invalidando la alianza de Leví­,
dice el Señor del universo.

Pues yo también os voy hacer despreciables
y viles para todo el pueblo,
ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto
y habéis sido parciales
en la aplicación de la ley.

¿No tenemos todos un mismo padre?

¿No nos creó el mismo Dios?

¿Por qué entonces nos traicionamos unos a otros
profanando la alianza de nuestros padres?


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 130, 1bcde. 2. 3.

R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

V. Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.

V. Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así­ está mi alma dentro de mí­. R.

V. Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.


SEGUNDA LECTURA

1 Tes 2, 7b-9. 13

Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

HERMANOS:

Nos portamos con delicadeza, entre vosotros, como una madre que cuida con cariño de sus hijos.

Os querí­amos tanto que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habí­ais ganado nuestro amor.

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando dí­a y noche para no ser gravosos a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.

Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios que permanece operante en vosotros los creyentes.


Palabra de Dios.

Aleluya

Mt 23, 9b. 10b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Uno solo es vuestro Padre, el del cielo
y uno solo es vuestro maestro, el Mesí­as. R.


EVANGELIO

Mt 23, 1-12

Ellos dicen, pero no hacen.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discí­pulos, diciendo:

«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lí­an fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesí­as.

El primero entre vosotros será vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXXII
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Sab 6, 12-16

Quienes buscan la sabiduría la encuentran.

Lectura del libro de la Sabiduría.

RADIANTE e inmarcesible es la sabiduría,
la ven con facilidad los que la aman
y quienes la buscan la encuentran.

Se adelanta en manifestarse a los que la desean.

Quien madruga por ella no se cansa,
pues la encuentra sentada a su puerta.

Meditar sobre ella es prudencia consumada
y el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones.

Pues ella misma va de un lado a otro
buscando a los que son dignos de ella;
los aborda benigna por los caminos
y les sale al encuentro en cada pensamiento.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 62, 2abc. 2d-4. 5-6. 7-8 (R.: 2b)

R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

V. Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

V. ¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.

V. Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

V. En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo. R.


SEGUNDA LECTURA (forma larga)

1 Tes 4, 13-18

Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

NO queremos que ignoréis, hermanos, la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza.

Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto.

Esto es lo que os decimos apoyados en la palabra del Señor:
nosotros, los que quedemos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que hayan muerto; pues el mismo Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar; después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos entre nubes al encuentro del Señor, por los aires.

Y así estaremos siempre con el Señor.

Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.


Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

1 Tes 4, 13-14

Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

NO queremos que ignoréis, hermanos, la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza.

Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto.


Palabra de Dios.

Aleluya

Mt 24, 42a. 44

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre. R.


EVANGELIO

Mt 25, 1-13

¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.

Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

“¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!”.

Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las prudentes:

“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.

Pero las prudentes contestaron:

“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:

“Señor, señor, ábrenos”.

Pero él respondió:

“En verdad os digo que no os conozco”.

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».


Palabra del Señor.



DOMINGO XXXIII
DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Pro 31, 10-13. 19-20. 30-31

Trabaja con la destreza de sus manos.

Lectura del libro de los Proverbios.

UNA mujer fuerte, ¿quién la hallará?
Supera en valor a las perlas.

Su marido se fía de ella,
pues no le faltan riquezas.

Le trae ganancias, no pérdidas,
todos los días de su vida.

Busca la lana y el lino
y los trabaja con la destreza de sus manos.

Aplica sus manos al huso,
con sus dedos sostiene la rueca.

Abre sus manos al necesitado
y tiende sus brazos al pobre.

Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura;
la que teme al Señor merece alabanza.

Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en público.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf: 1a)

R. Dichosos los que temen al Señor.

V. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.

V. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.

V. Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.


SEGUNDA LECTURA

1 Tes 5, 1-6

Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

EN lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.


Palabra de Dios.

Aleluya

Jn 15, 4a. 5b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Permaneced en mí, y yo en vosotros dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante. R.


EVANGELIO (forma larga)

Mt 25, 14-30

Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.

En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:

“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:

“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió:

“Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».


Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Mt 25, 14-15. 19-21

Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”».


Palabra del Señor.





APÉNDICES

APÉNDICE II: Aclamaciones para el tiempo de Cuaresma

APÉNDICE II

ACLAMACIONES

PARA EL TIEMPO DE CUARESMA

En el tiempo de Cuaresma, puede emplearse alguna de estas aclamaciones, y se dice antes y después del versí­culo antes del Evangelio.

1. Gloria y alabanza a ti, Cristo.

2. Gloria a ti, Cristo, Sabidurí­a de Dios Padre.

3. Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.

4. Gloria a ti, Señor, Hijo de Dios vivo.

5. Alabanza y honor a ti, Señor Jesús.

6. Alabanza a ti, Cristo, rey de gloria eterna.

7. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor.

8. La salvación y la gloria y el poder son del Señor Jesucristo.


APÉNDICE III: Aleluya para los domingos del tiempo ordinario



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